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Al menos cinco de las ocho aeronaves de la flota presidencial que fueron puestas a la venta por el gobierno federal y que estuvieron a cargo del desaparecido Estado Mayor Presidencial, se encuentran estacionadas en el Sexto Grupo Aéreo, antes Hangar Presidencial, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
A excepción del avión Boeing 787-8 TP-01 José María Morelos y Pavón, parado en Victorville, California, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) mantiene en resguardo el avión TP-02 Presidente Juárez, que transportó a cinco presidentes de México; el TP-03, un Boeing 737-322, un avión Gulfstream y los helicópteros Superpuma, empleados por los mandatarios de anteriores sexenios para viajes cortos, en los hangares.
En la misma situación se observó un helicóptero Augusta, AW109SP, adscrito a la Sedena, utilizado por el Ejército para vigilancia aérea en prevención del robo de hidrocarburos en los estados de Puebla, Hidalgo, Oaxaca y Chiapas.
Para evitar su deterioro, personal de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) da mantenimiento y por periodos sacan a volar los aviones y helicópteros que no han sido vendidos, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenara subastarlos, al considerar que no son para el servicio a la población.
Como parte de las labores de mantenimiento, el personal estaciona algunas aeronaves en la plataforma de maniobras, frente a los hangares del Sexto Grupo Aéreo.
A un lado del hangar que el expresidente Enrique Peña Nieto mandó construir para el polémico avión presidencial TP-01 787-8 Dreamliner José María Morelos y Pavón, ahora convertido en almacén general de insumos médicos para atender Covid-19, se encuentran los helicópteros Eurocopter, EC225 LP (Superpuma), que alguna vez fueron usados para viajes cortos de los mandatarios del país, y que estuvieron a cargo de lo que fue el Estado Mayor Presidencial.
El proceso de venta de las 72 aeronaves está a cargo del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), encabezado por Jorge Mendoza Sánchez.
En enero de este año, el gobierno federal anunció la subasta de 72 aeronaves (33 aviones y 39 helicópteros) no necesarias para su operación, después de analizar 263 (148 aviones y 115 helicópteros) al servicio de la administración pública federal, con la que se busca recuperar más de 2 mil 500 millones de pesos.
La mayoría de los aviones y helicópteros fabricados entre 1966 y 2016 eran utilizados para el traslado de funcionarios de alto nivel y para acciones que no tenían un beneficio a la ciudadanía, de acuerdo con el diagnóstico realizado por la Presidencia de la República.
Según el catálogo, 15 aeronaves pertenecen a la Fiscalía General de la República (FGR), entre las que destaca el helicóptero ligero EC-145 MBB-BK 117 C-2, en el que se transportaban los procuradores para
viajes cortos.
Ocho son de la Presidencia de la República; cinco, de la Secretaría de la Defensa Nacional; dos, de la Marina Armada; tres, de la Policía Federal; dos, de Petróleos Mexicanos (Pemex); tres, de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y dos son de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Entre las aeronaves destaca el avión presidencial TP01, José María Morelos y Pavón, que no se ha podido vender y que desde diciembre de 2018 se encuentra en Victorville, California, para mantenimiento y la certificación de Estados Unidos, con un costo total que el año pasado fue de 13 millones de pesos por concepto de preservación y de 15 millones de pesos por mantenimiento.
Al anunciar la subasta, en enero, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que los recursos obtenidos de la venta serán destinados para la compra de equipo médico para hospitales (Rayos X), tomógrafos, ambulancias, “sólo por hablar de necesidades de salud, pero cuántas otras necesidades hay”.
“Había dos mundos: el mundo del pueblo y el mundo de los gobernantes. Dos esferas distintas.
“Mientras la gente no tiene ni para lo más indispensable, los funcionarios se sentían reyes, eran como una monarquía criolla y vivían colmados de lujos y de privilegios”, indicó el Presidente.
El Mandatario decidió mantener los aviones y helicópteros adscritos a las áreas de seguridad y de apoyo directo a la población.