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Huixtla, Chis.— Cerca de 8 mil migrantes centroamericanos que integran la caravana continuaron con la caminata al mediodía del lunes bajo una temperatura de entre 38 y 40 grados, para llegar al municipio de Huixtla; sin embargo, en este lapso se registró la muerte de un centroamericano, quien cayó de un camión y fue atropellado por otro vehículo.

La noche anterior, las mujeres con sus niños en brazos durmieron en los pisos del parque central de Tapachula, sin sanitarios y regaderas, y entre hedores a orín, sudor y pies. Por la mañana, varios voluntarios llevaron ropa, pañales, agua y alimento al grupo de extranjeros que decidieron seguir su viaje a pesar del cansancio.

Con júbilo, en el parque central de Tapachula, Sergio, un fornido hondureño blandió las banderas de su país, de México y Guatemala, que había amarrado en un madero y fue quien dio el primer paso de inicio de la caravana en su segundo día.

A diferencia del primer día, los hondureños iniciaron la caminata a las 11:00 horas. Antes, realizaron una improvisada conferencia de prensa para anunciar su avance de Tapachula a Huixtla.

Al tomar la palabra, Irineo Mújica, director de Pueblos sin Fronteras, dibujó el fenómeno migratorio y explicó que los hondureños salieron de sus país impulsados por el hambre y la muerte: “Estas son las causas”, agregó.

Rubén Figueroa, del Movimiento Migrante Mesoamericano, dio a conocer que ahora la caravana llama la atención de los gobiernos por la cantidad de hondureños, pero “cada día ingresan por la frontera Guatemala-México un promedio de 800 a mil inmigrantes que buscan llegar a Estados Unidos”, pero ese fenómeno parece no interesarle a nadie.

Ya en la salida, dos mujeres realizaron una oración frente al Museo de la Ciudad, para pedir que la caravana transcurra en paz y sin ningún incidente, pero esto no se pudo cumplir debido a que en el kilómetro 82, del tramo carretero Tapachula-Huixtla, a eso de las 14:00 horas, un migrante cayó de uno de los camiones con plataforma del cual iba colgado y falleció atropellado por otro vehículo, según informó la fiscalía de Chiapas.

En sus primeros pasos, los hondureños empezaron a diezmarse y la columna parecía interminable sobre la carretera federal, fue entonces que muchos de ellos empezaron a pedir ayuda de los automovilistas particulares y camioneros para subirse y alcanzar el municipio de Huixtla lo antes posible.

Algunos ya no podían y mejor se refugiaban bajo la sombra de algunos árboles y otros clamaban porque les regalaran agua, pero en el trayecto no había casas ni poblados.

Fue después de caminar nueve kilómetros que los hondureños por fin alcanzaron el punto conocido de Viva México, donde se enlaza la vía federal número 200 con el libramiento que lleva hacia la frontera con Guatemala, donde pudieron respirar un poco, ya que la población los esperaba con comida y agua.

A las 13:25 horas, los primeros hondureños llegaron a Huixtla, pero la retaguardia aún se encontraba a cuatro kilómetros hacia Tapachula.

En la frontera. El lunes, el flujo migratorio se detuvo en el río Suchiate y sólo cruzaron hacia Ciudad Hidalgo, Chiapas, unos 20 hondureños.

En el Puente Internacional Rodolfo Robles permanecían más de 500 hondureños que esperaban ingresar a territorio mexicano con un salvoconducto del Instituto Nacional de Migración (INM).

Un funcionario del ayuntamiento del Suchiate informó que esos 20 inmigrantes fueron atendidos, para luego ellos tomar por su cuenta camino hacia Tapachula.

El ayuntamiento ha documentado del viernes al domingo el ingreso de 8 mil 333 hondureños, con nombres y lugar de procedencia. Este diario tuvo acceso a las listas donde están anotados cada uno de los extranjeros.

En el río Suchiate, el INM inició un operativo para verificar los documentos de las personas que ingresan por esa zona.

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