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Mérida.— ”¡Si me inyecto insulina me quedaré ciego!”; “Cuando me pongan insulina tendré un año de vida”, o “¡Qué pena!, ¡cómo voy a inyectarme enfrente de alguien más y cargar la insulina a todos lados!”, son los principales motivos por los que personas que viven con diabetes retrasan el uso de insulina para tratar su padecimiento.
En México hay alrededor de 8 millones de pacientes diagnosticados con diabetes y 20% usa insulina para controlar su enfermedad, mientras en países como Estados Unidos el uso de este medicamento alcanza 35%, advirtieron especialistas durante el Foro Internacional de Líderes en Diabetes, realizado en el Centro de Convenciones de Mérida, Yucatán.
Fernando Lavalle, director de nuevas combinaciones de Sanofi, comentó a EL UNIVERSAL que la diabetes es un problema de salud pública que resta años de vida saludable a quienes la padecen y esto se relaciona con la poca adhesión al tratamiento por parte de los pacientes.
“Cuando les recetan medicamentos orales, los toman, se sienten bien y dejan de usarlos, lo mismo pasa con la insulina, se la inyectan, controlan sus niveles y la dejan porque alrededor de ésta hay muchos mitos”.
Ante esta situación y para aquellas personas que no respondieron a fármacos orales ni a la insulina basal, la farmacéutica lanzó al mercado Soliqua, que está conformado por insulina glargina y lixisenatida, el cual proporcionará un control integral de la diabetes sin incrementar el riesgo de hipoglucemia o aumentar de peso.
Felix Scott, director general de Sanofi en México, detalló que el costo de este medicamento innovador es de 2 mil pesos y contiene 30 aplicaciones, lo que se verá reflejado de manera positiva en los pacientes, puesto que al comprar por separado los fármacos gastarían 5 mil 600 pesos, además al tener controlada su diabetes evitará complicaciones, como insuficiencia renal crónica que derivaría en hemodiálisis o diálisis con precios superiores.
“Con este nuevo medicamento les alcanzará a los pacientes para un mes, son dos inyecciones en una, con mínimos efectos secundarios como náuseas y sólo mientras se adaptan al tratamiento, además evitará que desarrollen insuficiencia renal crónica y deban someterse a hemodiálisis, lo que cuesta entre 2 mil 500 pesos por sesión y son al menos tres por semana”.