El extitular del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (Indep), Jaime Cárdenas Gracia, advirtió que su lealtad con el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobierno federal no era ciega, sino reflexiva, y que ahí fue donde seguramente comenzaron los problemas.
“Es como en una relación de amistad o de pareja, cada una de las partes de esa relación tiene expectativas sobre la otra parte. Yo creo que la expectativa que tenía respecto a la relación con el Presidente, el gobierno federal y sus colaboradores más cercanos era que me iban a escuchar, que iba a poder matizar y exponer puntos de vista. Desde luego que lo pude hacer”, señaló el exfuncionario.
“Y ellos esperaban, seguramente de mí, una lealtad, que por supuesto la realicé, fui leal con ellos, soy leal con ellos, pero mi lealtad no era ciega, sino una lealtad reflexiva. Yo creo que ahí empezaron los problemas; yo exponía dudas, puntos de vista, tanto a los colaboradores cercanos al Presidente como al Presidente mismo y creo que esas dudas o comentarios que yo hacía no siempre gustaban”.
Tras presentar su renuncia al cargo, en entrevista con el periodista Ricardo Rocha en Detrás de la Noticia, explicó los motivos.
Dijo que, como abogado, insistía en procedimientos administrativos, en cumplimiento de normas administrativas, y a veces eso se veía como un obstáculo para la toma de decisiones y para conseguir los resultados.
“Eso fue generando muchas molestias, pérdida de respaldo del Presidente, que lamento mucho y fue inevitable que se diera esta salida. Varias veces el Presidente cuestionó mi formación de abogado, mi carácter formalista, mi insistencia en los procedimientos y decidí que era lo mejor para el bien de la institución, y por eso presenté mi renuncia”, dijo el constitucionalista y exconsejero electoral, quien instistió en que sus comentarios no siempre eran bien recibidos.
Respecto a las irregularidades que encontró en el instituto, Cárdenas Gracia señaló que faltó más rigor en la institución en los últimos años y que él encontró actos y hechos de corrupción, algunos mayores y otros menores, pero los más escandalosos son la manipulación de joyas.