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Claudia Ruiz Massieu está segura de que el proceso de renovación de la dirigencia del PRI será apasionado, con reglas claras y alta participación de la militancia, porque ésta así lo pidió.
De lo que se trata hoy, dice a EL UNIVERSAL, es de cuidar al partido, no generar ambientes de ruptura.
En julio de 2018, Claudia Ruiz Massieu entró al quite en la dirigencia nacional del PRI tras la debacle electoral. Llegó para terminar el periodo que iniciara en agosto de 2015 Manlio Fabio Beltrones.
La lideresa afirma que nadie la presionó para abrir el proceso a la militancia y que nunca dudó que ese debía ser el método.
¿En qué debe confiar la militancia que quiere participar en el proceso de cambio de dirigencia?
—Creo que lo más importante del proceso es que responda a lo que la propia militancia nos planteó, sentir que es ella quien toma las decisiones del partido y por eso decidimos que debía ser un proceso en el que la militancia pudiese participar de manera directa, democrática y libre. Vamos a elegir una dirigencia que va a tener la responsabilidad de seguir en esta renovación del partido y de llevarlo a la elección de 2021 en condiciones de reagrupamiento.
¿Es arriesgado abrir el partido a la militancia?
—Porque son otros tiempos, era la apuesta correcta. Creo que después del resultado de la elección era claro que el partido tenía que atreverse a dar pasos de fondo en su proceso de renovación, adaptarse a ser un partido más acorde con el siglo XXI y no podíamos parchar cositas, sino realmente entrarle de fondo a la renovación.
El método de selección de dirigencia es importantísimo porque le va a permitir llegar con fuerza y legitimidad. Puede ser arriesgado, pero yo le apuesto a la madurez política de nuestros aspirantes y de la militancia.
¿Existe la madurez política entre quienes ya levantaron la mano?
—Va a ser un proceso apasionado, como es cualquiera de las competencias electorales. Se trata de contrastar entre aspirantes, de proponerle a la militancia una visión sobre el partido y sobre el país, y yo creo que por eso hay mucha pasión y mucha intensidad, pero en la medida en que tengamos reglas claras, y una de las primeras es que hay coincidencia en que tiene que privar el respeto entre los participantes, cuidar al partido, es decir, cuidar la cohesión del partido. No significa que todos pensemos igual, significa que coincidimos en que hay que cuidar al PRI y si generamos un ambiente de ruptura, de enfrentamiento, va a ser muy difícil que la siguiente dirigencia pueda trabajar como necesitamos para seguirle dando vigencia y fuerza al partido.
¿Convocatoria sin candados, como las firmas de organizaciones y sectores, entre otros?
—No es que sean candados. Cualquier convocatoria para participar en cualquier proceso, sea electoral, interno de un partido o para aspirar a un cargo, entraña requisitos a cumplir, de militancia en este caso, de respaldo que estamos detallando: puede ser sectorial, de un número de militantes, en fin. Como la convicción es que haya una participación en una contienda democrática, debemos construir convocatoria que permita que haya un número de aspirantes que puedan participar. No se trata de tener 150 aspirantes, porque eso no sería un proceso que le sirviera al partido. Hoy tenemos ya a la vista un número, yo creo que nutrido, de posibles aspirantes, que da cuenta de la riqueza del partido.
¿Le parece correcto que un gobernador en funciones haya levantado la mano para el proceso interno del PRI y pudiese dejar su encargo antes de los seis años que le mandata la Constitución?
—Yo creo que cualquier gobernador puede, en su dimensión de militante, aspirar a también desarrollar una responsabilidad en el partido. Creo que será un tema entre el gobernador de Campeche y los campechanos, pero para el partido, sin duda, yo creo que es algo que hay que destacar, que un gobernador, pero que además ha sido senador, diputado y dirigente del partido, que conoce al PRI y ha trabajado en él, quiera hoy asumir esta gran responsabilidad.
Pero yo creo que cada uno de los aspirantes que hoy ha manifestado su interés tiene también una carrera y el hecho de que hoy opten por participar en el proceso interno habla de la riqueza que tiene el PRI en sus militantes y en sus cuadros, que tienen el compromiso de entrarle en este momento complejo, pero también de gran oportunidad.
¿La dirigencia nacional tiene alguna preferencia?
—No, ninguna. Nosotros lo que sí tenemos es la responsabilidad de construir y generar las condiciones para que haya un piso parejo y una contienda que en equidad e igualdad de circunstancias permita la participación democrática de la militancia y de los candidatos: objetividad, imparcialidad absoluta, neutralidad respecto de los candidatos. Como dirigentes es nuestra responsabilidad.
¿Por qué pedir al INE que organice la elección interna?
—La apuesta es allegarnos de la experiencia que tiene el INE en la organización de comicios nacionales. Ya ha tenido un par de experiencias ayudando a partidos políticos a organizar procesos internos. Su capacidad instalada, su infraestructura. La participación del INE también ayuda a que se refuerce la certeza de la militancia y de los candidatos en que el proceso será perfectamente profesional, transparente, legal, y en ese sentido todos ganamos.
¿Cuál va a ser el padrón que va a participar en la contienda?, ¿en qué momento hacen el corte de refrendo?
—Es parte de lo que vamos a ir detallando con el INE, pero de manera inicial lo que se ha comentado es que se cortaría la posibilidad de seguir aumentando el padrón con nuevas afiliaciones el día anterior a la emisión de la convocatoria. Pero son los tiempos que tenemos que ir afinando con el INE.
¿Qué legado quiere dejar?
—Sin duda, la apertura del partido a los procesos democráticos para elegir dirigencias, creo que eso es algo que es muy valioso de este Comité Ejecutivo Nacional que encabezo, en el que hago equipo con Arturo Zamora y otros militantes. Responde a una convicción: nosotros también somos militantes, sabemos que el partido debe transformarse.
¿La convencieron los que levantaron la mano o la presionaron de abrir el proceso?
—Yo nunca dudé en que este era el método correcto para la renovación de dirigencia. Y luego, al escuchar a quienes hoy aspiran decir que les parecía muy bien, reafirmé que estaba en lo correcto y que la convicción democrática de la dirigencia responde a lo que la militancia quiere.