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El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que los medios de comunicación hicieron “un escándalo” porque un grupo de reporteros fueron detenidos en un retén en Badiraguato, Sinaloa —cuna de El Chapo Guzmán—, por un grupo de civiles armados con fusiles tipo cuerno de chivo el pasado viernes cuando se dirigían a Guadalupe y Calvo, Chihuahua, en el Triángulo Dorado, a cubrir la gira del Ejecutivo federal.
En la conferencia mañanera, López Obrador argumentó que no tiene acuerdos con la delincuencia a diferencia del expresidente Felipe Calderón, a quien acusó de permitir que hubiera masacres.
“Vamos a una gira a Chihuahua y a Sinaloa, fuimos, y un escándalo por un retén, esa era la nota principal, y difundir que hay acuerdos con la delincuencia.
“Pues no. Tuve que decir que yo no era Calderón, porque no soy Calderón, él pactó con la delincuencia y él tenía a [Genaro] García Luna de jefe de Seguridad Pública y él, en vez de atender las causas que originan la violencia, declaró una guerra. No somos lo mismo, y él permitió que hubiera masacres. Pero los muy cretinos conservadores piensan que es lo mismo. No, no somos iguales”, insistió.
El pasado viernes un grupo de 10 hombres armados con fusiles automáticos tipo AK-47 instaló un retén a la altura de la comunidad de Bacacoragua, sobre la carretera Badiraguato-Guadalupe y Calvo, en donde detuvo el paso del convoy de la prensa nacional que cubría las actividades del presidente López Obrador en su gira. El retén se hallaba a unos 30 minutos del rancho La Tuna, donde vive la señora María Consuelo Loera, madre del jefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán, en pleno Triángulo Dorado, región estigmatizada por el cultivo de amapola y marihuana para las mafias de las drogas.
—¿Pa’ dónde van amigo?, —preguntó un hombre con acento sinaloense que portaba un rifle de asalto.
—Vamos al evento del Presidente, —respondió el conductor del vehículo al hombre, que se acercó escudriñando entre los cristales a cada uno de los representantes de los medios de información, mientras que otro sujeto armado se colocó del lado del conductor.
El grupo de 10 hombres se protegía con chalecos antibalas y portaba hasta ocho cargadores, uniformes tipo militar, equipo de radiocomunicación, armas cortas y cuernos de chivo en tres camionetas sin placas.
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