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Roberta Jacobson dejó ayer su cargo de embajadora de Estados Unidos en México, en medio de la negociación del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el inicio de la construcción de un muro en la frontera entre ambos países.

Acompañada de su esposo, Jonathan, y Taco, su perro, pasará a la historia como la embajadora que hizo de México su segunda nación, por el amor que proyectó a esta tierra y su gente.

“No es un adiós, sino un hasta luego. Gracias a este hermoso país y a su gente. Auguro un futuro próspero para México. Fueron dos años maravillosos. ¡Aquí dejo mi corazón!”, escribió en Twitter.

Jacobson fue nombrada embajadora 1 de junio de 2015 por el entonces presidente de EU, Barack Obama, pero el Congreso de ese país retrasó su ratificación por meses, al grado que analistas internacionales e incluso miembros de la diplomacia de ambos países coincidieron en que era una afrenta para los mexicanos mantener la embajada vacante.

Hasta finales de abril de 2016, el Senado de EU permitió a Jacobson viajar a México para comenzar su trabajo en la embajada con una buena tanda de pendientes, entre ellos, la extradición del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán.

Experta en el tema del narcotráfico en América Latina, la embajadora fue una de las personas que encabezaron la Iniciativa Mérida, firmada por los ex mandatarios Felipe Calderón y George W. Bush para vigilar el trasiego de drogas entre México y los países de Centroamérica, con rumbo a Estados Unidos.

En medio de la crisis que generó entre ambos países el discurso antimigrante del ahora mandatario Donald Trump, la embajadora presentó su renuncia en marzo de este año, en una carta entregada al gobierno de su país, explicó, para tomar nuevos retos.

Ella y su esposo paseaban a Taco cada fin de semana en el Parque México, en la colonia Roma. Aprovechaba sus ratos libres para conocer cada rincón del país, para acercarse a los grupos menos reconocidos y se interesó en sus temas.

Las redes sociales fueron su ventana para mostrar su amor por México. Twitter, principalmente, donde incluso, creó el hashtag #MiAmorXMéxico cuando anunció su renuncia. Lo mismo participó en una marcha de la comunidad LGBTTI, que partió una rosca de reyes y asistió a un espectáculo de lucha libre.

Sus fotografías entre los pavos del mercado de Sonora, en las pirámides de Monte Albán, junto a un caballo de cartón en Tijuana, entre alebrijes o llena del lila de las jacarandas que deja ver la primavera en el bosque de Chapultepec son la prueba que la embajadora dejó de su enamoramiento por México.

“A partir de hoy y hasta el momento de mi partida les compartiré lo aprendido y lo que extrañaré tras mi andar por este hermoso país. ¡Gracias México!”, escribió el 27 de marzo. Jacobson dejó la cuenta oficial de la embajada el 12 de septiembre, porque quería “dar el grito de independencia por ella misma”.

Como defensora de los derechos humanos de todos los grupos sociales vulnerables en México, Roberta Jacobson abogó por los derechos de los periodistas y condenó los asesinatos de Javier Valdez y Miroslava Breach, así como las amenazas a Héctor de Mauleón.

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