Es la calle Norte 84-A, en la colonia San Pedro el Chico, en la alcaldía Gustavo A. Madero. En el primer piso de este lugar, Alondra, una niña de 10 años que padece cáncer, le cuenta a Érik Guevara, sicólogo y pedagogo, sobre por qué le gusta Mulan, uno de sus personajes favoritos.
Ella acude regularmente a este lugar porque es la segunda vez que recae por su enfermedad, lo hace para tomar sicoterapia, una de las áreas principales de apoyo a niños con cáncer, así como de cuidados paliativos que brinda la asociación civil Antes de Partir.
“Damos apoyo integral paliativo en tres áreas principales, el área de salud, que consta de asesoría y consultas médicas, el área sicológica y tanatológica, un acompañamiento en esta etapa de la enfermedad para pacientes y familiares; por último, el área social, donde evaluamos a los pacientes y definimos que necesitan para tener calidad de vida, ahí damos medicina, insumos médicos, préstamos de equipos médicos o despensas”, explica la especialista.
Rosa es madre de Irvin, un menor de siete años que padece cáncer y que cada mes acude a la asociación para convivir y jugar con otros niños en la ludoteca; ella viene a tomar terapias sicológicas.
La señora Rosa acude desde la alcaldía Cuajimalpa, hace dos horas de camino para llegar al sitio; sin embargo, explica que lo hace con gusto, pues su hijo cada vez que acude se siente feliz, además de que él también recibe terapia sicológica que lo ayuda a sobrellevar esta enfermedad.
Pese a lo complejo del tema, su fundadora explica que lo hacen para ayudar a las personas a tener un proceso de vida digna hasta el último momento, por ello, le explican a las personas que fallecer es un proceso normal de la vida.
“Nosotros lo que buscamos es ayudar a los pequeños a tener una vida digna hasta el último momento de vida. Queremos compartir la filosofía de vida y es que todos vamos a morir, damos por sentada la muerte y la aceptamos y recordamos que tu vida es temporal, así las personas comienzan a vivir el aquí y ahora. Buscamos que lo hagan de la mejor manera posible hasta el último momento”, explica.
“Cuando alguien transciende, el apoyo no termina ahí, ya que los papás o familiares pasan a un siguiente programa que se llama Familia Resiliente, donde se les sigue dando atención sicológica y tanatológica para el duelo.
“El resultado final es que son familias que encuentran su propia fortaleza, a diferencia de las familias que no trabajan el duelo pueden ser desintegradas o con padres o hijos que caen en adicciones”, detalla.
En la actualidad, la asociación tiene a 88 pacientes con expediente clínico abierto.
Desde su creación ha realizado 12 mil 50 terapias, ha ayudado a más de 350 niños y ha realizado 2 mil 500 terapias en hospitales en los que colabora, además de haber recaudado más de 56 mil artículos para las despensas que dan mensualmente.
Recientemente inauguraron el primer Hospice Pediátrico Casa Colibrí, un espacio que cuenta con ocho cuartos decorados con diferentes temáticas para estancia de pacientes terminales, una clínica de cuidados paliativos con tres consultorios de terapia y un consultorio médico.
Leer también: Moléculas del veneno de alacrán combatirían bacterias y células cancerígenas: UNAM