en la administración de Claudia Sheinbaum, a la vez que mira con atención la evolución del T-MEC y de una reforma judicial que puede cambiar las reglas del juego en juicios internacionales.

“Es difícil invertir en un ambiente de negocios donde hay demasiados riesgos”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, quien señala que, si bien Canadá respeta las decisiones soberanas del gobierno de México, respecto a la reforma judicial espera “que un país como México respete el Estado de derecho” y mantenga la seguridad económica necesaria para las inversiones.

Joly, quien viajó a México para expresar su amistad a la administración que asume en octubre, se declara “orgullosa” de que el país tenga a su primera mujer presidenta, a la vez que subraya temas prioritarios en la relación, más allá del comercial, como la migración y el tráfico de drogas, particularmente de fentanilo, sobre el que, dijo, la clave es trabajar para atender lo que califica como “tragedia humana”. Y se muestra optimista sobre el futuro de la relación: “Tenemos la oportunidad de ser una de las sociedades más exitosas en el mundo”, afirma.

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¿Cuáles son los principales objetivos de su visita a México?

—Hubo elecciones recientemente y queríamos asegurarnos, yo quería asegurarme, de enviar un mensaje claro a la nueva administración de que venimos como amigos del pueblo mexicano. Creemos en una relación comercial fuerte, en solucionar objetivos y asuntos comunes en el hemisferio, y de hecho soy una de los primeros ministros de Exteriores, si no es que el primero, en venir a México, justo después de las elecciones presidenciales y la designación de su gabinete. Es un mensaje y quería compartir ese mensaje con el pueblo mexicano.

¿Qué significa para Canadá la victoria de Claudia Sheinbaum como la primera mujer presidenta en la historia de México?

—Como mujer, estoy muy orgullosa de tener un país, al que vemos como un vecino en Norteamérica, con una mujer fuerte al mando. Vemos muy positivo el hecho de que es la primera mujer elegida como presidenta de México, así que esperamos trabajar con la administración. En el pasado tuve la oportunidad de trabajar con Marcelo Ebrard cuando era canciller, con Alicia Bárcena también. Ambos son buenos amigos. También tuve oportunidad de conocer a Sheinbaum cuando era jefa de Gobierno de la Ciudad de México y el primer ministro Justin Trudeau ya tuvo una primera conversación con ella, y fue muy positiva. Creo que, más que nunca, necesitamos estar juntos.

¿Qué espera del nuevo gobierno?

—Creo que definitivamente podemos trabajar juntos en el tema del comercio, reforzándolo pero también las inversiones. En segundo lugar, podemos atender juntos el tema de la migración regular y podemos hacerlo invirtiendo en vías legales. Ya tenemos fantásticos resultados con el tema de los trabajadores extranjeros temporales, un programa que ha permitido, por más de 50 años, que trabajadores clave de México viajen a Canadá y que ha sido fundamental para el sector agrícola.

Definitivamente podemos trabajar juntos en el combate al cambio climático, que creo es parte de la agenda de la presidenta electa.

Al mismo tiempo, estamos en medio de una crisis internacional de seguridad. Hay guerras y tensiones en el mundo, así que creo que es importante que trabajemos juntos como socios norteamericanos.

¿Cómo evalúa Canadá la situación relacionada con el T-MEC? ¿Preocupan las posibles implicaciones de la reforma judicial que se trabaja en México?

—Respecto al T-MEC, pensamos que tenemos un muy buen acuerdo y estaremos ahí para respaldar ese acuerdo. Por supuesto, trabajaremos con nuestros socios norteamericanos, Estados Unidos y México. Al final del día, lo que estamos buscando es estabilidad, predictibilidad. Es lo que los empresarios en casa quieren. Porque es difícil invertir en un ambiente de negocios donde hay demasiados riesgos.

En cuanto a la reforma judicial, es una decisión que depende del gobierno de México, pero al mismo tiempo esperamos que un país como México respete el Estado de derecho y sea capaz de atender el tema de la predictibilidad y la seguridad económica que recién mencioné.

Hablando de seguridad, la violencia en México, los desaparecidos, el tráfico de drogas son problemas que vemos todos los días en las noticias, ¿cómo ve el gobierno de Canadá esta situación y qué mensaje le gustaría enviar?

—Siempre haremos lo que sea necesario para prevenir la criminalidad y la violencia pandilleril en nuestro propio país y nuestra policía federal trabajará con las autoridades de seguridad pública de México para atender este problema. En este tema hay cero tolerancia. Punto.

El problema del tráfico de drogas no sólo afecta a Estados Unidos o a México, sino a todo el mundo. Específicamente hablando de fentanilo, ¿es algo que preocupe a Canadá?

