El subsecretario para América del Norte, Jesús Seade, pronosticó que el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) será avalado, a más tardar, en febrero, y entrará en vigor el próximo mes de junio.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Jesús Seade —quien también fue uno de los principales negociadores del acuerdo comercial— aseguró que ya se desactivó la intención de Estados Unidos de imponer aranceles a México, debido al trabajo de que logró el Estado mexicano desde principios del año pasado.

Rechazó que México se haya convertido en el muro de Donald Trump, con la contención de migrantes centroamericanos que realiza la Guardia Nacional en la frontera sur.

Aseguró que nuestro país continúa con su política de permitir la entrada de centroamericanos a trabajar y de manera ordenada, pero atajó que en México “no somos pasillo” para que los centroamericanos vayan hasta la frontera norte.

En México, dice, “seguimos con los brazos abiertos, exigimos identificación”, pero “no nos corresponde ponerles un tapete rojo para decirles: ‘Pásenle a Estados Unidos’”.

El funcionario describe que hay una “relación extraordinariamente buena” entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, después de la firma del tratado comercial, pero no hay planes de reuniones próximamente.

Seade dijo que el aval de este acuerdo aumenta el atractivo como país y llamó ignorantes a quienes afirman que se cedió en el T-MEC.

¿Habrá un México antes y uno después de aprobar el T-MEC?

—Sería muy dramático ponerlo como que México antes y México después, es un poco una continuidad, somos el mismo país, tenemos el mismo vecino al norte, de gran riqueza, de gran potencial, muy complicado siempre, pero sí hay cambios muy importantes, incluso algunos que en su terreno sí marcan un antes y un después.

El cambio más importante que no he visto en prensa y no se ha percibido su alcance es que la piedra angular, la base de cualquier tratado comercial, es el Sistema de Solución de Diferencias.

Un tratado comercial es establecer derechos y obligaciones entre países, pero como son voluntarias, a veces se cumplen y a veces no, y se pierde mucho de su contenido, de su poder; lo principal es tener un buen sistema que las haga obligatorias y eso lo hay en todos los tratados comerciales del mundo, la hay en el TLCAN (de hace 26 años), pero desde la negociación del TLCAN, México y Canadá no lograron imponer que se cerrará una grieta mediante la cual cualquier país puede bloquear la formación de un panel.

O sea, yo te quiero acusar, te demando y tú me dices: ‘Yo no acepto la demanda’; ‘Cómo que no aceptas la demanda’, y ahí queda, ese es el sistema que hemos tenido, no se cerró la grieta que permite el bloqueo de paneles en 26 años y como resultado hemos tenido un sinnúmero de problemas [transporte terrestre, aguacate, acero] que se han resuelto yendo a la oficina del ministro de Estados Unidos, pero es un favor.

¿Y ahora cómo quedó?

—Llegamos a la negociación de este tratado, y de hecho tampoco se resolvió en la negociación inicial en 2018, Estados Unidos estaba durísimo y no se pudo resolver, ellos hicieron una propuesta todavía más absurda en la solución de diferencias, que fueran voluntarias las resoluciones y ellos proponían que si llegaba el panel [juicio] fuera voluntario, y finalmente se dejó caer todo; entonces no quedamos sin nada al cierre de la negociación de 2018, lo mismo que era desde 26 años antes. Ahora si alguien quiere panel, tiene panel y es lo que se logra solamente en la revisión actual y es un resultado muy importante que sí va a marcar un antes y después. Va a ser una forma muy diferente de resolver ‘que si la fresa, que si el tomate’.

¿Ahora sí podrían ir a juicio?

—A partir de que entre en vigor, ¡claro! Les llamamos paneles, suena más tranquilo, pero es un juicio.

¿Cuántos paneles ha habido?

