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Unos llegaban a la Ciudad y otros intentaban salir de ella a través del Aeropuerto Internacional, para aprovechar este fin de semana largo con motivo de las fiestas patrias.
Pero pronto el enojo y la desesperación afloró en sus rostros. Se toparon con el bloqueo de más de ocho horas que policías federales inconformes realizaron en las inmediaciones de la Terminal 1.
Como pudieron, a pie, corriendo, en el Metro, lograron arribar a este punto en el oriente de la Ciudad de México.
Con desesperación trataron de subirse a las patrullas de la policía que en ese momento ya habían sido habilitadas como peseros para trasladarse de Bulevar Puerto Aéreo a la Terminal 2.
La señora María llegó procedente de Miami, con su hija, y al salir de la terminal aérea se encontró con el bloqueo.
Visiblemente apurada, subió su equipaje a una camioneta de tránsito; iba a la central de autobuses TAPO para dirigirse a Puebla.
“Nos afecta demasiado, porque vamos para Puebla, pero ni modo”, comentó.
Fernando venía de Phoenix, Arizona, y todavía tenía que transbordar al puerto de Acapulco.
“Deberían estar agarrando a las ratas, ahora sí que ya las tienen”, se quejó mientras arrastraba sus maletas en dirección a la Terminal 2.
“No, no, no, esto es un caos”, lamentó Angélica, quien estuvo a punto de perder su vuelo.
La lluvia se presentó en cuatro ocasiones, pero no venció a los policías federales. Entre cantos y consignas contra el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo Montaño, los cerca de 100 elementos de las divisiones de Fuerzas Federales, Gendarmería, Seguridad Regional, Investigación y Científica se mantuvieron firmes sobre la vialidad en dirección al norte de la ciudad.
Aglutinados en el grupo Policías con Dignidad, Valor y Justicia, los agentes portaban diversas mantas, una bandera de la Policía Federal y una de México, la cual ondeaban con cánticos para levantar el ánimo a la tropa.
Por un momento se pensó que habían logrado un acuerdo con el secretario Durazo, porque saltaron en júbilo celebrando: “Sí se pudo, sí se pudo”.
Por unos minutos brincaron y estallaron en alegría los agentes, quienes no quieren pertenecer a la Guardia Nacional y tampoco a unas de las opciones que se les han ofrecido, como el Instituto Nacional de Migración y el Servicio de Protección Federal.
Sin embargo, después su entusiasmo se apagó, mas no el ánimo, luego de que su dirigente, quien no quiso revelar su nombre, recibió una llamada telefónica.
Al colgar, reunió a los jubilosos inconformes y por el megáfono les informó que no había acuerdo y que la mesa de negociación en la que participaban su abogado, Enrique Carpizo, y otros líderes, Mario Lover y Adrián López, continuaba en la colonia Condesa.
Por lo que la celebración concluyó y todos volvieron a su lugar advirtiendo que continuarán bloqueando Circuito Interior hasta obtener una respuesta favorable a su demanda de ser indemnizados.