Enfrascado en un enfrentamiento directo con el presidente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, el coordinador de ese partido en el Senado, Miguel Ángel Osorio Chong, argumenta los motivos para exigir la renuncia del dirigente priista y recalca que su permanencia en el Comité Ejecutivo Nacional es insostenible.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el exsecretario de Gobernación acusa a Moreno Cárdenas de concentrar todo el poder, no escuchar a voces distintas y conducir al PRI a derrota tras derrota, engañando incluso a gobernadores y exgobernadores, que le dieron su respaldo para llegar a la dirigencia nacional.
Osorio Chong lamenta que no haya sensibilidad ni apertura por parte del presidente del partido, y por el contrario, “hay cerrazón absoluta”, por lo que advierte que “no me voy a callar ni a quedar cruzado de brazos”.
Señala que si bien los estatutos respaldan a Alito Moreno, tendría que hacerse a un lado para enfrentar las acusaciones de corrupción que se le han hecho desde Campeche, situación con la que, cada día que pasa, arrastra al PRI hacia el desprestigio.
¿Cuál es su diagnóstico de la situación que vive el PRI?
—Perdimos prácticamente todas las gubernaturas, salvo Durango. Nos quedamos sin ningún espacio de poder en las entidades. A nivel presidencias municipales, hemos perdido casi 300 y muchos espacios en legislaturas locales. Es el resultado de dos años de liderazgo en el PRI, y yo lo que digo, el liderazgo se ve no a partir de tener el nombramiento, sino a partir de los resultados. Y los resultados son bastante malos.
Más allá de ese 18% que se sigue presumiendo y presumiendo, pero sin gobernar ya territorio, entonces tenemos que replantearnos, porque ese 18% lo podemos ir bajando a partir de que ya no estamos en los estados gobernando. Es una lógica inmediata que creo que no se quiere ver, y te presentan gráficas con números agradables.
Nuestra realidad es que el 18% se puede ir disminuyendo si no hacemos algo de inmediato. Y lo que encontramos como respuesta es exclusión, es autoritarismo, es meter decisiones unilaterales, centralistas y a sus conocidos, salvo excepciones de gente destacada, con carrera.
Lo que hace es modificar los estatutos para hacer una concentración de toma de decisiones, y así no nació mi partido. Ahora que llevamos dos años en los que se está haciendo este intento de apropiarse del partido, decimos lo mismo, hay que hacer modificaciones, hay que democratizar al partido. Y si Alito no quiere, yo no habré de quedarme callado ni con los brazos cruzados.
¿Qué llevó al PRI a esta situación tan desastrosa?
—¿Por qué hemos perdido espacios? Porque ha faltado diálogo. Porque han estado rodeadas las decisiones de mentiras, de no inclusión, eso es lo que lleva a cualquier partido político a la derrota. Más allá que las condiciones están mal, complejas, la realidad es que ahora a quien quiere, a quien le acomoda, se les amenaza, y algo importante: a quien no está de acuerdo se le expulsa.
¿Dónde está la militancia? ¿Por qué no está en las calles protestando contra la dirigencia tras las derrotas electorales del PRI?
—Porque así no es el PRI. El PRI no es un partido que se maneje a partir de la protesta, pero hay un enojo real. Mucha gente en los estados que me ha llamado, me han manifestado el respaldo a lo que digo. No a mí, el respaldo a la acción que hemos emprendido. Y déjame de alguna manera representarlos, porque no es fácil ser escuchados. Ya viste declaraciones de gobernadores en las entidades, comités directivos.
Yo no llamaría a tomar acciones radicales, yo no soy así. Ojalá la misma razón o forma de comportamiento la tuviera Alito y viera que ya no tiene ningún liderazgo y ninguna representación real dentro de la militancia de mi instituto político.
¿Cuál considera que es la ruta para la recomposición del partido y para que la nave no siga hundiéndose?
—La ruta es una autocrítica de Alito y dejar el partido. No lo va a hacer, ni siquiera nos recibió porque no le gusta que le digan las realidades.
La ruta es legal, pedir elecciones anticipadas. Tampoco lo va a querer hacer porque es mentira que dice que se va el 2023. ¡Nombre!, quiere quedarse tres meses más y luego quedarse hasta el 2024. Y si tantito busca un espacio, va a querer reelegirse.
Ese es Alito, el verdadero Alito. El que miente, el que frente a los expresidentes del partido dijo —con tal de resolver el tema— “lo que quieran, sí a todo”, y 10 días después: “No, vayan al Consejo Político y planteen sus cosas”.
Nos dijo que sí a todo; por favor destáquenlo. Nos dijo que sí a todo y 10 días después ya ni siquiera nos recibe. Y sale con que ha visto en lo particular a algunos expresidentes. Ese no fue el planteamiento.
Desde que asumió la dirigencia han sido mentiras y mentiras; promesas, espacios que no le pertenece a él decidir o dar. Hoy ya comprometió al partido para la elección de 2024 y no le toca a él. Esto sí le quiero decir a los militantes. A él no le toca estar comprometiendo, ni debiera, espacios para 2024.
¿Por qué llegó a eso el presidente del PRI?
—Que también recuerde, porque parece que ya se desmemorizó, que hubo apoyo de gobernadores priistas, que hubo una reunión en la que le apoyaron varios gobernadores, que por cierto, después se olvidó del apoyo y el compromiso que hizo con ellos. Pero se le olvidó que recibió un apoyo real, importante, de una buena cantidad de gobernadores.
Entonces, así como que “llegué solito”, no. Es una mentira tras otra mentira. Dice que fortalece al partido y lo deja solo en Quintana Roo y Oaxaca. Son incongruencias de estas mentiras que creen que todos le vamos a seguir avalando y apoyando y la verdad es que no. La realidad es que hay quienes decimos, te vamos a señalar lo que estás diciendo, que es mentira, que te conocemos. Llegaste, sí, por una elección democrática, y queremos que se haga otra elección democrática.
¿En esta situación que vive el PRI influyen los señalamientos que se le hacen a su dirigente desde Campeche con la revelación de audios?
—Es otro tema que me preocupa, el desprestigio al que está llevando a mi partido. Es un tema personal que debería atender. Y él lo decía en sus discursos: “Si algún priista tiene algo y le señalan algo, que vaya y que enfrente y que responda”. Pues que ponga el ejemplo. Tendría que dejar el liderazgo para enfrentar esos señalamientos, que son bien fuertes. Enfrentarlos y no escudarse o creer que es un escudo protector el partido al que está arrastrando en este desprestigio.
¿Usted estaría dispuesto a encabezar una nueva era en el partido?
—Estoy dispuesto a generar la unidad que requiere el partido para esa nueva era. Yo no estoy pensando en cómo me apropio, como lo está haciendo Alito, del partido. Estoy pensando en recuperar el partido para la militancia y eso es a partir de acuerdos y de unidad.
¿Estaría dispuesto a reunirse con el dirigente como ya lo han hecho algunos expresidentes, por separado?
—No, porque no quiero acuerdos en lo oscurito y no quiero después que los saque. Quiero un acuerdo para el partido, no para Miguel Osorio.