Fracturado, desarticulado, con una dirigencia bajo sospecha y en medio del desprestigio por impulsar la ampliación del periodo de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública, el futuro del PRI luce incierto.

Para especialistas, el tricolor que presidente Alejandro Moreno peleado con el PAN y el PRD para continuar una alianza opositora no tiene ninguna posibilidad de ganar en las elecciones de los estados de México y Coahuila del próximo año y sin una estrategia política clara, todo parece indicar que se acelera su proceso de extinción o bien será un partido bisagra o satélite de Morena, la nueva fuerza hegemónica en el país.

Desde 2019, cuando Alejandro Moreno asumió la presidencia nacional del PRI, ese partido gobernaba 11 entidades: Sonora, Sinaloa, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Hidalgo, Tlaxcala, Estado de México, Colima, Oaxaca y Campeche. De ellas ya perdió nueve gubernaturas y se enfila a la derrota, sin alianza, en los estados de México y Coahuila. Sólo mantendría su reciente triunfo en Durango logrado con la coalición con el PAN y PRD.

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Gabriel Guerra, analista político, dijo a El Universal que lo ocurrido en el Senado, donde nueve senadores del PRI votaron a favor de la militarización del país, muestra la profunda división del partido que ha provocado la dirigencia de Alejandro Moreno, porque el PRI incluso en sus peores momentos de derrotas electorales, cuando ha sido oposición, fue su cohesión, pero en este caso se ha roto por culpa de su líder nacional que ha impuesto caprichos y compromisos.

Indicó que el “PRI es una especie de nuevo partido bisagra para la 4T, pero ni siquiera ha sabido vender caro su amor. El PVEM y en su momento Nueva Alianza supieron capitalizar eso muy bien, pero Alejandro Moreno lo está haciendo a cambio de mantenerse en la impunidad, no de influencia partidista”.

Respecto a la Alianza Va por México dijo que claramente que tiene más grietas, evidentemente por un lado con las presiones políticas, “muy buenas artes del convencimiento, del secretario de Gobernación”.

“Pero eso habla la fragilidad de la Alianza Va por México y habla también de que muchos de sus integrantes o no están plenamente convencidos de las causas o tienen demasiada cola que les pisen o demasiados expedientes judiciales pendientes”.

Consideró que si bien está muy mal que gobierno esté utilizando los expedientes contra los opositores políticos, pero está que cantidad la oposición tenga también tal cantidad de actores judicializables.

“La Alianza Va por México decidió asociarse con Alejandro Moreno, un personaje que por un lado no es confiable y por otro lado que muchas colas que le pisen. Entonces, eso habla de una Alianza que fue por México y que ahora no va a ningún lado”, indicó Guerra.

Dijo que si ya de por si se veía muy complicado el panorama para el PRI de cara a las elecciones del 2023 y 2024, “yo creo que este es un clavo más en el ataúd tanto de la Alianza como del PRI porque veo muy difícil que después de esta nueva traición, se pueda presentar un frente unido en el estado de México”.

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Expuso que en Coahuila es otra historia, pero en el estado de México es prácticamente imposible para el PRI. Si ganaron de panzazo hace cinco años veo que puedan ganar frente a una candidata que es aceptada por mucha gente y popular como Delfina Gómez. “Ahora la ex titular de la SEP va a ir prácticamente sola frente a una oposición dividida, sumado a que varios de los aspirantes de oposición o no tienen enorme arrastre como lo es Alejandra del Moral o tienen historias cuestionables como es el caso de Enrique Vargas”.

Es malo para el país que haya una oposición tan fracturada y de tan baja calidad. El gobierno está haciendo su chamba de aprovechar las vulnerabilidades de sus adversarios”, apuntó.

El politólogo y catedrático de la UNAM, Khemvirg Puente Martínez, dijo que lo ocurrido los senadores del PRI que votaron a favor de la militarización del país “no es ninguna sorpresa sino que revelan es la situación real y actual del PRI, fragmentado, desarticulado, sin liderazgo y sin una estrategia de acción política.

“Lo que queda claro porque no hay comunicación de Alito con el coordinador en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong y a hay que agregarle lo que sucederá también los Congresos locales donde prácticamente el PRI no será un factor relevante para la aprobación de las reformas constitucionales en materia militar puesto que ya no representa un equilibrio, ni propiamente es un partido opositor, porque irá ajustando sus posiciones políticas a negociaciones coyunturales pero sin una identidad o postura ideológica”.

Subrayó que el PRI encuentra en una crisis y las elecciones que vendrán el próximo año serán las definitorias para el futuro de partido, es decir si en Coahuila y en el estado de México no logran conservar al menos una gubernatura pues prácticamente podríamos decir que el PRI se encontraría ya en proceso sino de extinción, porque el priismo seguirá vivo, es decir hay militancia, hay grupos políticos organizaciones de ese partido, prácticamente quedaría como un partido marginal.

Comentó que es probable que sus liderazgos políticos o principales liderazgos buscarán dos tipos de salidas la primera es que el repliegue y la otra es acercarse a algún otro partido y lo más viable sería en Morena, con quien comparten el tipo de prácticas políticas.

“El PRI se ha convertido en este momento en el partido bisagra de Morena, de la 4T cuando se requieren votos o aliados coyunturales cuando se requiere una mayoría calificada como ocurrió con la reforma constitucional que amplía la militarización”.

Insistió en que el PRI no está teniendo una estrategia como partido porque hay como muchos partidos en su interior, es decir hay una fragmentación, por lo que en otras reformas del Ejecutivo Federal como la electoral, donde también se requerirá mayoría calificada, no se puede pensar o adelantar que en automático vaya a apoyar a Morena.

Sin embargo, dijo que al no existir un liderazgo político, centralizado en el PRI, como durante décadas hubo en la figura del Presidente de la República o de sus entonces líderes nacionales, es probable que la estrategia del gobierno para la aprobación de futuras reformas será ir negociando cada legislador y ya no con el partido como tal.

El también coordinador del Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM , indicó que la estrategia, las presiones, coerciones, negociaciones, promesas o premios con embajadas a ex gobernadores del PRI que ha utilizado la 4T son las mismas de otros gobiernos del pasado en México.

José Perdomo, analista político y catedrático de la Universidad La Salle, señaló que el PRI no va a desaparecer, “lo que sí está sufrir de una completa ruptura segundo veo una completa ruptura esto lo veo como 1988, lo veo como un parteaguas, va a llegar otra estructura, tiene que cambiar radicalmente por parte de quienes son fieles al partido para terminar con una dirigencia como la de Alejandro Moreno que se ha sostenido a base de mentiras, falsedades, pactos de impunidad con el gobierno federal”.

Agregó que la actual la peor época del partido, ha perdido prácticamente todas las gubernaturas y los únicos triunfos que ha logrado han sido con la Alianza Va por México a la que ya traicionó.

“El PRI ya es un remedo de partido bisagra, que ya se convirtió en el Primor con la alianza con Morena, vendiendo su cariño, sus votos a favor de las reformas del presidente López Obrador”.

Vaticinó que el PRI a nivel nacional que no podrá ganar gubernaturas, por lo cual el gobernador del estado de México, Alfredo del Mazo, está empeñado en llevar todo el proceso de elecciones internas y después la campaña en el 2023 para tratar de retener esa gubernatura.

“La estrategia al gobierno de la 4T para doblar al PRI y también a algunos senadores del PRD fue a la vieja usanza: con cañonazos, con la UIF, con promesas y con embajadas. Dejar sus principios, sus promesas para que al final apoyaran la militarización hasta el 2028 por el capricho presidencial”.

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