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En México, las mujeres no denuncian las agresiones que sufren en el transporte público o en sus comunidades porque les da vergüenza o miedo, o porque consideran que la violencia que padecen en la calle es “algo sin importancia”.
De acuerdo con lo que encontró la Organización de las Naciones Unidas para las Mujeres (ONU-Mujeres), siete de cada 10 se sienten inseguras en el transporte y espacio público; tres de cada 10 ha vivido algún incidente de violencia en estos espacios, pero sólo una de cada 10, o menos, se atreve a denunciarlo.
También impacta en la forma en que abordan o utilizan el transporte público. Por ejemplo, en las 5 ciudades mexicanas donde la ONU ha aplicado el programa Ciudades Seguras: Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla y Torreón, más de 60% de las mujeres tiene miedo del transporte público; ante ello, deben tomar diferentes medidas como ir siempre acompañadas, dejar de realizar sus actividades, no salir por la noche o restringir sus horarios, no caminar solas por la calle, no subirse a taxis en la noche, o que alguien las acerque o recoja del transporte público.
“El único rasgo identificable de los agresores es ser hombre”, señalaron las participantes en dicho estudio.
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El acosador puede ser cualquiera: “No importa que sea como sea la persona, puede ser un señor bien parecido, con esposa, puede ser alguien muy joven que no tiene nada que ver. Cualquiera puede llegar a ser un acosador”, refirieron los hombres jóvenes que participaron en el estudio.
En su informe del programa Ciudades y espacios públicos seguros para mujeres y niñas en México, encontró que los motivos principales para no denunciar son por considerar que se trató de algo sin importancia en 49.5% de los casos; por no saber cómo o dónde denunciar en 15.2%; por vergüenza en 8.9%; miedo a las consecuencias o amenazas, 7.3%, y porque pensó que no le iban a creer o que le iban a decir que era su culpa, 4.7%.
“Influye mucho cómo te vistes, a mí me pasa mucho que cuando salgo a correr a la calle, y aunque haga calor no puedo salir en short. Me tardo tiempo viendo qué me voy a poner para no llamar la atención, como que sí define mucho cómo te mueves, cómo te vistes para evitar estas diferentes situaciones”, se recopiló a través de los grupos focales para elaborar el estudio.
El problema, encontró la ONU en el análisis que realizó, es que las diferentes formas de acoso sexual, que van desde comentarios hasta tocamientos indeseados, pueden derivar en violaciones o crímenes tan graves como el feminicidio.
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Un avance que detectó la ONU es que la violencia en el ámbito privado o doméstico, la intrafamiliar de manera específica, es que ya se reconoce como una violación a los derechos humanos, e incluso existen leyes, política pública y programas para prevenir que ocurran agresiones de este tipo para atender a sus víctimas y sancionar a los agresores.
Sin embargo, los mexicanos todavía toleran la violencia que viven las mujeres y niñas en los espacios públicos. De hecho, a nivel nacional, en los espacios públicos 34.3% de ellas han experimentado algún tipo de violencia sexual a lo largo de su vida.
“La violencia contra las mujeres y niñas que ocurre en los espacios públicos, especialmente el acoso sexual, sigue siendo tolerada y normalizada socialmente debido a actitudes y comportamientos discriminatorios, la desigualdad y los estereotipos de género que impiden reconocerla, prevenirla y darle una respuesta adecuada”.
El problema de normalizar la violencia callejera en contra de las mujeres, explica la ONU, es que se les limita su libertad de moverse y de acceder a los espacios públicos con una libertad con la que sí cuentan los niños y los varones. Las mujeres se sienten más inseguras que los hombres al encontrarse en diversos lugares públicos o privados; esto se demuestra en que siete de cada 10 mujeres se sienten inseguras al utilizar el transporte público y en las calles, y seis de cada 10 en los parques o centros recreativos.
Al no poder circular con libertad por temor a ser víctimas de la violencia, tienen menos oportunidades.
“(Se) limita su acceso a oportunidades de trabajo y de educación, su participación plena en la vida pública, el acceso a servicios esenciales y a disfrutar de actividades culturales o de ocio y repercute de manera negativa en su salud y bienestar”, señala el reporte.
En México, la ONU Mujeres ha implementado el programa Ciudades y espacios públicos seguros en cinco ciudades: Ciudad de México; Guadalajara, Jalisco; Monterrey, Nuevo León; Puebla, Puebla, y Torreón, Coahuila, para elaborar diagnósticos sobre la violencia sexual y el acoso callejero.
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El programa también incluye incorporar la perspectiva de género en reglamentos municipales para prevenir, responder y sancionar la violencia; así como incorporar la perspectiva de género en la planeación de las ciudades y en los espacios públicos.
Ello significa que se deben tomar en cuenta las necesidades de mujeres y hombres en el crecimiento de las ciudades.