Desde hace 20 años, Alejandro Luna y 10 artesanos más se trasladan desde Puebla, donde trabajan durante todo un año, al famoso Mercado de Jamaica, ubicado en la Ciudad de México, cada mes de noviembre y diciembre para ofrecer sus piñatas.
Ellos se han vuelto especialistas en crear las piñatas tradicionales de siete, ocho y nueve picos, aunque Alejandro mencionó para esta casa editorial que las de siete son las más difíciles de transportar para ellos.
“Nosotros elaboramos la piñata de nueve picos, que es la más grande, la normal que se le conoce como el piñatero, en ocho. Lo legal es la piñata de siete picos, pero a nosotros nos cuesta más trabajo transportarla desde Puebla”, expresó.
Los artesanos están seguros de que con esta venta no sólo logran mantener a su familia, sino también la tradición de las piñatas en las posadas.
Como Alejandro está la señora Alma Delia, quien mencionó a EL UNIVERSAL que desde hace 10 años le llamó la atención cómo se elaboraban las piñatas y decidió emprender su negocio y ahora busca heredar ese mismo sentimiento a sus tres hijos.
“Años atrás nosotros las comprábamos ya hechas, pero a mí me pareció muy bonito ver cómo las hacían, por lo que me llamó la atención y decidí emprender mi negocio, que deseo se les quede a mis hijos, ya que me enorgullece enseñarles esta bonita tradición y que sepan hacer de todo”, recalcó.
En el pasillo donde se encuentra ubicada la señora Alma, los colores son los actores principales, pues en su negocio cuelgan numerosos cartones en forma de esfera esperando secar y ser decorados, así como distintos tonos y tamaños de piñatas, pero en especial las de “estrella” como les llama a las de siete picos, ya que representan los siete pecados capitales.
Con las manos llenas de engrudo, papel china de colores disperso por todos lados, la señora explicó cómo echa a volar su imaginación para crear estas maravillosas piñatas tradicionales.
“Comienzo a elaborar el cascarón desde julio, pues éste tiene que secarse para poder almacenarlo y que esté listo para estas fechas, y empezar a vestirlos. Ya que tengo listo el cascarón, hago el engrudo y agarro una base de barro para poder forrarlo, y una vez que está seca la corto a la mitad, la separo y la uno nuevamente, pero ya con engrapadora”, manifestó.
A pesar de que en los últimos dos años la economía de miles de mexicanos se vio afectada debido a la pandemia, los locatarios llegaron a la misma conclusión y expresaron que este año es el bueno, pues la venta en el mercado se incrementó, incluida la de las piñatas.
La elaboración y venta de este artículo navideño indispensable para las posadas en estas fechas es muy común en el Mercado de Jamaica, donde diversos locatarios las diseñan y crean de diferentes tamaños y colores, pero también existen los que salen de la rutina y elaboran a algunos personajes navideños como el Grinch o Rodolfo, el reno.
En estas fechas decembrinas, las instalaciones del Mercado de Jamaica se visten de colores con la llegada de estas famosas piñatas.
Los clientes recorren los pasillos de este icónico mercado entusiasmados por elegir la mejor opción para celebrar junto a sus familiares las posadas o simplemente darle un toque a la decoración de sus hogares.
En el carril número 3, donde se encuentra instalado el señor Alejandro y su equipo de trabajo, están seguros de que no hay mejor punto para vender sus piñatas cada año que en este mercado tradicional.