Una de las principales dolencias en México es que hasta lo malo se normaliza. Se vive en medio de 98% de impunidad y es normal; hay 98 mil desaparecidos, oficialmente y se normaliza; existen 35 o 40 sentencias en materia de desaparición forzada y está normalizado, señaló Karla Quintana, titular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
Esta mujer, que a diario acompaña a colectivos de personas que están en la búsqueda de sus seres queridos y que también a diario recibe peticiones de apoyo, cuestionó en entrevista con EL UNIVERSAL cómo se puede defender un sistema que ya no funciona, que a diario golpea la cara del país y que lo rebasa.
“Uno podría hacer una revisión en términos legislativos y, digamos, se pueden mejorar ciertas cosas, pero yo creo que el artículo primero de la Constitución es muy claro sobre la garantía de los derechos humanos de todos, está en la Constitución y es a nivel internacional. Yo creo que con eso, en términos legislativos, podríamos discutir qué hace falta, pero creo que el mayor vacío que tenemos en el país es que existe un artículo primero de la Constitución que es muy claro en la protección de los derechos humanos y una sociedad y un Estado que aún no ha garantizado esos derechos”, señaló.
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Quintana Osuna llegó a la Comisión Nacional de Búsqueda el 8 de febrero de 2019 y desde entonces se dedica a acompañar a las familias a buscar a sus parientes.
“La desaparición duele. Duelen las historias, duelen las realidades, duele la frustración, duele la impotencia, duele el dolor de ellas también”, declaró.
Añadió que todas las mañanas se cuestiona qué es lo que puede hacer para combatir este mal de la desaparición de personas, tratar de cambiar realidades, pero la respuesta —señaló— está en el Estado mexicano, no está en una institución.
“En este país, lamentable se personifican las instituciones. El Estado ha sometido a las víctimas de violaciones de derechos humanos, no sólo la de desaparición; ha llevado a pensar que la atención que les da son favores o son dádivas, cuando no es así, son derechos. Nosotros no estamos aquí para hacer favores, estamos aquí para garantizar, las autoridades estamos obligadas a garantizar derechos”, resaltó.
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La entrevistada manifestó su convencimiento de que no hay peor violación a los derechos humanos que una desaparición, ni siquiera un homicidio, porque éste permite hacer un cierre en términos emocionales.
“Y una desaparición es una violación continuada. El dolor se siente, se vive, se transpira”, agregó Quintana Osuna.
¿Qué hace falta?, se le cuestionó. Quintana Osuna no dudó en responder con otra pregunta: “¿Qué puede faltar?”.
“Bueno vivimos en un país con 98% de impunidad; somos el segundo país con mayor impunidad en las Américas después de Haití y lo tenemos normalizado; somos un país con 98 mil desaparecidos y lo tenemos normalizado; somos un país solamente con 35 o 40 sentencias en materia de desaparición forzada y lo tenemos normalizado; somos un país que se precia, se presume de haber creado el amparo como recurso efectivo y que en realidad ya no funciona”, lamentó.
Un componente que no se ha querido tocar en México, subrayó, es cómo se ven a la luz de un país con diferentes violencias, con cientos de miles de homicidios, ejecuciones, esas 98 mil personas oficialmente reportadas como desaparecidas.
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“Por eso hay que decirlo. ¿Cómo defendemos un sistema que de por sí ya no ha funcionado, además con una realidad que nos golpea en la cara, que digamos que nos rebasa? Entonces, tenemos que hacer esa discusión que no hemos querido dar”, subrayó.
Karla Quintana, quien trabajó en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), describe que desde su perspectiva, en la grave crisis de desaparición se ven tres puntos que se deben observar de manera paralela: la desaparición, la forense y la crisis en materia de justicia.
Lamentablemente México es un país que tiene una realidad que lo lleva a crear una ley y una institución de búsqueda de personas, hecho que no existe en ninguna otra parte del mundo.
Para enfrentar este alud de diferentes crisis, indicó la especialista, es necesario tener una fuerte convicción en materia de derechos humanos, algo así como una forma de vida.
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De las mujeres a las que ha acompañado a buscar a sus familiares desaparecidos, Quintana Osuna ha aprendido a insistir, a sacar las fuerzas desde el dolor y a ser más humana. Ha llorado con ellas porque es inevitable, porque se enfrentan a la frustración y hasta a la cerrazón de puertas, explicó.
Su mayor pesar es que el tema de la desaparición pareciera que nunca ha pesado en la sociedad, la cifra de 98 mil personas ausentes pareciera que no es algo que vea la sociedad.
“Son decenas de miles de familias que no tienen a alguien en su casa y ojo, es la cifra oficial. Imagínate todas las personas que no denuncian y me parece inverosímil, es la falta de respuesta y la falta de empatía de la sociedad mexicana y podemos hablar desde la época de la llamada guerra sucia hasta ahora”, resaltó.