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“La pandemia no nos va a callar”. La furia feminista se abrió paso ayer en el mundo, a pesar de las restricciones por el Covid-19. Si el virus mata, la violencia también, clamaron decenas de miles de mujeres, hartas de las agresiones y de las promesas incumplidas de igualdad en pleno 2021.
“Es una vergüenza que todavía nos manifestemos, en 2021, para pedir igualdad de derechos”, dijo a la agencia AFP Lucie, una estudiante de 22 años que se movilizó en París.
Fue una jornada en la que marcharon por igual mujeres en países democráticos como en otros sumidos en conflictos.
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En Turquía, donde en años anteriores se registraron enfrentamientos con la policía, esta vez alrededr de 5 mil mujeres que marcharon por el centro de Estambul pasaron un buen rato bailando y gritando consignas como “No nos callaremos, no tenemos miedo, no obedeceremos”.
En Líbano, la protesta de las mujeres coincidió con el llamado “Día de la ira”, convocado en respuesta a una nueva depreciación de la moneda y la persistente crisis política de la que ellas son las principales víctimas.
En India ocurrió algo similar: cientos de mujeres se agolparon a las afueras de la capital para unir sus fuerzas a las de los agricultores que llevan meses protestando contra las controvertidas reformas del gobierno.
Los cubrebocas y el distanciamiento brillaron por su ausencia, a pesar de que el país tiene una de las tasas de infección y muerte por Covid-19 más altas de Asia.
Incluso en Birmania, donde los militares se hicieron con el poder el pasado mes, las mujeres estuvieron en primera línea de las protestas prodemocracia en Rangún, a pesar de la represión.
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En países europeos como España, donde el movimiento feminista ha cobrado fuerza en los últimos años, y en Francia, ellas desafiaron las estrictas restricciones a las reuniones masivas.
Algunas respondieron con sarcasmo a las limitaciones. Como Mireia Mata, una mujer de 54 años que vive en Barcelona: “Si mañana me despierto y no hay desigualdad, no vendré. Mientras la haya, voy a seguir viniendo”.
Vestidas de morado —símbolo de la lucha contra los feminicidios—, mujeres en países centroamericanos como Guatemala y Honduras denunciaron lo poco que les importa su situación a los gobiernos.
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“El mundo no funciona para ellas”
Conscientes de su rol de liderazgo, tres de las mujeres más influyentes del planeta usaron como plataforma el Parlamento Europeo para hablar de cómo, específicamente, la pandemia ha golpeado económica, física y socialmente a las mujeres.
“El Covid-19 amenaza la salud, seguridad económica y física de las mujeres en todas partes”, advirtió la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris a través de un mensaje de video. En pocas palabras, nuestro mundo todavía no funciona para las mujeres como debería”, lamentó. Por su parte, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, destacó el carácter guerrero de ellas, las que han estado “a la vanguardia de la lucha contra” el Covid-19.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, primera mujer en encabezar el Ejecutivo europeo, habló de los planes para trabajar con las empresas y poner fin a la brecha salarial de género.