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La senadora Mónica Fernández Balboa afirma que avanza hacia la presidencia de la Mesa Directiva en la Cámara Alta con el beneplácito, confianza y apoyo de sus compañeros de Morena.
Indica que se reunirá con los otros grupos parlamentarios, con el ánimo de consensuar su apoyo y que en esos encuentros llevará el respaldo de la cohesión morenista. “Aspiramos a construir todos los días consensos”, declara.
En octubre de 1997, asumió la presidencia del Senado la priista María de los Ángeles Moreno Uriegas; 22 años después, el próximo 1 de septiembre, está previsto que Fernández Balboa tome el cargo, al que accede como resultado de una lucha, asegura, de muchos años.
“Hay inconformidad, por supuesto, eso es innegable, pero no confundamos un desagrado con una confrontación o una división”, afirma.
Tabasqueña de izquierda, vicepresidenta del Senado en este año legislativo, diputada federal, actuante en temas constitucionales y de Federalismo, Fernández Balboa es reconocida como la primera legisladora que renunció al PRD para sumarse a Morena.
En la conducción del Senado, adelanta, propondrá no perder la austeridad. Respecto a su relación con el Presidente de la República, menciona que será “de absoluto respeto. Tenemos tareas diferentes que tenemos que respetar”.
Sobre su llegada a la presidencia de la Cámara Alta, subraya: “Este paso es de congruencia de una acción afirmativa: que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres de participar en los órganos de decisión, con ojos de mujer, de conocimiento y capacidad”.
¿Cómo considera la oportunidad de presidir el Senado?
—Me emociona mucho. Es un gran honor que mis compañeros y compañeras [de bancada] hayan tomado la determinación de que sea yo quien vaya por Morena a la presidencia de la Mesa Directiva.
Es un gran compromiso con ellos y [con] todo el pueblo de México. Es una tarea de la mayor trascendencia para el país, una gran responsabilidad. Estoy dispuesta a asumir con la seriedad, profesionalismo, formalidad, imparcialidad y transparencia de la que pueda ser capaz.
¿Tiene la experiencia para conducir el pleno del Senado?
—[Durante] este año de ejercicio legislativo he fungido como vicepresidenta. Me tocó participar, presidir, en mayor o menor medida, en casi todas las sesiones.
Fue una experiencia enriquecedora. No es tarea fácil.
Estas oportunidades me permitieron conocer el funcionamiento de la Mesa Directiva y conocer aspectos del debate parlamentario. Me falta aprender, nunca acaba uno en este tipo de tareas. Voy a seguir estudiando y preparándome para estar a la altura.
¿El ambiente acalorado de alguna sesión puede modificar la actitud serena de una conductora a cargo de la mesa?
—Es básico que quien pueda conducir mantenga una actitud de serenidad y de firmeza. Ser sereno no significa que seas débil, debe haber firmeza con estricto apego a la ley y a la norma que tenemos en la actividad legislativa.
No hay que perder de vista hasta dónde llegan los derechos de cada uno de los senadores y senadoras, quienes tienen la libertad para expresarse sin que vaya contra los derechos de los otros.
¿Qué opina respecto a las provocaciones en el pleno?
—Hay situaciones de ánimos caldeados. Creo que hay que tratar siempre de guardar el equilibrio, de tener justeza en cada una de las acciones [en el pleno] para no perder el buen desarrollo de un trabajo legislativo.
Debemos tratar de privilegiar que en este proceso de intercambio de ideas nadie se pase de la raya, esa es la fórmula.
¿Tiene la mano firme?
—No tanto. Como todas las compañeras y compañeros, tenemos una responsabilidad. Cuando hablo de no pasarnos de la raya, [me refiero a] no caer en faltas de respeto entre nosotros y a la institución.
¿Mano dura?, no precisamente. [Se trata] de hacer que se cumpla el reglamento. A lo mejor cuando se necesite un poco más de firmeza, todos podemos ir transitando de la mano con esto.
¿Trabajar con profesionalismo?
—Esa es la idea para que podamos ir funcionando.
