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Zumpango, Méx.— En su primer día de operaciones, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) se convirtió en una manifestación de apoyo al Presidente... y en un tianguis. Era como si el Zócalo de la Ciudad de México se hubiera trasladado a la nueva terminal, que fue inaugurada este lunes por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde muy temprano arribaron militantes y simpatizantes de Morena para promover la revocación de mandato, a realizarse el próximo 10 de abril, y para gritar consignas a favor del Ejecutivo, como: “¡No que no, sí que sí, sí se pudo construir!”, “¡no estás solo, no estás solo!” y “¡es un honor estar con Obrador!”.
Se dijeron integrantes de la Unidad Internacional Obradorista y con gritos pedían a los curiosos que los rodeaban participar en la consulta del 10 de abril, “porque queremos que siga nuestro Presidente, que trabaja siempre a favor de los pobres”. Aprovecharon para entregar volantes a la gente sobre los “beneficios” de la reforma eléctrica del Primer Mandatario.
Unos iban con máscaras con la cara de los periodistas Carmen Aristegui y Joaquín López-Dóriga con billetes falsos pegados en la ropa.
Pasadas las nueve de la mañana, en la parte alta y baja del AIFA se escuchaba por todos lado a los simpatizantes del Presidente, que esperaban ansiosos verlo, aunque fuera de lejos.
En el primer día de operaciones no faltaron los vendedores ambulantes que colocaron a ras de piso sus mercancías: libros, llaveros, playeras, muñecos, tazas y pósters del Presidente.
Entre ellos está el puesto de Antonio, quien vive en el Centro Histórico. Vende playeras, cuadros, pósters y pequeñas figuras con la imagen del Presidente. El hombre, de 50 años, se queja de que, aunque había mucha gente conociendo el AIFA, apenas ha vendido 300 pesos.
En uno de los pasillos del AIFA también está Rebeca ofreciendo su mercancía. Cuenta a EL UNIVERSAL que salió de su casa, ubicada en la colonia Portales, alrededor de las cinco de la mañana para llegar a la terminal aérea a las ocho. Dice que con esta venta quiere ganar “aunque sea para los frijoles”.
Cuenta que en días buenos vende hasta mil pesos de mercancía, pero cuando le va mal sus ingresos se limitan a entre 200 y 300 pesos.
En un rincón del Felipe Ángeles Carmen se aventuró a vender tlayudas. La acompañan su esposo y sus tres pequeños hijos, quienes se encuentran sentados junto a ella.
“Me dieron permiso y aproveché, además no me cobraron nada por ponerme aquí”, cuenta.
La gente que acudió a la inauguración hizo una larga fila para comprarle, pues en esta terminal aérea no hay ningún local comercial que venda alimentos. Solamente está abierta una sucursal de Starbucks que por hoy regaló café negro y una rebanada de pan, los cuales se les terminaron en poco más de una hora.