Ni la crisis por la pandemia ni los recortes al presupuesto cultural son un obstáculo para el Museo del Juguete Antiguo Mexicano (Mujam) que se ha mantenido abierto para brindar felicidad a niños, nostalgia a adultos y nuevas oportunidades a jóvenes artistas de todo el mundo, que difunden su arte visual y musical en el recinto.
El recinto alberga desde artículos en miniatura, hasta enormes piezas de culto.
Contrario a lo que sucedió con otros espacios culturales, la contingencia le abrió camino para cambiar su modo de operación y ampliar su repertorio de actividades como forma de resistir.
En entrevista con EL UNIVERSAL , Roberto Shimizu , director creativo del Mujam, relata que aunque tuvieron meses difíciles y pérdidas económicas, las puertas del museo nunca se cerraron, pues es un lugar seguro que logró, antes que los demás museos, una sanitización completa por parte de la alcaldía Cuauhtémoc.
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Sólo tiene un aforo de 30% de su capacidad para que sus visitantes estén seguros recorriendo las más de seis salas sin horarios, ni presiones, por lo que se les ofrece una experiencia de disfrute más personal.
Pese a que el presupuesto para mantener al museo de pie no se vio en peligro, el edificio ubicado en la calle Doctor Olvera, en la Ciudad de México, tuvo que rentarse para otras actividades culturales, pues requerían atraer a los visitantes perdidos durante el último año.
Para recuperar visitantes, el museo rentó su espacio para conciertos y difusión de lucha libre.
“Aceptamos muchas rentas para conciertos y difusión de arte sobre lucha libre. Lo más importante fue el proyecto sociocultural de street art que se había lanzado hace años, pero ahora tuvo impulso con la producción de murales temáticos en calles aledañas. Queremos hacer comunidad y servir a la comunidad”.
Agrega que recibieron servicio social y llegaron personas de países como Londres. “Eso nos ha dado visibilidad en el mundo e incrementó la asistencia”.
La colección más grande de juguetes antiguos del país fue creada por Roberto desde que tenía 10 años y contiene desde artículos miniatura encontrados en el tianguis hasta enormes objetos de culto.
El acervo de más de 45 mil piezas está distribuido en ocho salas de exposición permanente: Juguete antiguo , Lucha Libre, Industria Juguetera Mexicana, Mosaico 68, Arte feo, Las niñas Lilí Ledy, Street Art y Cantinflas. Además de cuatro salas temporales: Barbie , Bárbara y Señorita Lili, King Kong , Snoopy y Kiss.
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