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En su regreso al Senado, Germán Martínez Cázares sostiene que él no iba ser cómplice de los recortes al sistema de Salud y que tampoco quería tener un pleito con los duendes hacendarios, pues tiene claro que entre políticos no vale la pena ninguna diferencia que paguen los niños con cáncer o los enfermos que esperan una intervención quirúrgica.

Relajado y en paz consigo mismo, como él lo dice, Martínez Cázares afirma que su renuncia al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no fue una sorpresa para el presidente Andrés Manuel López Obrador ni para el coordinador de Morena, Ricardo Monreal, debido a que les había informado su decisión desde una semana antes.

En entrevista con EL UNIVERSAL, expresó que no se arrepiente de haber dejado la dirección del IMSS y que tampoco le quitaría una coma a su carta de renuncia por el simple hecho de que es un hombre que dice lo que piensa y que es leal a sí mismo.

Asimismo, el expanista y expresidente nacional de ese partido se siente satisfecho de que su renuncia animó a que los directores de otros institutos de salud se hayan expresado en contra de los recortes al sector: “Tan es así, que de inmediato se les reintegró el dinero, porque [hacer recortes] en materia de salud es inhumano”.

Agregó que el IMSS es mucho más que Germán Martínez y refirió que Zoé Robledo hará un buen trabajo, porque si bien no es doctor, sí es “buen muchacho” que tiene sensibilidad social.

¿Qué tal su regreso al Senado?

—Estoy muy agradecido con el grupo parlamentario, con el presidente Martí Batres [y] con el coordinador Monreal, a quien yo le informé mi renuncia al instituto una semana antes de hacerlo públicamente.

Hay voces que dicen que traicionó al Presidente.

—A mi carta no le quito una coma de lo que yo escribí: soy un político que [actúa] con las palabras. [En primer lugar], eso no ha sido desmentido por nadie, y en segundo, nadie encontrará una línea, una palabra, un renglón de reproche al Presidente en ese texto, [porque] es indudable mi apoyo a la agenda de igualdad y decencia del Ejecutivo.

¿Por qué dejar el IMSS?

—Yo soy un hombre que dice lo que siente y que primero le es leal a sí mismo y a lo que piensa. Me hago cargo de mis palabras, de lo que digo y de los argumentos que sostengo. [Con] eso estoy tranquilo.

El tema no es Germán Martínez, sino el instituto. No se le deben regatear recursos; hay [que] defender a los trabajadores de la salud, porque están en condiciones de heroísmo, [pero] sin lujos, y deben ser reconocidos y respaldados por un gobierno que sea progresista, humano y que atienda la igualdad.

¿No apoyar el sector Salud es seguir con el neoliberalismo?

—El Presidente critica las sociedades de consumo y mercado, esas que ha construido el neoliberalismo, pero yo soy liberal. Si los niños no van a la escuela, no hay problema, pero si los niños van al hospital y no tienen medicinas, pueden morir. Es inhumano quitarle dinero a la salud.

¿Su carta exhibe la crisis en el sector Salud?

—La crisis la hereda el gobierno de López Obrador. Hay una herencia maldita [que dejó] el PRI en el sistema de salud; la hicieron las ladronerías que daban agua en lugar de medicina en Veracruz [y] los gobernadores que robaron [los recursos] del Seguro Popular en lugar de darle instrumental y herramientas a los hospitales.

Los niños con cáncer, los diabéticos, quienes esperan una operación no se curan con discursos, sino con dinero, [entonces] tiene que invertirse en salud. Los gobiernos progresistas gastan en la materia, [pero] estamos condenando a los más pobres a atenderse en la salud privada, a hacer rica a la atención médica privada [y] a que los medicamentos sean una mercancía cuando deben ser un derecho.

¿Su carta animó a otros directores a hablar sobre recortes?

—Sí, yo considero que así fue. Tan es así, que de inmediato se les reintegró dinero a los institutos, lo que me dio mucho gusto. Por otro lado, no se debe acomodar a los servidores en los sillones del poder. No me importa mi cargo ni el sueldo, lo que me importa es ayudar, ser útil socialmente. Mi carta apoyó que el reclamo de los institutos saliera a la luz.

¿Germán Martínez no iba a ser cómplice de los recortes al IMSS?

—Así es. Yo no voy a ser cómplice de esos recortes a Salud, [porque] lo que quiero es un IMSS fuerte. Así [habría] menos mexicanos débiles.

¿Cómo se siente con la decisión que tomó?

—Son decisiones difíciles, en realidad. Hay rupturas internas, reflexión, discernimiento... No fue un arrebato ni un berrinche. Fue complicado, pero me siento en paz conmigo. Puedo equivocarme y reconozco [que] si hay un pleito con los duendes hacendarios, yo me retiro.

No vale la pena [que] un [problema] entre políticos lo paguen niños con cáncer o enfermos que esperan una intervención quirúrgica. Si hay una diferencia, yo me retiro y que la arregle Zoé Robledo.

Yo le entregué formalmente [el cargo] y le externé todo. Ya él tomará sus decisiones. La verdad es que es un cargo para el que no hay requisitos y Zoé es un buen muchacho. Lo que sí requiere el trabajo es tener sensibilidad social, que te duela el dolor de la gente.

¿No se arrepiente?

—Nunca me arrepiento. Yo [pienso] que el futuro es mejor que todos los pasados. Estoy optimista de lo que le viene a México, de lo que le viene al IMSS y al sistema de salud.

¿Las finanzas del IMSS serán parte de su agenda legislativa?

—Sí, sin duda. Es muy sencilla. Los patrones declaran en el SAT un sueldo, [pero] subestiman o simulan uno más bajo en el IMSS para pagar cuota obrero-patronal; eso le pega a las finanzas del instituto y a las de un pensionado cuando termina de trabajar, porque se pensiona con el salario simulado y sólo se le otorga una pequeña pensión. Eso es corrupción, y es la principal que yo observé en el IMSS.

Hace unos días publicamos una nota sobre el cierre de las clínicas del IMSS-Bienestar, ¿qué opina acerca de eso?

—Más de mil millones de pesos del componente de Salud de Prospera. Está muy bien valorada la nota por EL UNIVERSAL; ese es el programa IMSS-Bienestar en [el que] se dan consultas y medicamentos gratuitos a personas que no cuentan con seguridad social.

Las 300 [clínicas] que se han cerrado son urbanas, no son rurales —las cuales afortunadamente siguen—. Yo diría que sería mejor que se recapacite, se reconsidere y que se amplíe la cobertura del IMSS-Bienestar para que haya mayor cobertura de las zonas urbanas, que es donde hay más pobres en el país.

¿Usted le cuenta al Presidente de las carencias del instituto?

—Claro. Muchas veces hemos hablado de todo lo [relacionado con el] IMSS-Bienestar.

¿Qué le dice a López Obrador sobre su renuncia?

—No hablo públicamente de mis conversaciones con él. Es un principio que yo tengo. Él es un político en activo [y] yo no estoy para escribir mis memorias, [pero] le avisé tiempo antes a él y al coordinador Monreal. No fue una sorpresa.

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