—Continuamente hay paneles en consideración en todos los países, en el TLCAN se creó un sistema de paneles mediante un mecanismo de solución arbitral, ese sí ha sido muy socorrido, México ha sido acusado 27 veces, ha sufrido 27 paneles en el TLCAN, y México solamente ha acusado en uno; Estados Unidos y Canadá, como 40 entre ellos, entonces ha sido muy socorrido el recurso, son paneles arbitrales.

Canadá anuncia que la próxima semana se avalaría el T-MEC...

—Lo veo muy bien, la próxima semana se inicia, es probable que tarden dos o tres semanas. El tratado se aprueba en Canadá en febrero, en Canadá hay dos partidos dominantes y varios pequeños, los dos grandes apoyan el tratado, entonces es poco probable que entre en dificultades serias, puede ser que por la mala política entre ellos de repente surja cualquier cosa, una provincia de Canadá salió menos librada que las demás por sus intereses económicos, que es Quebec; entonces sí hay razones para cuidar, para cabildear, para buscar apoyos, seguimos activos, estamos muy activos en Canadá, pero básicamente tengo confianza de que esto va a salir.

¿Cuándo entraría en vigor?

—Tres meses más tarde entra en vigor el tratado, tras la conclusión y las ratificaciones. Yo pienso que para junio ya estará operando, si todo va bien.

¿Qué decirle a la oposición que acusa a México de haber cedido en el T-MEC?

—Yo les daría un formulario y que nos digan exactamente en qué cedimos del uno al 20, pero yo no creo que lleguen al uno. No cedimos nada, nada, nada. En la parte uno de la negociación cedimos algunas cosas, que yo acompañé al final y que fue muy buena negociación, porque el resultado fue bueno para México, cedimos tres cosas principales: que nos quedamos sin los paneles, que era la prioridad número uno, empujamos hasta el último día, pero no salió; en biológicos y biomedicinas, pues de éstas en México la protección que da es de cinco años, después ya salen los genéricos y al final quedó en 10, y en otra que cedimos, que ya no es tan importante, es que los países miembro no pueden negociar otro tratado de libre comercio con una economía que no sea de mercado, como China, pero los dos primeros son muy importantes, nos quedamos sin paneles y con biológicos excesivamente protegidos y los dos se corrigen 100%, yo creo que salimos extremadamente bien. ‘Cedimos demasiado’, lo dice, con todo respeto, el ignorante, que no sabe de lo que está hablando; que me digan una, y he retado a muchos que me han dicho eso y sigo sin escuchar.

¿México no puede negociar, por ejemplo, con China para hacer un tratado comercial?

—No, eso quedó… podemos negociar con China muchas cosas y debemos hacerlo, podemos buscar un tratado de inversión, que es un mecanismo diseñado para meterle ahí todas las esferas de Navidad que queramos, que den confianza de inversión, eso hay que hacerlo para traer inversión china, darles confianza y nosotros ganar confianza en interacción, podemos negociar eso y mil cosas, pero un tratado de libre comercio, es decir, eliminar todas las barreras al comercio entre los dos países, eso no lo podemos negociar y no creo que haya mucho apetito para negociarlo en México, ahorita no, pero quizá lo haya en seis años, entonces sí es un problema que habrá que corregir quizá más adelante.

¿Y cuál es el deadline para que esta barrera se pueda superar?

—No, eso es parte del tratado, pero incorporamos algo muy importante, que el TLCAN tampoco tenía, que es una revisión cada cierto tiempo; el TLCAN, nada, nunca hubo una renegociación, pasaron 26 años y no existía el comercio electrónico. En cambio, en el nuevo tratado tenemos un acuerdo de revisión cada seis años, entonces, dentro de ese plazo, espero, sobre todo si hay cambio de gobierno en Estados Unidos, vamos a ver, yo opinaría que debe ser una alta prioridad para México eliminar o suavizar esa cláusula de China.

¿Ya se desactivó completamente la amenaza de Estados Unidos de imponer aranceles a México?

—Claro, totalmente. México nunca la aceptó, para empezar, pero sí se desactivó. Iban a hacerle una revisión a los tres meses, nunca hubo revisión formal, pero sí dijeron más y más altos políticos, por ejemplo, el secretario de Estado, [Mike] Pompeo, que lo que había logrado México era espectacular.

