El gobierno de Estados Unidos ha puesto todas las herramientas disponibles para México con el objetivo de que pueda dar un combate frontal a la delincuencia organizada, y con ello no se pretende violar soberanía alguna, afirmó el director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca, Mauricio Claver-Carone.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el funcionario estadounidense subrayó que al referirse a “herramientas”, lo que se pone sobre la mesa es apoyo militar, de investigación, financiero, cibernético, económico, entre otros.
Claver-Carone, quien desde el pasado martes está en México, consideró que para poner en marcha estas herramientas hace falta voluntad política y sobrepasar los obstáculos burocráticos, que complican todo innecesariamente.
Destacó que entre los presidentes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador existe una relación de cordialidad y “bastante buena”. El presidente Trump le ha dejado claro a López Obrador que Estados Unidos está en la mejor disposición de ayudar a México cuando lo requiera, expuso.
México tiene un problema, comentó, y Estados Unidos quiere ayudarlo. Hace unos días, recordó, mataron a nueve ciudadanos estadounidenses en México; sin embargo, todos los días mueren cientos de mexicanos.
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Mauricio Claver-Carone también está en el país para encabezar la reunión del Plan de Crecimiento Económico, que Estados Unidos pretende lanzar en enero próximo, de la mano de México, Guatemala, El Salvador y Honduras.
¿Cuál es el motivo de la visita?
—El martes, el presidente [Donald] Trump habló con su homólogo mexicano, [Andrés Manuel] López Obrador; en la conversación, le brindó todo el apoyo de Estados Unidos, todas nuestras herramientas, debido a la situación desafortunada en el norte de México. [Trump] dejó muy claro que todas los instrumentos de la Unión Americana están a disposición de López Obrador para poder lidiar con el crimen organizado.
Yo simplemente vengo, ante todo, para recalcar la amistad entre ambos presidentes. Es increíble la cordialidad, el entendimiento que hay. Es una relación excepcional, francamente.
También vamos a tener una reunión con los ministros de finanzas del norte de Centroamérica, Guatemala, El Salvador y Honduras, lo que es un próximo paso para el Plan de Crecimiento Económico, que a su vez forma parte del programa América Crece. Lo quisimos hacer aquí, en México, porque estamos trabajando muy cercanamente con su gobierno, y queremos seguir trabajando así, y no solamente en la planificación de los proyectos, pues queremos que este plan sea de todos.
Hubo un mal entendido en algún momento: que si estábamos haciendo un plan diferente al de México, que si se trataba de una competencia. No, nosotros no tenemos ninguna competencia con México, sino al revés: es nuestro aliado, queremos trabajar con él. El plan de la Cepal no es un plan en sí, sino un diagnóstico, por lo que al fin y al cabo no resuelve los problemas.
¿Cuáles son las herramientas que ofrece Estados Unidos?
—El presidente Trump las ha ofrecido todas, sin excepción, pero entendiendo que nosotros respetamos absolutamente la soberanía de México, que queremos que el mandatario López Obrador sea el que la maneje, pero la preocupación que tenemos es que algunos de estos cárteles le arranquen esta soberanía.
Estados Unidos no tiene ninguna mala intención en cuestión de infringir la soberanía de México; nosotros queremos trabajar conjuntamente con Andrés Manuel López Obrador, en lo que sea que él necesite.
Cuando Estados Unidos le ofrece ayuda a México, en automático se piensa que quieren venir para acá.
—Estados Unidos tiene una caja de herramientas [que] es muy amplia y significa todo: desde apoyo militar, si así lo desea, hasta herramientas financieras, de investigación o cibernéticas. Hay una amplia cantidad de instrumentos que Estados Unidos puede proveerle a López Obrador si él lo quiere, cuando él lo quiera, pero insisto: nosotros no queremos imponer nada ni queremos infringir en la soberanía, todo lo contrario: queremos que el único que la ejerza sea el presidente López Obrador.
En esta semana, asesinaron a nueve estadounidenses, pero todos los días son cientos los que mueren, así que a nadie debe interesarle más este apoyo [que a López Obrador], y confiemos en que le interese tenerlo para poder llevar a cabo esta lucha tan importante para México, para el bienestar de su pueblo, para la seguridad de su pueblo.
¿El crimen organizado es un problema para Estados Unidos?
—Es un problema para México, primordialmente, y queremos ayudarlo. No tengo la menor duda de que esta situación le quita el sueño al presidente López Obrador todos las noches, porque él es un patriota y quiere al pueblo mexicano, y nosotros lo que queremos es apoyarlo y salvar vidas en su país.
México le reclama a Estados Unidos el tráfico de armas, ¿cómo se puede trabajar en ello?
—Tenemos que hacer planes comprensivos. Aquí no hay nada que esté fuera de la mesa. La exportación de ciertas armas en Estados Unidos es ilegal, así que si hay algún tipo de ilícito ocurriendo, nosotros queremos trabajar con el gobierno de México y actuar en la frontera. La segunda enmienda de Estados Unidos da el derecho de portar armas, no de exportarlas. Siempre se quieren mezclar y politizar estos temas, pero nosotros no quitamos ningún tema de la mesa en cuanto a nuestro apoyo y nuestra cooperación, que es de dos vías, como de dos países amigos, vecinos y soberanos.
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Es un tema de larga data.
—Sin embargo, yo creo que ambos presidentes, el de Estados Unidos y el de México, tienen una relación única y la disposición de realmente hacer algo, si podemos sobrepasar algunos de estos impedimentos burocráticos que existen. Pasa en todo. Hay muchos acuerdos y muchas cosas, pero la implementación a veces es más dura que la voluntad.
Estados Unidos se encuentra en campaña electoral.
—Pero en Estados Unidos sabemos caminar y mascar un chicle, y eso, al fin y al cabo, no le quita importancia al trabajar conjuntamente. El gobierno americano no está enteramente en campaña. El presidente tiene un equipo de campaña, sí, pero el resto del gobierno estadounidense, y todo el mundo, sigue trabajando, y eso no le quita a lo que podemos hacer. Aquí, francamente, lo que hace falta es tener la voluntad política, y creo que ambos mandatarios podrían llegar a eso; así se superarían los obstáculos de implementación o los burocráticos, que a veces son los que complican todo innecesariamente.
¿Cuál es la diferencia entre el Plan de Crecimiento Económico y el Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica, que tiene México?
—Cuando hablamos de crecimiento económico, no se trata de los gobiernos, de darles dinero a los gobiernos y a las ONG para que ellos decidan qué es lo que creará empleo, porque los que crean empleos son los empresarios. Se trata de lanzar negocios, tener acceso a financiamiento; esas son las herramientas que existen. Sin embargo, eso no ocurre, porque hay obstáculos burocráticos, obstáculos que tienen inversionistas en Estados Unidos, que tienen que sobrepasar para poder darle la luz verde, comenzar esas inversiones.
Nosotros tenemos ahora herramientas que dan ciertas garantías o incentivos a las compañías para que sientan más seguridad entrando a estos mercados, para poder ver oportunidades que sean comercialmente factibles.
¿Este plan se trata de entregarle dinero a los gobiernos?
—No, porque los gobiernos no crean empleos, las empresas lo hacen. Lo único que los gobiernos pueden crear son las condiciones para que las empresas creen empleos o para que los individuales quieran crearlos.