En este año las multas a los partidos por incumplir con su obligación de destinar una parte de sus recursos a alentar el liderazgo político de las mujeres servirá para que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) financie el empoderamiento femenino a través de sus programas.
Desde 2008 los partidos deben dedicar un porcentaje de su financiamiento a alentar la participación política de las mujeres, pero a casi 12 años del establecimiento de esa obligación se resisten a cumplir y simulan hacerlo con gastos en sueldos, cursos ficticios, cuando no a mandiles o bailes.
Por ello es que la Sala Superior del Tribunal Electoral (TEPJF) ordenó que en adelante las multas por este concepto, que por ley van al Conacyt, se etiqueten para que éste lo dedique a impulsar a mujeres adscritas a sus programas, e instruyó al INE a emitir los lineamientos respectivos.
Con este mecanismo el TEPJF busca garantizar que los recursos lleguen a beneficiarias mujeres de programas del Conacyt, ya que los partidos no lo hacen.
Sin embargo, aunque cada año los partidos incurren en este tipo de irregularidad, el INE ha perdonado millones de pesos en sanciones.
El año pasado impuso 68.2 millones de pesos en multas por este concepto, pero por faltas arrastradas desde 2015 y 2017, ya que ha dado periodos de gracia de un año para que cumplan, en busca de que sea un recurso efectivamente invertido en capacitar mujeres.
En 2015, los partidos dejaron de invertir en esas tareas 29.4 millones de pesos; en 2017, 12.5 millones, y en 2018, 30.7 millones, irregularidades que en su mayoría no han sido sancionadas.
¿A dónde se van los recursos para mujeres?
En su sentencia, emitida el 27 de noviembre pasado, el TEPJF resolvió una impugnación promovida por el PT, inconforme con una multa por 2 millones de pesos, porque en 2013 no dedicó parte de su financiamiento a alentar el liderazgo de las mujeres.
Según el PT, gastó en un encuentro nacional de militantes femeninas, pero en realidad financió un Congreso de Centros de Desarrollo Infantil (Cendis) en Nuevo León, entidad en la que Guadalupe Rodríguez, la esposa del dirigente nacional de ese partido, Alberto Anaya, se dedica a administrar esos centros.
Pero lo ocurrido con el PT no es nuevo ni exclusivo de ese partido.
Desde 2008, cuando se incluyó en la ley la obligación de los partidos de destinar 2% de su gasto ordinario a alentar el empoderamiento de la mujer en la política (hoy es 3%) y hasta que concluya este 2020 se habrán entregado a los partidos, en total, mil 206 millones de pesos para ese fin.
Pero eso no significa que esos recursos se hayan aplicado a ese rubro. En 2008 el PRI los dedicó a servicio de fumigación y en 2015, su dirigencia en Colima a un festival de ritmos, un curso de asesoría contable y otro de ventas a través de internet.
El PAN dedicó su recurso de 2008 a 5 mil 500 morrales, 6 mil plumas, 6 mil pulseras bordadas, 6 mil globos, todo para el Encuentro Nacional de Mujeres y el Día Internacional de la Mujer, actividades que no son válidas para alentar el empoderamiento político.
En 2015, el PAN dedicó ese dinero para estacionamiento, desechables, botana y papelería y su comité de Sinaloa pagó boletos de avión y peajes para un curso fantasma.
En 2017, Morena dijo haber gastado 10.7 millones de pesos en un Diagnóstico Nacional sobre Conocimiento de los Derechos Políticos, Motivadores e Impedimentos para la Participación Política de las Mujeres, que en realidad fueron 34 mil 995 encuestas.
No dio evidencias del diagnóstico resultante, los cuestionarios, las etapas del estudio o conclusiones. El INE detectó que la erogación a encuestadores coincidió con el pago de sueldos de su personal y de quienes hoy son senadores, diputados o tienen cargos federales, caso que sigue en investigación.
En el caso del PRD, en 2008 no dedicó a las perredistas ni un peso de los 8.4 millones de pesos que tuvo con ese fin, pero la multa apenas llegó a 1.6 millones de pesos.