—Por supuesto, porque lo que estamos viendo con la crisis del fentanilo, que también afecta a Canadá, es que se trata de una tragedia humana. Tantos jóvenes han muerto por sobredosis de fentanilo. Lo que es fundamental cuando hablamos de fentanilo es que necesitamos cooperar, necesitamos trabajar junto a México, Estados Unidos y con el mundo entero, porque no es sólo un problema de Norteamérica, sino que afecta a muchos países en el mundo y hay una coalición global para atender este tema. Estamos trabajando en el interior de esta coalición global. También tenemos una estrategia trilateral con México y Estados Unidos, pero tenemos que ver esto como un problema de salud pública, necesitamos asegurarnos de atender el tema del suministro y combatir la criminalidad, y necesitamos trabajar con el sector privado. Es así como podremos atender este desafío, único en una generación, que tenemos y que está provocando que tantas personas mueran por sobredosis de fentanilo. Tenemos el deber de afrontar esta crisis.

En el tema migratorio, ¿cómo pueden funcionar mejor las cosas y lograr que los migrantes puedan acceder a mejores formas de vida?

—Hay dos formas de verlo. Cuando se trata de migración, la gente no deja sus hogares porque quiera. Es difícil para una persona tomar la decisión de llevarse a su familia a otro país, porque su vida en el suyo es insoportable. Se van porque no hay seguridad. Tenemos que ir a las causas de raíz de la migración.

Me vienen a la mente dos crisis que están afectando sobremanera a la gente en el hemisferio. La primera es Haití. Necesitamos detener la violencia de las pandillas. Es fundamental. Hemos trabajado con México, Estados Unidos y los países caribeños. Tenemos ya un gobierno de transición, que es una buena noticia. Un gobierno que fue decidido por los propios haitianos. Tenemos a la fuerza multinacional de Kenia que ya comenzó a operar en Haití. Espero que México invierta más, para asegurarnos de que podamos apoyar a la fuerza multinacional.

Canadá está poniendo 200 millones de dólares para apoyar a la fuerza multinacional y para entrenar a la policía nacional haitiana. Creo que los haitianos se merecen poder vivir en su hermoso país.

La otra crisis es Venezuela. Sabemos que la gente no se va de Venezuela simplemente porque se le ocurrió. Se van porque la situación es extremadamente difícil. Necesitamos trabajar con México para entender qué está pasando y enviar mensajes fuertes al régimen de Nicolás Maduro, y necesitamos elecciones libres y justas. Es lo que pasará en las próximas semanas.

Esto, por lo que tiene que ver con ir a las causas de raíz de la migración en nuestro hemisferio con estas dos crisis de seguridad.

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El otro punto es que creemos como país que la migración es positiva. Canadá es uno de los países más progresistas de la Tierra. Una tercera parte de nuestra población, unos 40 millones, ha nacido en el extranjero o en la primera generación en Canadá. La gente confía en el sistema migratorio. Pero confía cuando la gente lo respeta.

Para nosotros, la migración regular es fundamental para la cohesión social. Es fundamental para la promesa que nuestro país ofrece a nuestros ciudadanos. Pensamos que, tratándose de México, podemos tener una situación gana-gana, en la que la gente pueda venir y trabajar en Canadá y regresar a sus comunidades y apoyarlas. Por eso es que hemos tenido este programa de trabajadores extranjeros temporales por 50 años. Y creemos que podemos expandirlo, que más mexicanos vengan a Canadá y regresen a México.

También estoy aquí por eso, para hablar de cómo podemos encontrar vías legales, regulares, que sean respetadas, que serán buenas para los mexicanos y para los canadienses.

En noviembre habrá elecciones en Estados Unidos y existe la posibilidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca. En su administración anterior, las relaciones no fueron fáciles entre Trump y Canadá y, en un principio, tampoco entre Trump y México. ¿Cree que hay alguna manera en que Canadá y México puedan trabajar juntos para que las relaciones, en caso de un eventual regreso de Trump, no sean tan difíciles?

Me hacen mucho esa pregunta. Siempre respondo que será el pueblo estadounidense el que decidirá lo que pasará. Y respetaremos su decisión. Como gobierno, Canadá ha trabajado con las administraciones de Barack Obama, de Donald Trump y de Joe Biden, y hemos sido muy exitosos en tratar con cada una de ellas. Estoy convencida de que pasará lo mismo y estaremos preparados, y por supuesto que trabajaremos con México y es una de las razones por las que estoy aquí. Para asegurarme de ambos estamos bien.

Este año se cumplen 80 años de la relación México-Canadá. ¿Cómo ve el futuro de esta relación? ¿Qué oportunidades hay y cuáles son los principales desafíos?

—Es curioso, porque cuando uno ve estos 80 años si hay una relación que ha crecido con el paso del tiempo definitivamente es la de Canadá y México. Desde asegurarnos que hubiera trabajadores mexicanos en Canadá, grandes académicos, estudiantes y al mismo tiempo académicos canadienses, empresarios, turistas viniendo a México, es algo que ha venido creciendo, hasta tener hoy un acuerdo comercial muy fuerte entre Canadá, Estados Unidos y México. Tenemos hoy la oportunidad, como socios norteamericanos, de tener una cadena de suministro totalmente integrada, de ser una de las sociedades más exitosas en el mundo y de sacar a muchos mexicanos de la pobreza, incrementar la clase media en Canadá y México y de ser fundamentalmente un centro para el talento y la innovación. Soy realmente optimista, pero tenemos que trabajar para lograrlo. Por eso estoy aquí.

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