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Tijuana, BC.— Mientras Santos vencía a Toluca con un marcador final de 3 contra 2, en el estadio Nemesio Díez , en la capital del Estado de México, del otro lado del país se percibía un ambiente no tan diferente previo al segundo debate presidencial, frente a la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), en Tijuana.

Hubo música, pasión entre simpatizantes, también confrontaciones que no llegaron a los golpes, y no faltó el reclamo ciudadano que quedó registrado con una marcha y protesta, la primera organizada por diferentes colectivos que llegaron desde Mexicali, Ensenada y Tijuana, Baja California, para señalar de corrupto al gobernador Francisco Vega de Lamadrid.

Otra de las protestas fue encabezada por un grupo de maestros del Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación de Baja California (SETE), quienes exigen el pago de sus jubilaciones a tiempo, antes de morir, porque de sus cuotas sindicales el gobierno sí les descontó, pero del dinero nadie les da una respuesta.

Desde el sábado a las 6 de la mañana, el Estado Mayor Presidencial llegó a la sede del segundo debate de candidatos presidenciales para blindar, no sólo a la universidad sino las inmediaciones, con ayuda de las fuerzas de seguridad de los tres órdenes de gobierno de la entidad, quienes se colocaron a unos cuantos kilómetros a la redonda para vigilar la entrada y salida de la gente al debate, incluso hasta quienes querían ir a apoyar.

Los grupos empezaron a arribar tres o hasta cuatro horas antes de iniciar el debate, llegaron con antelación para estar presentes cuando hicieran su aparición los candidatos; entre la gente, una pequeña agrupación de hombres, alrededor de 50, integrantes de centros de rehabilitación locales cargaban con pancartas que rebasaban el tamaño de sus cuerpos. El apoyo era para el abanderado panista Ricardo Anaya Cortés.

Mientras caminaban sobre el boulevar Alberto Limón Padilla, frente a la UABC, pegados a los 2 mil 400 metros de valla metálica que instaló el Estado Mayor Presidencial para evitar que quien no tuviera permiso no ingresara a la Universidad Autónoma de Baja California, se escucha el grito de un joven universitario, de 23 años:

—¡Los va a traicionar! ¡Pregúntele al presidente de su partido (PAN)! En respuesta, los jóvenes simpatizantes de Anaya Cortés sólo ríen y continúan con su baile, cargan las pancartas y se esconden entre el rostro del candidato panista.

Todavía no llegan los aspirantes a la silla presidencial, pero la gente ya los espera. A unos cuantos metros hay personas que abiertamente confirman: “¡Mi voto es para Obrador!”.

Entre el grupo de sus simpatizantes, decenas, y una botarga gigante del ex jefe de gobierno capitalino Andrés Manuel López Obrador invita a la gente a bailar. Los niños piensan que se trata de un personaje de dibujo animado y sus padres los empujan para fotografiarse.

—¡No, no, no… no quiero!, le dice un niño de tres años a su mamá, mientras ella lo lleva para captar el momento con su celular. Otros dos niños de mayor edad, por el contrario le piden a sus papás una foto con “ya sabes quién”.

No muy lejos estaban los simpatizantes de José Antonio Meade. Decenas de cabezas con la imagen del ex secretario de Hacienda echas con cartón flotaban entre la gente, las mujeres bailaban y por algunos momentos la pasión los rebasó, la fracción entre morenistas y priístas llegó al intercambio de palabras hasta que intervino la Policía de Tijuana, sin que llegaran a los golpes.

Pero la antesala del debate no sólo se trató de una fiesta, al sitio también llegaron quienes se dicen apartidistas y mejor se identifican como activistas o luchadores sociales, una de ellas, Araceli Piña, de Comunidad Baja California Resiste, de Mexicali.

“Estamos aquí porque es el espacio que tenemos para decirles, si quieren el voto, que lo que no queremos es el mismo gobierno corrupto que hoy tiene a nuestros compañeros en la cárcel por luchar y exigir el respeto de los derechos de agua en nuestra tierra”, advirtió.

Ninguna de las corporaciones policiacas reportó detenidos. La ciudadanía fue y apoyo a sus candidatos, también los colectivos se manifestaron dentro del área que les designó la Policía Federal, pero casi nadie se quedó a que terminara el debate, hubo quienes llegaron a la sede del encuentro portando la camisa de uno de los dos equipos de futbol.

Los candidatos Ricardo Anaya y José Antonio Meade organizaron eventos luego del debate, como señal de triunfo.

Y Rodríguez Calderón El Bronco ofreció una conferencia.

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