Los consulados de México en Estados Unidos siempre han tenido carencia de recursos, pero si se trata de proteger a un mexicano, la atención no se limita, se brinda, y para ello se recurre, incluso, a distintos sectores aliados, asegura la cónsul de México en Los Ángeles, Marcela Celorio.
La diplomática de carrera llegó hace seis meses a Los Ángeles, procedente del consulado en San Diego. Si bien Los Ángeles es una ciudad santuario, comenta en entrevista, no quiere decir que en temas de migración los connacionales están 100% seguros, pues el tema es estrictamente federal.
En esa ciudad viven poco más de 4 millones de mexicanos o descendientes de éstos, y el comercio con México asciende a unos 15 mil millones de dólares anuales.
Los retos diarios, menciona Celorio, son grandes y mucho tienen que ver con la orientación y educación que se da a la comunidad.
¿Cómo vive la comunidad mexicana en Los Ángeles en el actual contexto político de EU?
—Los Ángeles es ciudad santuario, lo que quiere decir que no hay esta cooperación con las autoridades federales para llevar a cabo detenciones o aprehensiones.
Lo que hemos hecho es continuar con el diálogo. La comunicación con autoridades, tanto de nivel federal como estatal y local, porque de esta manera nos informamos si va a haber alguna redada, si hay detenidos o si necesitan asistencia.
Es importante el flujo de información, [aunque] esto no es suficiente para que la comunidad no continúe con sensación de angustia o incertidumbre de no saber qué es lo que va pasar. No saber si estas medidas a nivel federal van a tener impacto aunque se trate de una ciudad santuario.
¿Una ciudad santuario garantiza 100% la protección?
— No lo garantiza porque la materia migratoria es del ámbito federal y si hay una orden de aprehensión, de detención, independientemente de que haya colaboración o no con las autoridades locales, las federales tienen la competencia para realizar estas detenciones.
¿Cómo han enfrentado en el consulado las redadas?
—La función consular no es una ocurrencia. Esto no surgió en 2016 o 2017 (...) sino que desde siempre hemos mantenido una campaña constante de información hacia la comunidad sobre cuáles son sus derechos. Independientemente del estatus migratorio en el que se encuentren en Estados Unidos, todos tienen garantías.
Por otra parte, como diplomáticos de carrera con la política exterior de México que es una función de Estado, no de gobierno desde 2017 iniciamos una serie de visitas al Centro de Detención B18, que está en Los Ángeles, y diariamente acudimos para entrevistar a los detenidos que están en el centro. Llevamos una estadística desde 2017 para saber cuántos hombres y mujeres hay, su perfil y por qué son detenidos.
De este trabajo que seguimos haciendo, [detectamos que] la mayoría tiene antecedentes criminales, [pero] un porcentaje muy bajo, no, y es porque se encuentran junto con los otros cuando son detenidos.
¿En Los Ángeles han incrementado los ataques de odio hacia la comunidad mexicana?
—Los 50 consulados trabajamos muy de la mano con la Liga Antidifamación a nivel nacional.
Nos han dado cursos y talleres para que nosotros como servidores públicos sepamos cómo tratar a los miembros de estos sectores, pero también trabajamos muy de la mano con las autoridades locales.
En ese sentido, hay un comité del condado de Los Ángeles que es de servicios humanos, el cual se dedica especialmente a dar seguimiento a los delitos de odio e incidentes. Se ha visto, por ejemplo, que los ataques a la comunidad LGBTQ se dan entre las mismas razas. Es latino contra latino, negro contra negro, porque todavía hay una cultura muy machista en nuestros connacionales.
Eso nos abre otro frente, que es el de la educación: hay que instruir muchísimo a nuestra propia comunidad. Hay mucho incidente entre negro y latino, mucha ignorancia
y desinformación.
Lo que vemos en Los Ángeles es que racialmente no hay entendimiento entre nosotros mismos ni aceptación al que es diferente.
¿Siguen haciendo más con menos recursos?
—Desde siempre hemos aprendido a hacer más con menos. Siempre ha habido restricciones presupuestarias, pero van en temas de gastos sociales, de cosas que realmente no hacen la diferencia.
En cambio, en temas de protección o asistencia, siempre hemos tenido los recursos, no ha habido ningún recorte para que, por ejemplo, si alguien es víctima de algún delito o de acoso y necesita defensa, siempre haya presupuesto.
Sobre todo, lo que tenemos son los grandes aliados, que son todas las organizaciones no gubernamentales que están destinadas a defender los derechos de los migrantes.
Traerán la carga de atraer inversión a México, ¿cuál es el reto?
—Afortunadamente los diplomáticos de carrera somos profesionales y tenemos todas las habilidades y capacidades para hacer promoción económica, comercial y turística.
Tenemos grandes aliados en las cámaras de comercio.
[Por ejemplo], contamos con las cámaras de Comercio México-Estados Unidos, capítulo California, y la de Comercio Latina.
[Además], tenemos todos los centros de pensamiento, en fin, tenemos aliados.