Seguimos con la política de permitir entrada de centroamericanos para trabajar en México, pero como yo lo digo, no somos pasillo, nuestra política de apertura hacia Centroamérica no es para que digan: ‘Vayan hasta la frontera norte y pasen’; no es eso. Necesitamos saber quién está entrando, con qué propósito, nombre, identificación, se les da visa de trabajo y lo que ahora hemos tenido ha sido un crecimiento con un desorden tremendo, eso por supuesto que nunca fue admisible para nuestra legislación política y lo empezamos a aplicar con más cuidado desde mucho antes de lo de 5% [de aranceles a productos mexicanos en Estados Unidos], marzo-abril y es lo que estamos haciendo.

Hay quien dice que México se convirtió en el muro de Trump con la Guardia Nacional para contener a centroamericanos...

—No, ¿por qué? Estamos permitiendo la entrada de centroamericanos para laborar, hay asilo en México, seguimos con los brazos muy abiertos, exigimos identificación, por una parte, y por otra, no nos corresponde ponerles un tapete rojo para decirles: ‘Pásenle a Estados Unidos’, no nos corresponde, entonces nosotros estamos simplemente controlando la frontera y el flujo migratorio a México, hay gente que ataca en forma vacía, sin base. Y no, claro que no, ¿cuál muro?

¿Cómo queda la relación entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump después de la firma del T-MEC?

—Ha sido muy buena desde el principio, algo sorprendente, no se conocen, no han tenido reunión alguna, pero claramente la actitud de Estados Unidos hacia México ha cambiado con el paso del tiempo, el presidente Donald Trump es muy dado a veces a decir cosas muy fuertes, es su estilo personal y no ha dicho nada respecto al Presidente, y de hecho hacia el país mismo, ha sido muy medido, la relación es muy buena, no hay planes de reuniones, no hay planes de viajes, por el momento, pero es una muy buena relación.

¿Son amigos?

—Bueno, amigos, habría que conocerse más de cerca; sí tienen una muy buena relación, o sea ser Presidente debe ser una situación muy especial del país, entonces como miembros de ese club de ser presidentes tienen una relación extraordinariamente buena como lo que son.

Después de que sea aprobado el T-MEC por parte de Canadá, ¿cómo le irá a México en el nivel internacional?

—Muy bien, el T-MEC es un tratado que ha traído profunda atención en todo el mundo, o sea no es nada más del interés de los mexicanos, Estados Unidos y Canadá. Todas las clases empresariales, políticas, académicas, yo diría casi-casi que cualquier país del mundo ha estado siguiendo el proceso muy de cerca.

Como botón de muestra, acabo de sacar un tuit, tranquilo, no lo consideré estratégico ni mucho menos, era un comentario diciendo que ya salió el T-MEC y esto tiene que aumentar el interés de China hacia México, o sea somos más interesantes para China que lo que hubiéramos sido antes del T-MEC, entonces habría que acercarse, y la respuesta fue, prensa china, prensa rusa, de Taiwán, europea, escribiendo sobre el tuit que saqué.

Es una evidencia clara de que el T-MEC es seguidísimo y que si México o un funcionario de México dice: ‘El T-MEC será vehículo para acercarnos a China’, todo el mundo dice: ‘¿Quéeee?, y yo dónde quedo’, pensarán los europeos.

Yo creo que sí nos aumenta mucho el atractivo como país, como socio, también porque estamos dando evidencia de ser un aliado muy responsable y yo creo que es muy sabido lo tranquilo que ha sido el enfoque económico del presidente López Obrador, él ha seguido la política de equilibrio macroeconómico total, incluso más que presidentes anteriores, y eso combinado con el T-MEC muestra que es un país muy responsable, con políticas abiertas y responsables y yo creo que sí nos da buena prensa ante el resto del mundo.

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