Familiares de personas desaparecidas acudieron a las oficinas del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU en México para realizar un acto de desangramiento en protesta por la falta de respuesta de las autoridades a sus demandas.
Los manifestantes, provenientes de diferentes colectivos buscadores de personas desaparecidas en el país, se organizaron para colocarse, en el transcurso del día, catéteres con los que dejaron derramar su sangre en la fachada y banqueta del edificio ubicado en Polanco.
Con ello, demandaron la intervención de la ONU para atender sus demandas como la búsqueda y localización de sus familiares, implementación de medidas de protección, la identificación de los restos hallados hace tres años en las fosas de Tamaulipas, entre otras.
Señalaron que ni la Secretaría de Gobernación ( SEGOB ), ni la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Fiscalía General de la República (FGR), ni las fiscalías estatales han dado solución a sus demandas.
La primera en desangrarse fue Flora Marcelo Rojas, cuya hija, Ayelin, de 13 años de edad desapareció el 15 de octubre de 2020 en Tixtla, Guerrero.
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Las autoridades le informaron ese mismo mes que la adolescente fue hallada descuartizada pero los restos que le entregaron estaban irreconocibles, por lo que de inicio aceptó que esa era su hija debido a que a un lado de las osamentas estaba la ropa de la menor.
Cuando Flora intentó acudir a pedir informes sobre los resultados de las pruebas de ADN, su pareja fue “levantado” y torturado, al regresar a casa le dio un mensaje: “Le dijeron que si seguía pidiendo justicia iban a ir por mí, por mi familia y la familia de él”, contó en entrevista.
Con su sangre, Flora escribió en la fachada del edificio de la ONU la leyenda “Justicia x desaparecidos”, y el nombre de su hija.
“Ahora pido un refugio porque hace cuatro días llegué a la Ciudad de México y me llamaron para decirme que la fiscalía (estatal) ya sabía que andaba yo aquí y que van a mandar matarme”, afirmó.
cg