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Ante la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, de crear una Guardia Nacional, Rogelio Cabrera López, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) llamó a que quienes la conformen eviten los excesos de poder.
En entrevista con EL UNIVERSAL, comentó que los mexicanos prefieren que el Ejército regrese a los cuarteles y sólo en casos extremos salgan a las calles: “La tarea ciudadana le corresponde a la policía, ojalá que la nueva que se piensa formar tenga un comportamiento ciudadano, sin excesos de poder”.
El también arzobispo de Monterrey aseguró que la ciudadanía tiene “esperanza” en la nueva administración y mantendrá una actitud de diálogo y cercanía.
Dijo que la pobreza extrema, acceso a la educación y la corrupción, son los principales retos que enfrenta el gobierno de, presidente López Obrador: “Son situaciones que deben superarse y una de las promesas fue disminuir los actos corruptos”.
Ante el nuevo escenario ¿qué papel jugará la Iglesia católica?
—Quiero decir que compartimos con todo el pueblo de México la esperanza de un nuevo gobierno y nuestra actitud será de diálogo y cercanía para entender las decisiones que vaya tomando nuestro gobierno.
¿Cuál es el principal reto de la nueva administración?
—La pobreza extrema que tiene nuestro país, millones de mexicanos esperan oportunidades de escuela y desarrollo personal, aparte de la promesa de disminuir la corrupción.
Con el plan de seguridad, ¿preocupa una militarización?
—El sentir general de la población es que los militares regresen al lugar donde deben estar y que sólo en casos extremos cuiden de la gente, pero la tarea ciudadana le corresponde a la policía. Ojalá que la nueva [corporación] que se piensa formar tenga un comportamiento ciudadano, con la experiencia que tienen los militares, pero sin excesos de poder.
Sobre la pacificación ¿seguirán colaborando con el gobierno?
—Tenemos un proyecto para trabajar por la reconciliación y la paz, de buscar el diálogo de la parte ofendida y atender a las víctimas, eso seguirá adelante independientemente del nuevo gobierno.
El diálogo con los grupos del crimen organizado ¿debe ser parte de la pacificación del país?
—Sí, pero lo debe establecer la autoridad, nosotros en caso extremo tendríamos que servir de mediadores.
¿Qué opina de la amnistía?
—No debe ser indiscriminada, quien ha cometido un delito debe pagarlo, no puede ser borrón y cuenta nueva, porque hay mucha gente que ha sido víctima del crimen organizado.
¿Preocupa que al tener Morena mayoría en el Congreso, el poder se concentre en una sola fuerza?
—Siempre hay dos posibilidades, un Presidente de la República con un Congreso de minoría o lo contrario, existen riesgos, puede que se tomen buenas decisiones con rapidez, pero también debe existir un espíritu crítico frente a las decisiones y propuestas que salgan del mandatario. Creo que las minorías deberán estar muy atentas a cualquier propuesta para que se piense bien antes de que decida una mayoría aplastante.
Se necesitan contrapesos y ¿dónde deberían surgir?
—Los contrapesos los tiene la ciudadanía organizada que debe expresar su punto de vista con respeto, pero con mucha decisión. Los contrapesos de partido serán muy difíciles, pero los ciudadanos deben estar atentos para dar su punto de vista y velar por lo que es mejor para el país.
¿De ser necesario, la Iglesia sería un contrapeso?
—Ese no puede ser el papel de la Iglesia, sería muy problemático que la autoridad o gobierno en turno nos vea como una contraparte, tenemos que provocar el diálogo.
En cuanto a la pederastia, dieron a conocer que colaborarán con las autoridades, ¿cómo trabajarán?
—Tenemos la obligación, como Iglesia, de informar oportunamente al Ministerio Público, pero también cuando se nos pida nuestra declaratoria, precisa lo haremos.
¿Qué procedimiento seguirán?
—Al tener noticias de una acusación, informaremos de inmediato a la autoridad y tocará a la víctima y a sus familiares formular la denuncia.
