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Aunque paulatinos, en los últimos 50 años se han dado avances sustanciales en materia de los derechos humanos, en lo que ha sido factor fundamental la participación de los jóvenes, desde los que estuvieron en el movimiento estudiantil de 1968, el cual “nos dejó mucho y fue un parteaguas en la historia política y cultural de México”, afirmó el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luis María Aguilar Morales.

En el coloquio El 68 y su impacto en materia de derechos humanos, organizado con motivo del 50 aniversario del 2 de octubre y en el que participaron el politólogo José Woldenberg y Rolando Herrera Campos, coordinador del Programa Universitario de Estudios de Desarrollo de la UNAM, entre otros, Aguilar Morales subrayó que “hoy tenemos un país diferente. Con nuevas necesidades y nuevos retos. La tarea de hoy es diferente a la de hace 50 años, pero el compromiso es el mismo: seguir avanzando en la agenda de los derechos, particularmente de quienes por décadas tuvieron negados u obstaculizados y ocultos”.

En el acto en el que estuvieron Sandra Lorenzano, escritora y crítica, así como Leticia Bonifaz, directora general de Estudios, Promoción y Desarrollo de los Derechos Humanos de la SCJN, el ministro presidente destacó que “el Movimiento del 68 nos dejó mucho a muchos, quienes éramos jóvenes entonces, precisamente yo tenía 18 años, sabemos que el 68 fue un parteaguas en historia política y cultural de México; sabemos también, cómo se ha dado cuenta hoy, que en el terreno de los derechos hubo un avance sustancial innegable, paulatino sí, pero innegable”.

Planteó que jamás se deben cerrar los canales de comunicación y se debe escuchar la voz de los jóvenes, ya que eso fue algo que nos dejó claro el movimiento estudiantil de 1968.

José Woldenberg, por su parte, centró su participación en los derechos políticos que emanaron del movimiento estudiantil, y aseguró que “de las seis demandas, no hay una sola que tenga que ver con la vida académica y estudiantil, por el contrario, el listado expresa de manera inmejorable, una aspiración, la de la vigencia plena de las libertades democráticas”.

Cordera Campos dijo que el Movimiento estudiantil de 1968 fue una gesta pionera al poner al Derecho y a la Constitución, a su cumplimiento y respeto, como una condición sin la cual no puede hablarse seriamente de un estado democrático de derecho.

En su discurso, la escritora Sandra Lorenzano expuso la importancia de la participación de la mujer en 68, que en muchos de los casos ha sido considerada como menor, por debajo de la de los hombres.

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