El gobierno de Estados Unidos aplica una política de expulsión y deportación con base en criterios de no admisión a personas extranjeras a su territorio, de acuerdo con el despacho The Cruz Law Office con sede en San Diego, California.

En información que comparte con la comunidad mexicana, explica que las causas por las que un agente de migración del vecino país puede ordenar una expulsión inmediata son: que el extranjero no cuenta con una documentación adecuada o porque el extranjero ha tergiversado o presentado información falsa para lograr entrar a territorio estadounidense u obtener otro beneficio bajo las leyes de inmigración.

Agrega que la decisión de un inspector de inmigración no se puede apelar ni tampoco existe el derecho de ser asistido por un abogado. Una vez que alguien es expulsado de la Unión Americana, no se puede regresar a ese país por un periodo de cinco años.

En tanto, un extranjero deportable puede ser cualquier persona que ingresó a Estados Unidos de manera ilegal o que su estancia en territorio estadounidense ya no cumple con los requisitos que establecen las leyes de ese país.

El especialista en migración, Daniel Tacher, explica: “Por ejemplo, una persona detenida en la frontera y que es devuelta inmediatamente a México está siendo expulsada. Una persona que es requerida por la autoridad para ser devuelta, es deportada”.

Agrega que una política de repatriación implica que el país expulsor cuente con una política de atracción de sus migrantes en el extranjero para regresarlos a su país.

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