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Gerardo Martínez Bautista, padre de Yolanda Martínez Cadena, desaparecida en Nuevo León en marzo de 2022 y localizada sin vida en un lote baldío en mayo de ese mismo año, fue picado por una araña violinista, lo que provocó que su pierna fuera amputada ayer.
Así lo dio a conocer la periodista Itzel Cruz Alanís, quien recordó que don Gerardo no ha parado de buscar justicia por la muerte de su hija, tras no aclarar su fallecimiento.
Cruz Alanís informó que el señor Gerardo continúa hospitalizado y siendo monitoreado por los médicos, para evitar que haya secuelas del veneno de la araña violinista.
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Destacó que los gastos médicos aumentan cada día, por lo que llamó a las persnas a ayudar a Don Gerardo, ya que no solo se tiene que pagar su estancia en el hospital, pues también dependen de él su mamá y su hermano, ambos de la tercera edad, por lo que proporcionó datos bancarios del padre de Yolanda Martínez para, si está en las posibilidades de las personas, ayudar económicamente a la causa.
La periodista indicó que el número de tarjeta para hacerle una donación es 4130 9823 0038 9529, Banco Afirme, a nombre de José Gerardo Martínez Bautista.
Yolanda Martínez desapareció en marzo y fue hallada sin vida en mayo
Yolanda Martínez Cadena era una joven de 26 años de edad que vivía en el municipio de Juárez, al oriente de la zona metropolitana de Nuevo Léon junto a su hija de entonces cuatro años y su padre, don Gerardo Martínez.
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El 31 de marzo de 2022, la joven desapareció después de salir de la casa de su abuela, en la colonia Constituyentes de Querétaro, en San Nicolás de los Garza, por lo que comenzaron su búsqueda; un mes y algunos días después, el 8 de mayo, Yolanda fue hallada sin vida por una mujer que recolectaba leña.
Su cuerpo presentaba un grado de descomposición, se encontraba en una zona de matorrales en el municipio de Juárez, Nuevo León.
El cuerpo fue localizado a unos 11 kilómetros del sitio donde fue vista por última vez, mismo que según familiares de la joven, es muy peligroso, pues sujetos en automóvil acosan a las mujeres y tenían temor de que la hubieran “levantado”, pues tenían información de que la habían visto subir por la calle Francia 86, hacia las faldas del Cerro de la Silla.
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