Internacionalistas y diplomáticos criticaron el reparto de embajadas y consulados por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador para amigos y leales, pues además de no contar con experiencia diplomática, forman parte de la misma “tradición” de los sexenios del PRI y PAN de entregar estas sedes a discreción y marginar al servicio exterior mexicano (SEM).

Coincidieron en que los recientes nombramientos políticos llevan a que la institucionalidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se pierda.

La internacionalista Enriqueta Cabrera y el catedrático Martín Íñiguez Ramos subrayaron que, si bien es una facultad del Presidente, el mensaje que se envía a las otras naciones con ciertas designaciones es el nivel de importancia que se da a la relación diplomática.

“Sí se fractura la institucionalidad. La relación de México con otros países depende mucho de lo que hagan los embajadores, por ello es que el servicio diplomático es muy importante”, mencionó Cabrera.

Enrique Berruga Filloy, diplomático y escritor, afirmó: “Es muy frustrante que exista un servicio exterior de carrera, con todas las pruebas y requisitos que te exigen, con una competencia enorme, y simplemente la mejor vía sea ser diputado o gobernador para llegar a ser embajador o cónsul”.

Reconoció que este tipo de nombramientos, como el de Quirino Ordaz, gobernador saliente de Sinaloa, para embajador en España, no son privativos del gobierno de López Obrador.

Si analizamos hacia atrás, hasta que llegó Roberta Lajous hace cinco años a Madrid, nunca había habido un embajador mexicano de carrera en ese país.

Guadalupe Peña, internacionalista y académica de la Universidad La Salle, expuso que el gobierno de la Cuarta Transformación revive la tradición de entregar las embajadas como pago de favores políticos, desdeñando al servicio exterior mexicano.

Stephanie Henaro, internacionalista y maestra en Geopolítica, Territorio y Seguridad, precisó que es claro que el Presidente está entregando premios a los gobernadores de oposición que perdieron en las pasadas elecciones, con la clara intención de burlarse de los líderes de oposición y crear una ruptura de cara a 2024.

Norma Soto, internacionalista de la Universidad La Salle, dijo que esta práctica se está llevando al extremo en la 4T, independientemente de que no cuenten con el perfil para estos cargos.

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