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Sin regatear el avance que representa que en el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cuatro de los 11 espacios sean ocupados por mujeres, las ministras que hoy la integran aseguran que el tribunal requiere de mayor presencia femenina para lograr una verdadera paridad.
Ayer, la ministra Loretta Ortiz Ahlf recibió su toga y sus credenciales como nueva integrante del pleno, con lo que se completó el proceso por el que, por primera vez, habrá cuatro mujeres participando en los debates judiciales sobre los temas más relevantes del país en el tribunal constitucional de México.
Las cuatro ministras responden a EL UNIVERSAL preguntas sobre la importancia que implica para la justicia el que exista una mayor participación y presencia femenina en la Corte y coinciden que es de tal magnitud que se requiere continuar con los esfuerzos, pues aún no se logra que ellas tengan una representación de 50% en el pleno.
La ministra Norma Lucía Piña Hernández señala que aún rigen estructuras patriarcales que impiden garantizar los derechos como los exige la Constitución, por lo que la Corte requiere diversidad de criterios para enriquecer el análisis de los asuntos.
“La participación de la mujer es un elemento obligado para garantizar el ejercicio de derechos en condiciones de igualdad. Entre más mujeres se desempeñen en la función pública, más rápido se reducen las brechas de género. La integración, no sólo paritaria sino plural de los tribunales garantiza una visión integral de la sociedad, provocando resoluciones acordes al principio de equidad e igualdad.
“Desgraciadamente nos siguen rigiendo estructuras patriarcales y heteronormativas que impiden garantizar los derechos en los términos que exige nuestra Constitución. La labor del juzgador es de construir esa realidad, cuestionar el derecho aplicable. Sin diversidad no hay cuestionamiento. Celebro el camino hacia la paridad, sin olvidar que es el mínimo de diversidad que requiere un tribunal constitucional”, comenta.
La ministra Yasmín Esquivel Mossa puntualiza que esta nueva integración da a las mujeres una representación de más de 36% en las discusiones, porcentaje que aunque constituye un avance aún dista de representar la mitad de la población mexicana que está conformada por mujeres y que, por lo mismo, exige de la Corte una visión incluyente.
“A partir de hoy somos cuatro mujeres que participamos en las decisiones fundamentales que se adoptan en el tribunal constitucional, aportando una nueva visión y mayor pluralidad, para una sociedad plural, conformada en una mitad por mujeres que exigen una visión incluyente, reflejo de que empezamos a desempeñar un papel protagónico en el rumbo y cauce de México”, expone.
Añade que el hecho de que las últimas tres designaciones para integrar el pleno hayan sido mujeres, demuestra voluntad política para dar a este sector la participación que le corresponde.
“Este hecho no obedece a ninguna cuota, sino que, atendiendo al proceso constitucional, tales designaciones han sido producto del mérito y la trayectoria profesional reconocida. Lo que pone en primer plano que en nuestro país hay mujeres con preparación y talento para ocupar los más elevados cargos dentro de la Judicatura Federal.
“El paso que hoy se da, pregona un tiempo nuevo y es un paso adelante en un camino que ya no tiene vuelta atrás. Lo justo es mayor presencia de las mujeres”, dice.
La ministra Margarita Ríos Farjat reconoce que la SCJN ha arrastrado una deuda con la verdadera igualdad en México que ha comenzado a saldar, pero que hoy ya no se puede pensar en un país sin instituciones públicas integradas con paridad.
“Las instituciones deben ser reflejo de la sociedad de su tiempo y de sus valores constitucionales. La Suprema Corte ha tenido una larga deuda con la verdadera igualdad, una que ha ido saldando poco a poco en sus decisiones y en su integración. Hace más de un siglo las mujeres ni siquiera participamos en la redacción de la Constitución Política del país, así que han sido varias décadas de lucha contra los estereotipos, contra leyes injustas donde la mujer siempre salía perdiendo porque le tocaba el papel sumiso, renunciando a sus propias alas, a su plena expresión y a sus sueños”, señala.
Recién llegada a la Corte, la ministra Loretta Ortiz considera que en los últimos años se han impulsado acciones para desarticular procesos que perpetúan la desigualdad dentro de los espacios de toma de decisiones y liderazgo, aunque advierte que la brecha aún es ancha, por lo que la SCJN requiere de más ministras.
“Como señaló la exalta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, la única manera de garantizar que las perspectivas de las mujeres sean tenidas en cuenta en la administración de justicia, es contar con la experiencia vital de las propias mujeres mediante la designación de juzgadoras que, además, representen la diversidad y complejidad de las sociedades contemporáneas.
“De ahí la necesidad e importancia de contar con una mayor participación y presencia de mujeres en la SCJN, cúspide del Poder Judicial federal. No sólo como un medio compensatorio de la desigualdad histórica, sino como un mecanismo efectivo para incluir la perspectiva de mujeres, en toda su diversidad, dentro de los procesos de administración de justicia”, sostiene.