Más Información
En carta, Sheinbaum responde a Trump sobre imposición de aranceles a México; “A un arancel vendrá otro”, señala
Trump impondrá 25% de aranceles a México desde su primer día de mandato; exige frenar “invasión” de migrantes y drogas
“Sólo en 10 de mayo estamos así de vacíos”, comenta una funcionaria del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México mientras observa la tranquilidad del juzgado en el que trabaja.
La mitad del personal en el Juzgado 37 Familiar decidió unirse al paro de mujeres convocado para este 9 de marzo .
Ante la posibilidad de que esto ocurriera y luego de que el Consejo de la Judicatura capitalino decretara la suspensión de plazos judiciales, la mayoría de los litigantes que atiborran las filas de los archivos, las del elevador, los pasillos y la fila de entrada; decidieron no presentarse tampoco.
El sentir del personal que sí trabajó hoy es que el día transcurre como si fuera 10 de mayo, fecha en la que se permite descansar las madres trabajadoras del Tribunal y en la que todos los juzgados funcionan con la mitad o menos servidores públicos de los de costumbre.
La ausencia de las mujeres este 9 de marzo se nota en el edifico de Avenida Juárez 8 desde la fila de entrada pues en menos de dos minutos se logra acceder al lugar, sin importar si se porta o no bolsa o mochila.
En los elevadores donde también las filas se caracterizan por dar la vuelta a la torre central y convertir la llegada a cualquier juzgado en un caos digno de la estación de metro Pino Suárez en hora pico, las filas no rebasan las cinco personas.
El acceso es fácil, rápido, amable, incluso el personal de seguridad permanece menos tenso, sonríe a la gente y orienta a los usuarios de dónde dirigirse sin necesidad de gritar: “pisos pares hasta el 10, de este lado; favor de pegarse a la pared; pisos nones hasta el 10 de este lado”.
Cuando la temperatura sube, en los juzgados familiares el único lugar donde es posible percibir la intensidad del aire acondicionado es la oficina de algún juez, o en las Salas Familiares o las oficinas del Consejo de la Judicatura.
Hoy, el aire acondicionado se percibe en cualquier juzgado.
“Ojalá estuviera así todos los días, no agarré tráfico, subí rapidísimo y hoy sí voy a terminar a mi hora”, comenta una secretaria de Acuerdos a su mecanógrafa mientras rubrica y firma diversos expedientes.
En algunos juzgados las mujeres que trabajaron portaron blusas miradas en apoyo a la causa feminista, algunos hombres, incluidos jueces, se solidarizaron con las mujeres usando camisas o corbatas moradas.