Las posturas radicales en torno a la quedaron erradicadas tras la realización del parlamento abierto: la oposición pasó del no definitivo al establecimiento de una serie de condiciones con las que votarían la iniciativa presidencial, mientras que Morena pasó de “no mover una sola coma” a la apertura al diálogo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, los coordinadores parlamentarios de la coalición Va por México en la Cámara de Diputados enlistaron un decálogo de modificaciones que deben realizarse para que ellos puedan avalar una nueva reforma eléctrica en México.

El coordinador del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Rubén Moreira, adelantó que el tricolor ha puesto sobre la mesa seis modificaciones con las que pueden aceptar la propuesta “o no pasa”.

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La primera de ellas, y la que consideran más importante, es la no desaparición de los órganos autónomos, “para evitar la concentración de poder”, es decir, que la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) no sean integrados a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). También buscará “que se corrijan los abusos” correspondientes a los temas del porteo y de los contratos legados.

Además, exigirán que se integren tres propuestas puntuales del PRI: la primera para establecer que la electricidad es un derecho humano, la segunda para desarrollar la industria del transporte eléctrico y la tercera para fortalecer la generación de energía limpia, mientras que el sexto punto es que la iniciativa sea debatida hasta pasadas las elecciones.

“El parlamento nos permitió a todos conocer la materia y tener una reflexión al respecto, incluida la bancada de mayoría, quienes tienen que generar una contrapropuesta, una nueva propuesta con estas modificaciones para que transite y podamos llegar a una votación”, expuso Moreira Valdez.

Por su parte, el líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Luis Espinosa Cházaro, detalló que su bancada buscará que se integre el tema de la transición energética y el cuidado del ambiente, principalmente.

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“Es un sine qua non. El que venga enunciado no significa que esté en realidad, porque no viene cuándo será la transición, con qué recursos, no hay fechas obligadas para reducir bonos de carbono e incrementar energías renovables. Entonces, si se discute después de la elección, si se integra la transición energética, estamos dispuestos y abiertos a discutir una reforma eléctrica”, aseveró Espinosa Cházaro.

En tanto que Jorge Romero, coordinador parlamentario del PAN, aclaró que si Morena y sus aliados “en verdad están dispuestos a hacer los cambios necesarios nosotros también estamos dispuestos a transitar”.

Entre las condiciones del albiazul para decir sí a una reforma eléctrica destaca la de eliminar el artículo por el que se define que CFE tenga 54% como cifra mínima de despacho y los privados 46 como máximo, “porque eso es tramposo, ya que si queda 99% CFE y 1% privados sería legal (...) fijar el porcentaje de 54%-46%, sería una opción”.

Agregó que la reforma eléctrica sería posible si también se elimina el transitorio de que se van a cancelar todos los permisos de autoabastecimiento y de producción independiente de electricidad, así como no cambiar de denominación al sector eléctrico como un “área estratégica”.

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Sobre el tema, el presidente de la Comisión de Energía, el diputado morenista Manuel Rodríguez, advirtió que sí están dispuestos a mover comas y puntos a la reforma presidencial.

“Primero, [quiero] congratularme con esta disposición, porque originalmente se oponían radicalmente a la iniciativa. Esto no es producto de la casualidad, para eso sirvieron los foros de parlamento abierto. Hay determinados temas que consideran que hay que quitarlos o hay que modificarlos, y nosotros como grupo parlamentario de Morena y yo como presidente de la Comisión de Energía creo que sí podemos juntos robustecer la iniciativa, y que si nos demuestran que hay cosas que están previstas y que deben ser dejadas de lado, es decir, modificadas, pues con mucho gusto”, expresó.

Sobre la propuesta del PAN para fijar los porcentajes de despacho entre CFE y privados, consideró que “con el 54% garantizaríamos la seguridad energética. Estamos dispuestos a platicarlo y analizarlo de manera conjunta”.

Rodríguez González reconoció que al tratarse de una reforma constitucional se requieren 333 votos de los 500 diputados, y Morena, sumando a PT y PVEM, sólo son 280, “es decir, nos faltan 53, y si esos 53 están de acuerdo en muchas cosas y nos proponen algunos ajustes, pues es evidente que nosotros estaremos de acuerdo para poder transitar y lograr aprobarla”, aseveró.

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