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En México hay 30 millones de mexicanos y mexicanas no tienen acceso a internet, de acuerdo con datos de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes de México (SICT), lo que genera desigualdades significativas, principalmente en zonas indígenas de Oaxaca y Chiapas y en la población femenina, advirtió la organización Pro Mujer.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que en estados como Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Yucatán se concentra la mayor parte de la población indígena de México y son los que tienen menos hogares con acceso a internet con un 68.9%, un 70.6%, un 78.3% y un 48.4% de viviendas sin conectividad, respectivamente.
Marlen Martínez, doctora en Estrategias para el Desarrollo Agrícola Regional y Dulce Gómez, doctora en Diversidad Cultural y Ciudadanía, señalaron que en el estado de Oaxaca existen distintos factores que representan una barrera para la conectividad digital, como la dispersión geográfica, la baja densidad poblacional, la topografía (predominantemente montañosa), la baja escolaridad y bajos niveles de ingreso.
Lo anterior, dijeron, afecta a las mujeres indígenas de forma diferenciada por su condición histórica y estructural de desigualdad que presentan frente a sus pares hombres.
“En la mayoría de los municipios indígenas se observa deficiencias en el acceso a sus derechos básicos como la alimentación, la educación y la salud, donde las mujeres presentan mayores índices de analfabetismo, rezago y abandono escolar”, lamentó Marlen Martínez.
Por su parte, Dulce Gómez explicó que este contexto socio-económico y demográfico, limita que las mujeres indígenas se puedan desarrollar o emprender actividades a través de las tecnologías digitales, tales como la compra-venta de productos y servicios, que les permitan tener autonomía económica.
Pro Mujer informó que los altos índices de pobreza y marginación que sufren estas comunidades, aunado a la falta de acceso a otras formas de atención médica, influye directamente en la calidad de vida, prevención y atención de salud de las y los pobladores.
Además, se sigue priorizando la capacitación de los hombres indígenas sobre las mujeres, que tienen que ocuparse de actividades domésticas y del cuidado de sus hijos, por lo que tienen poco tiempo para aprender el uso de las tecnologías digitales.
Así, la ONG implementó un modelo híbrido de capacitación que aplicó Pro Mujer en esta alianza, impactó a un total de 4 mil 86 mujeres del sureste del país, de las cuales, el 34% afirmó haber incorporado canales digitales de venta; el 86% mejoró su liderazgo; el 85% sus habilidades blandas y el 48% las habilidades financieras.
“La alfabetización digital se presenta como una herramienta clave para cerrar la brecha de desigualdad en las comunidades indígenas de México. La inclusión digital, por tanto, no es solo una cuestión de acceso a la tecnología, sino de empoderamiento y desarrollo integral para las comunidades que han estado históricamente marginadas”, agregó Pro Mujer.
uul/apr