En la etapa de mayores contagios y muertes por coronavirus, el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue al pie de la letra las medidas de sana distancia, usa gel antibacterial y se dejó tomar la temperatura.
Es el banderazo de inicio de obra del Tramo 3 del Tren Maya, obra insignia de su administración para llevar el desarrollo al sureste mexicano.
Y cómo lo dijo en la mañana ni el mal tiempo hará que modifique su gira por esta región en la que nació y se formó en la arena política.
Al llegar a la estación de ferrocarril de Maxcanú en medio de una constante lluvia, personal de su equipo de Ayudantía lo espera con sombrillas listas para evitar que siquiera una gota toque su blanca cabellera.
Descendiente la unidad y en un filtro de revisión una mujer con una careta y cubre bocas le toma la temperatura, sigue y otra le proporciona gel antibacterial.
Lo acompaña el gobernador Mauricio Vila (PAN), quien ya lo separaba dentro de una carpa monumental donde se realizó el evento cerca de la vía férrea.
Pocos se dan cuenta, pero mientras Rogelio Jiménez Pons hace la presentación formal del proyecto, la Ayudantía del Presidente comienza a sanitizar la Suburban negra de la cual partió el mandatario el viernes pasado de Palacio Nacional y ha recorrido más de mil 600.
Roberto Rojas “Rojitas”, uno de sus dos choferes -el segundo es Cuauhtémoc Jiménez a quienes el presidente confía su vida-, desciende de la unidad para que también limpien su lugar, pero no se aleja más allá de la puerta.
Así, tras cumplir el rito del banderazo de inicio de obra y escuchar el silbato de una locomotora, el mandatario se dirige hacia la Suburban, toma su lugar y parte con “Rojitas” al volante, mientras la lluvia no para...
MAOT