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“Espero acepten la propuesta… pero ya agoté mi capacidad de sorpresa. Ya no se sabe”, reconoció Juan Carlos Romero Hicks, líder panista en la Cámara de Diputados.
Eran casi las cuatro de la tarde y salía de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) tras presentar sus propuestas para integrar la Mesa Directiva: Laura Rojas como presidenta y Ricardo Villarreal como vicepresidente.
Sus dudas se confirmaron, cuando la mayoría de Morena, PT y PES rechazó no una, sino tres propuestas. El primer rechazo: Xavier Azuara, bateado el sábado; ayer Laura Rojas y Villarreal, y el tercero: Rojas, Adolfo Torres, vicepresidente y a Karen Michel González, como secretaria.
¿Qué quieren, pues?, reclamaron los panistas en corto, en sus curules, luego de que anoche se hizo evidente que aún hoy seguirá la crisis: Porfirio Muñoz Ledo aún como presidente de la Mesa Directiva y sin un nuevo órgano que gobierne la Cámara Baja para el segundo año de la 64 Legislatura.
“Nadie que ofenda al presidente Andrés Manuel López Obrador o a Muñoz Ledo” será aceptado, atajó el líder de Morena en San Lázaro, Mario Delgado.
El panista Villarreal en tribuna atacó fuerte a ambos, desde el martes, cuando aún era tema la reelección de Muñoz Ledo.
Ese día Karen Michel no se quedó atrás: “Bonitos se ven echándole porras a López Obrador, entiendan, diputados y diputadas, aquí no se viene a ser borregos y borregas de nadie”, recriminó.
Ayer le cobraron caro. La Cuarta Transformación Legislativa la vetó y se trabó con ello una tercera votación para la Mesa Directiva.
Así, aunque se retiró el martes de la Mesa Directiva, Muñoz Ledo volvió por sus fueros y no sólo encabezó la sesión, sino que lo hará hoy, jueves: “No fue renuncia, fue retiro… mañana vence la presidencia”, justificó a su regreso.
Pero volvió molesto. Agradeció los reconocimientos a su trayectoria, pero la solución que encontraron los coordinadores para lo que se pensó, destrabaría los acuerdos a fin de integrar la Mesa Directiva, no le gustó nada.
Esa solución mandó al futuro, hasta la próxima Legislatura y mediante artículos transitorios, la vigencia de las reformas a la Ley Orgánica del Congreso.
“Estamos, tal vez, legislando para la posteridad… son absolutamente anómalos estos transitorios, lo subrayo como diputado y como jurista”, sentenció.
El micrófono abierto mientras transcurría la sesión hizo patente cómo subió de tono su inconformidad: “Revise el reloj porque está marcando progresivamente. Cuando es una ley antigua los transitorios son desmesurados y contradictorios, hasta los aparatos se sonrojan… ¡Chinguen a su madre… qué manera de legislar!” cerró las críticas a sus compañeros de Legislatura, la de la Cuarta Transformación.