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Con una velada por la paz, en la que se encendieron veladoras y se colocó una ofrenda con flores de cempasúchil frente al monumento a la Revolución, la familia LeBarón recordó anoche a las tres mujeres y seis menores asesinados hace dos años en Bavispe, Sonora, por la delincuencia organizada.
Acompañados por Javier Sicilia, el senador Emilio Álvarez Icaza y diversos colectivos de defensa de los derechos humanos, Adrián y Julián LeBarón pidieron a las autoridades que el 4 de noviembre se declare como día de luto nacional por las víctimas de la violencia en el país.
La ceremonia, a la que acudieron más de un centenar de personas, inició con la interpretación de la canción Bésame mucho, por el tenor David Páez, y una oración mormona en la que pidieron “perdón por no defender la vida de nuestros seres queridos”.
Shalom Suker, esposa de Adrián LeBarón y madre de Rhonita, una de las víctimas, pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador que el 4 de noviembre sea declarado de luto.
“México debe dejar de ser un cementerio, donde nunca más una hija sea asesinada protegiendo a sus hijos y nunca más una abuela suba a un estrado pidiendo justicia”, dijo.
En su intervención, Adrián LeBarón leyó una carta a su hija fallecida, Rhonita, en la que señaló que han pasado dos años en los que guardan luto y duelo.
“Han pasado dos años y, ¿sabes qué?, guardamos luto, honramos un duelo, pero me conoces, conoces a tu madre, nos conoces como pueblo, no le dimos tiempo al dolor.
“Decidimos sacar nuestro dolor caminando, y eso nos hizo encontrar a más gente buena. Nos dimos cuenta de que a todos los mexicanos nos duele algo, no hay nadie que no haya sido víctima de un delito, todos hemos perdido a alguien por la delincuencia”.
Indicó que durante su lucha por obtener justicia en el caso Bavispe ha conocido a mujeres muy valientes que nunca dejan de buscar.
“Escarban la tierra buscando a sus hijos, a sus hermanos o padres”, señaló.
“He visto a hombres y mujeres luchando por tener medicamentos para ellos o para sus hijos, todos ellos han demostrado que son capaces de dar su vida por quienes quieren. He conocido a gente encerrada por jueces corruptos, por gobernantes que ven amenazado su reinado, a madres velando a sus pequeños, rompiendo cualquier orden natural de vida”, señaló.