Fue un domingo familiar, en el que los ciudadanos salieron en medio de la pandemia y lo hicieron a restaurantes, a pasear o a trabajar, pero no a participar en la consulta popular que buscaba enjuiciar a políticos del pasado.
En un recorrido realizado por EL UNIVERSAL fue posible constatar que en tres de las casillas ubicadas en la colonia Roma Norte el panorama común era mesas vacías, silencio y urnas semivacías, pero restaurantes que estaban a unos pasos lucieron llenos.
Juan Manuel Rosas fue de los pocos que acudió a votar a la casilla de la calle de Orizaba y se dijo convencido de que este tipo de ejercicios democráticos dan la oportunidad al ciudadano de exigir, sobre todo, a las autoridades judiciales que lo escuchen y hagan su trabajo.
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“Es un grito desesperado de decirle al Poder Judicial que haga su trabajo”, comentó en entrevista con este diario.
Para Juan Manuel, la falta de afluencia se debió a que no hubo la misma difusión en esta ocasión que para la elección del pasado 6 de junio.
En el norte de la Ciudad de México, en la Gustavo A. Madero, el desconocimiento, desinterés y la falta de tiempo fueron los principales motivos por los que la ciudadanía no participó.
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Jaime Ruiz, chofer de la ruta Casas-Antena, confesó que ni siquiera sabía sobre la realización del ejercicio.
“¿Cuál consulta? No, no sabía, pues ahora sí que nos la pasamos aquí en el autobús.
“No nos da tiempo de ver televisión, no me enteré, la verdad”, expresó.
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