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Personal del Hospital de Infectología en el Centro Médico Nacional La Raza bloqueó por más de cuatro horas Circuito Interior para exigir equipo de protección personal de calidad; además, denunció contagios entre sus compañeros y que ya registran fallecimientos.
“No tenemos lo necesario para trabajar”; “Nos estamos infectando, no tenemos insumos”; “Queremos equipos”, señalaban algunas cartulinas durante su protesta.
El personal inconforme pidió a las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que realice una auditoría en la unidad médica para saber si han llegado insumos y, en caso de ser así, qué ha pasado con éstos.
“El equipo que nos dan no es de calidad, todos los días escuchamos de vuelos que llegan con este tipo de insumos o que se hacen adquisiciones y la pregunta es, ¿en dónde están? Si han llegado al hospital, pues entonces que hagan una auditoría y revisen qué pasa, porque nosotros no los estamos recibiendo”, dijo una enfermera quien pidió resguardar su identidad.
Otra trabajadora denunció que cada día hay más médicos y enfermeros contagiados con el nuevo coronavirus, además de fallecimientos, por lo que exigió al gobierno federal que cuiden al personal de Salud.
Javier Palomino, de 51 años, es uno de los camilleros que dan servicio al Hospital de Infectología del Centro Médico La Raza del IMSS y asegura que se ha visto obligado a trabajar con insumos de baja calidad mientras atiende casos de Covid-19.
Ayer, Javier salió a la avenida Circuito Interior junto con enfermeras, camilleros y personal del hospital para el que trabaja a exigir insumos adecuados para evitar más muertes y contagios de Covid-19.
Llevo el material que le ha sido entregado por el IMSS, como guantes tan delgados que se rompen fácilmente, mascarillas tipo N95 con orificios o gorros que no alcanzan a cubrirle bien la cabeza, dijo.
El hombre de 59 años explicó que su familia permanece preocupada por el riesgo que corre diariamente, por lo que adquirió una mascarilla más segura, que tiene un costo aproximado de mil pesos.
Alejandra Osornio, enfermera, afirmó que el personal ya está cansado de que lo traten como robots y que no se procure protegerlos.
En entrevista con EL UNIVERSAL explicó que en su piso no hay ninguna puerta para separar a los pacientes Covid-19 de las demás áreas, sino sólo una cadena.
Al lugar llegó Efraín Arizmendi, del área de Compras del IMSS, con quien los inconformes instalaron una mesa de diálogo al interior del hospital para resolver sus demandas.