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Miami.— En las elecciones legislativas estadounidenses de la semana entrante se definirá el futuro de la frontera entre México y Estados Unidos, y las caravanas de migrantes que atraviesan el país podrían ser el factor que incline la balanza a favor de los republicanos de Donald Trump.
“En estos comicios hay mucho en juego, incluyendo el futuro de la frontera entre Estados Unidos y México, porque de los resultados dependerá la definición de la política migratoria”, dice a EL UNIVERSAL Vanda Felbab-Brown, investigadora del Brookings Institution.
La autora del libro Narco-Noir: los cárteles de México, Policías y Corrupción asegura que si los republicanos mantienen el control de las cámaras, muy probablemente habrá más recursos para la barrera de hormigón, “una obsesión del magnate”, enfatiza.
Hasta ahora han sido asignados alrededor de 1.6 mil millones de dólares para la edificación del muro fronterizo, el cual registra avances en zonas como San Diego y algunas reservas ecológicas de Texas. Además, Trump tendrá incentivos para endurecer su política migratoria, en perjuicio de la convivencia entre las comunidades fronterizas y los ecosistemas. Igualmente estará en riesgo la membresía estadounidense en los tratados internacionales en materia de refugiados y migración.
El mandatario culpa a los tratados internacionales “suscritos por sus predecesores demócratas” de la porosidad de las fronteras de EU.
“Si los demócratas triunfan, el muro estará muerto. Aunque seguirá habiendo recursos para la implementación de una barrera virtual [basada en equipo de alta tecnología], el fortalecimiento institucional y la promoción de los cruces migratorios regularizados”, sostiene Felbab-Brown.
La caravana de migrantes hondureños, y recientemente de salvadoreños, podría ser un elemento decisivo en los comicios legislativos del próximo 6 de noviembre.
“Diversos análisis muestran que la caravana definitivamente es un factor en esta elección, porque encaja en la retórica del mandatario que llega hasta el fondo del sentimiento de sus seguidores”, subraya.
Aunque Jason Marczak, director del Atlantic Council Adrienne Arsht Latin America Center, no ve entusiasmo en la bancada republicana para apoyar el proyecto del muro, hace un análisis similar sobre las consecuencias que tendrá en la elección el contingente migrante que cruza México.
“El número de personas que acudan a votar será la clave para definir al ganador de las elecciones. Así que el gran desafío para el presidente Trump y los republicanos es lograr que su base salga a votar”, sostiene.
Explica que históricamente en las elecciones siguientes a las presidenciales hay más probabilidades de que los votantes de la oposición salgan a sufragar en comparación con los simpatizantes del partido en el poder.
Trump sabe que uno de los mensajes que más impacto tiene en las emociones de sus seguidores es el de la migración irregular, de allí que la caravana que atraviesa México sea una auténtica munición para el discurso incendiario del mandatario.
“Trump conoce muy bien a su base, sus inquietudes, frustraciones y preocupaciones, y sabe que el miedo a los nuevos migrantes no autorizados es un tema que lleva a sus seguidores a votar más que ningún otro”.
“La caravana es una excusa para hablar sobre los migrantes no autorizados que llegan a Estados Unidos. El tema de la caravana es un factor que incentiva a los seguidores del presidente a ir a votar”.
El tema migrante parecía perder momentum tras la crisis desatada por el envío aparentemente sincronizado de cartas explosivas con destino a líderes de corte demócrata y la matanza en la sinagoga Árbol de la Vida de Pittsburgh a manos Robert Bowers el pasado sábado que dejó 11 muertos y seis heridos.
Pero esta semana Trump se muestra empeñado en reactivarlo. El lunes sugirió que podrían construirse “ciudades” para alojar a los solicitantes de asilo. Al día siguiente anunció que aboliría por decreto la normativa constitucional que permite el derecho a la ciudadanía por nacimiento a los hijos de inmigrantes indocumentados y extranjeros con visas temporales. En 2014 la comunidad de indocumentados registró 275 mil nacimientos, 7% de los 4 millones de los bebés nacidos ese año en el país.
Ayer arremetió contra la caravana, al asegurar que está “formada por matones y pandilleros muy malos”. De paso dijo que los soldados mexicanos “no pudieron o no quisieron detener la caravana. Deberían detenerlos antes de que lleguen a nuestra frontera, pero no”.
Brown sostiene que es demasiado tarde para que el gobierno de Enrique Peña Nieto intervenga para evitar que la ola de migrantes sea factor en la elección.
Por su parte, Marczak afirma que en cualquiera de los escenarios Trump gana: ya sea que México disuelva la caravana, asuma los procesos de asilo o permita que llegue hasta la frontera norte.
“Ha sido muy firme en su posición de que si llega a la frontera usará cualquier mecanismo disponible del gobierno estadounidense para prevenir su entrada en el país, incluyendo la movilización de fuerzas armadas.
“En ambos escenarios, el presidente gana públicamente, sin haber resuelto el problema de fondo, el que empuja a los centroamericanos a abandonar sus países”, subraya.