En México no hay los medios para enfrentar una eventual crisis de salud por adicción al fentanilo que implique atender médicamente a una población que requiera desintoxicación, alerta el doctor Francisco Moreno Sánchez, director de Medicina Interna en el Centro Médico ABC.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el especialista señala que, si tuviéramos muchos casos, no hay los medios para que una población grande pudiera estar recibiendo este tipo de tratamiento a través de clínicas de metadona y que estén funcionando de una manera efectiva.

Refiere que una pastilla de fentanilo puede contener suficiente dosis para matar a un individuo, a eso se deben tantos fallecimientos en Estados Unidos y también en México, por exceso.

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“Los opiáceos son medicamentos que fácilmente provocan adicción y éste, al ser tan potente, es un problema (…) El otro factor es que el mecanismo por el cual se hizo la droga no toma adecuadamente las dosis que se necesitan”, expresa.

El también infectólogo y Premio Nacional de Salud 2020 comenta que siempre existe la posibilidad de que el mercado de consumo interno se pueda incrementar.

Abunda que, si hay mayor producción de fentanilo y no lo consumen en el extranjero, se va a empezar a vender o traficar en México, situación que ha pasado con otras drogas.

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El médico explica que el control no solamente debe ser para evitar que la sustancia se siga vendiendo en el extranjero; advierte que, de lo contrario, vamos a tener un mayor consumo interno y esto puede llevar a que el número de casos y fallecimientos que ya existen en territorio nacional vayan en aumento.

Moreno Sánchez destaca que la gente que se encuentra en mayor riesgo son jóvenes que están experimentando diferentes sustancias y que de forma accidental o voluntaria pueden consumir este medicamento.

Resalta que hay adultos que ingieren drogas desde hace tiempo y muchas veces buscan nuevas formas, y llegan a consumir este opioide.

El especialista, detalla que hay tratamientos largos para quitar la dependencia a los opiáceos y se requiere la utilización de otro tipo de medicamento, como la metadona para tratar que la persona no entre en un síndrome de abstinencia.

Explica que el cuerpo de un individuo que consume un opiáceo por varios días o en un tiempo prolongado empieza a depender de que lo siga recibiendo, y en caso de no hacerlo entra en este síndrome de abstinencia.

“La persona puede entrar en agitación, temblor, ansiedad, agresividad y esto provoca que busque afanosamente recibir otra dosis de esta droga.

“Para quitar esta abstinencia hay tratamientos que consisten en el uso de opiáceos de menor intensidad para ir gradualmente quitando esa dependencia al cerebro, es laborioso, complicado y no es algo que fácilmente se logre”, externa el director de Medicina Interna. Reconoce que no siempre los casos son exitosos, puesto que se requiere que el paciente reciba la dosis del opiáceo con el cual se va haciendo la desensibilización de su cuerpo.

Enfatiza que se necesita del trabajo de los médicos, así como la perseverancia de la persona que quiere dejar de consumirlo.

Respecto a la declaración del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el 16 de marzo pasado dijo que está planteando a los médicos y científicos si puede haber un analgésico que pueda sustituir el fentanilo a fin de prohibirlo, el doctor Moreno comenta que es como decir “vamos a quitarles los cuchillos a los carniceros, porque de esa forma vamos a evitar que se usen los cuchillos como arma blanca para matar gente.

“Es decir, estás tratando de quitar un medicamento que funciona para ciertas personas (…) El fentanilo médico no es el que se está distribuyendo como droga, esa se fábrica de forma aparte.

“En primer lugar, el fentanilo no es que se lo roben de los hospitales o de las clínicas para traficarlo (…), el fentanilo lo producen, lo hacen tabletas que tienen, por ejemplo, cocaína y que además le agregan fentanilo”, sostiene el médico.

Asevera que el fentanilo es un derivado de la morfina, es un opioide y se utiliza para el control del dolor, es el más potente que existe para personas que tienen dolores relacionados con cáncer y que se encuentran en una etapa muy avanzada de la enfermedad con dolores muy severos.

“El fentanilo es muy útil para quitarles esta molestia y que no estén sufriendo, sobre todo en sus últimas horas de vida”, indica.

Dice que el problema es que, al ser tan potente, el margen entre tener una buena reacción para controlar el dolor y sufrir una sobredosis es corto, por eso esos medicamentos son usados bajo vigilancia por parte de médicos, principalmente algólogos, especialistas en el manejo del dolor.

El experto destaca que el problema es cuando esta droga se utiliza con fines no médicos, pues puede provocar una reacción a nivel cerebral de bienestar y una sensación de evasión; además, mezclada con otras sustancias, que es generalmente la forma habitual en que la usan, puede ocasionar diferentes reacciones y una gran adicción.

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