Cartagena de Indias, Colombia.— Gabriel García Márquez decía que la ética debe ser inherente al periodismo, “como el zumbido al moscardón”, y a 16 años de la creación del Programa de Ética Periodística de la Fundación Gabo (antes Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano), la premisa sigue vigente.
Daniel Marquínez, coordinador de Proyectos Especiales de la fundación, afirma que en una época en la que los medios de comunicación han perdido credibilidad —debido a prácticas viciosas y a su colusión con los gobiernos— la ética juega un papel fundamental.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Marquínez afirma que “si la audiencia no cree en el periodismo, éste pierde su razón de ser”, y la comunidad también perderá información real y valiosa ante la que generan gobiernos extremistas o líderes absolutistas.
El Programa de Ética es un proyecto que inició hace 16 años, pese a que en el primer Festival Gabo —que tuvo lugar hace 25 años— comenzó a seguirse el tema. El programa tiene a su cargo la Red de Ética, un espacio digital de diálogo, y el Consultorio Ético, que hasta 2018 coordinó Javier Darío Restrepo.
¿Cómo ha crecido el Programa de Ética desde su creación?
—Ha tenido un crecimiento exponencial, con la Red de Ética ha sido un espacio muy dinámico y el Consultorio Ético ha hecho mil 900 respuestas a cuestiones concretas de ética periodística.
En 2020 habrá una revisión en el consultorio y un reajuste para no suplantar el papel de las respuestas, pero habrá un proceso de sistematización de las que dio Restrepo. Lo bueno de la ética es que es igual ante un problema del pasado que del presente.
¿Qué importancia tiene actualmente la ética en América Latina?
—Creo que tiene la misma importancia que ha tenido siempre, pero nuestra sensación es que la gente cada día cree menos en el periodismo, y es que esa falta de credibilidad tiene mucho que ver con que se considera que se dejó la ética de lado y comenzó a responder a otros intereses que no son la información del usuario.
La ética ayudará a demostrarle a la gente que, como periodistas, podemos trabajar para un conglomerado de medios, pero no dejar de lado la ética, y que no porque haya algunas manzanas podridas en el periodismo, como en todas las profesiones, deja de ser útil.
Hay que tener claro que hay que recuperar esa confianza, porque si la audiencia no cree en el periodismo, éste pierde su razón de ser. Si se pierde eso, no va a haber nadie que le cuente a la gente lo que está pasando, y ahí entrarán “los malos” a lavar el coco y a imponer su narrativa.
¿Cómo se demuestra la ética?
—La ética no es algo que digas “estoy siendo ético”, porque eso sería un acto de fe; al final lo que tiene que hablar es el trabajo del periodista, y debe haber un pacto de lectura. Hoy en día el periodista, como persona, tiene mayor visibilidad de la que tenía antes, y si tú haces esta carrera con ética y con honestidad vas a ganarte a la audiencia.
Hay un gran reto: vivimos una época de guerra de narrativas, y al final la que ganará es la que esté bien hecha, la que dé datos y que esté limpia. Muchas veces las fake news funcionan más que la información bien hecha, pero lo único que toca es hacer buen periodismo.
¿Es necesario combatir las fake news?
—Hay que destapar a quienes no lo están haciendo bien, no como una cacería de brujas, pero sí destapando a la información falsa contando las historias de manera veraz, con fuentes, datos, historias.
También hay que entender que las malas prácticas no son nuevas, lo que ahora hay es cada vez más periodismo, hay mejor y también más mal periodismo.
¿Es un problema de crisis del modelo de negocio de los medios? Sí ¿Eso es una crisis del periodismo? No. ¿La crisis del modelo de negocio justifica que los periodistas rebajen su estándar ético? Pues no.
¿Cuál es el compromiso de la fundación con la ética?
—En general, el compromiso de la fundación con la región es el fortalecimiento de la democracia a través del periodismo y del método taller. La fundación tiene un compromiso con hacer mejor periodismo en este momento.
Además, la fundación tiene la suerte de ser uno de los primeros entes internacionales de periodismo en un momento donde el periodismo se vuelve más global. La prioridad de la fundación es la ética, es la calidad, pero también entendernos como región y hacer entender al periodista que forma parte de una cadena completa.
¿Podemos concluir que se necesita ética para no perder al periodismo?
—Sí. El periodismo, para seguir haciendo el servicio público a la ciudadanía, debe entenderse que no es un negocio. El periodismo no ganará dinero, tiene que ser sostenible, no es un oficio para enriquecerse, y sin ética pierde su servicio público.