En este primer año tuvimos experiencias fuertes y buenos resultados. Algunas veces estuvimos al borde de situaciones que no eran aceptables, la madurez de todos permitió ir transitándolas bien.
No podemos estar todos de acuerdo y de buenas, pero sí podemos, en esta gran diversidad y diferencia de opiniones, coexistir.
Se ha demostrado que podemos hacerlo, a eso apuesto yo.
¿Tiene el apoyo de su grupo?
—[El pasado lunes] tuvieron la gentileza de darme su confianza para encabezar el Senado.
Casi todos me han externado su apoyo, sus buenos deseos y su beneplácito. No me queda otro camino mas que cumplir y responder a la expectativa de mis compañeros. Se han mostrado muy generosos.
Ayer, [el pasado lunes] la reunión del grupo duró varias horas y terminamos juntos. Hay imágenes de todos los presentes. Eso nos fortalece y nos da el ánimo y entereza para ir por cualquier tarea, sabiendo que vamos a ir unidos.
Lo que bien empieza, bien acaba, ¿usted inicia bien?
—Creo que sí, hay cohesión en nuestro grupo. [También] hay alguna inconformidad, por supuesto, eso es innegable, pero no confundamos un desagrado con una confrontación o una división.
Nuestra bancada se ha pronunciado por estar unidos y mantenernos juntos, porque sabemos que esa es nuestra fortaleza. Aspiramos a construir todos los días mayorías, consensos y coincidencias con todo el Senado. No nos basta con ser mayoría, nuestro país necesita que hagamos ese esfuerzo.
¿Cuál es su relación con Ricardo Monreal Ávila?
—La relación que tenemos todos los senadores con el coordinador del grupo. Es una relación de respeto, trabajo y comunicación normal.
¿Qué frutos pueden darse en el año legislativo?
—En la reunión plenaria de [los próximos] 28 y 29 de agosto vamos a definir nuestra agenda legislativa. Con los acuerdos y consensos que se logren con los otros grupos vamos a definir un esquema en el que podamos trabajar juntos.
¿Qué no podemos perder?, la austeridad como prioridad, la transparencia y el parlamento abierto.
¿Cómo será la relación con los otros poderes?
—Tenemos que tener una relación de respeto, de comunicación, de una vinculación en los grandes temas nacionales que nos competan a los tres poderes.
Una relación de respeto absoluto, [así como] el reconocimiento de la autonomía de cada uno.
¿Con el Titular del Ejecutivo, cómo será la relación?
—De absoluto respeto a la autonomía de cada uno de los poderes.
Una cosa es el paisanaje [con Andrés Manuel López Obrador]. Soy paisana de muchos tabasqueños y tabasqueñas, eso no significa más que eso, que seamos paisanos, que estemos en el mismo partido.
Hoy por hoy tenemos tareas diferentes, que en justicia, por lo que estamos aquí, cada quien en su lugar, tenemos que respetar.
¿Le toca dar algunas pinceladas a la Cuarta Transformación?
—La principal intención tiene que ser la institucionalidad del Senado.
Con las dependencias del Ejecutivo, ¿cómo deben ser los trabajos legislativos?
—Han sido productivos, profesionales, transparentes y abiertos. Hemos tenido presencia de varios secretarios, trabajando con todas las bancadas en parlamento abierto.
Espero que podamos seguir trabajando en ese sentido.
¿Una causa de género se cumple con su persona cuando rinda protesta como presidenta de la Cámara de Senadores?
—Sí. La realidad es que ha sido una lucha de todas las mujeres: lograr el respeto de los derechos de todos, de evitar la discriminación, buscar más y mejores oportunidades de desarrollo profesional para el sector.
Este paso que estamos dando es de congruencia, es una acción afirmativa que damos como Senado de la República, en el que hay por primera vez paridad de género.
[Se busca] que también las mujeres tengan las mismas oportunidades de participación que los hombres, llevar ojos de mujer a los órganos de decisión, así como a los del conocimiento y la capacidad.
No es un tema de concesiones por género, es de lograr oportunidades de desarrollo en igualdad de condiciones, de eso se trata.