Nueva York.— En el caso contra el exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, el juez Brian Cogan respondió a una petición de la defensa para prohibir que se realicen preguntas sobre ciertos temas y dijo que eso es algo que no puede hacer.
Con ello, si Genaro García Luna testifica, se abre la posibilidad de que los fiscales le formulen preguntas acerca de su riqueza posterior a 2012.
“La Corte necesitará escuchar las preguntas específicas que el gobierno aplique al testigo y después aplicará las reglas de evidencia a ellas”, detalló el juez Cogan, si es que el exfuncionario mexicano comparece.
Además, Cogan limitó a los fiscales cuestionar a García Luna sobre su enriquecimiento después de 2012. Sin embargo, mientras se elaboren las preguntas y se den respuestas, García Luna mismo podría abrir la puerta al cuestionamiento de esa riqueza.
“Aunque el tribunal no permitirá pruebas de activos posteriores a 2012 no relacionados con los delitos imputados para respaldar una inferencia de que, debido a que el acusado es rico, debe ser culpable (...) aún puede haber otras razones para presentar o contrainterrogar al acusado sobre dicha información”, menciona un documento.
Además, los fiscales piden al juez admitir más evidencia hallada en computadora y otros dispositivos de García Luna, incluida su colección de armas, autos e información que apuntala su acceso a dinero del crimen organizado.
El abogado César de Castro, quien encabeza la defensa de García Luna, había argumentado el miércoles que el hecho de que hubieran sido halladas fotos de casas y vehículos en su computadora éstas no eran evidencia de que fueran propiedad del exsecretario de Seguridad Pública.
El exsecretario encara la próxima semana las últimas sesiones del proceso antes de que los 12 miembros del jurado decidan si es culpable o inocente.
El jefe de la defensa había informado a los medios que el equipo de abogados tenía que tomar una decisión sobre el testimonio de García Luna, aunque precisó que es el acusado quien tiene la última palabra.
Los principales testimonios han sido el de Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, un hombre de confianza del capo Arturo Beltrán Leyva y que aseguró haber presenciado el pago de sobornos a García Luna; y el del también narcotraficante Óscar Nava Valencia, alias El Lobo Valencia, que dijo haber entregado más de 10 millones de dólares del tráfico de drogas a cambio de seguridad e información para combatir a bandas rivales.
Queda por saber si el lunes se sentará en la tribuna de los testigos algún otro narcotraficante, como El Rey Zambada, hermano de Ismael El Mayo Zambada García, cofundador del Cártel de Sinaloa junto a Joaquín El Chapo Guzmán y que, durante el juicio contra El Chapo, aseguró como testigo que había entregado a García Luna en 2005 y 2007 sendas carteras con 3 millones de dólares cada una.
García Luna, responsable de la lucha contra los narcos en la era del presidente Felipe Calderón (2006-2012) está imputado por cinco delitos, cuatro de ellos relacionados con el narcotráfico: participar en una empresa criminal, conspiración para la distribución internacional de cocaína, conspiración para la distribución y posesión de cocaína y conspiración para la importación de cocaína. El quinto delito que se le imputa es el de supuestamente prestar falso testimonio a las autoridades estadounidenses.
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