El Fondo de Desastres Naturales (Fonden) no ha desaparecido, pero tiene dos componentes: la acumulación de reservas de efectivo, como se conoce usualmente, además de que es un sistema de gestión financiera pública para pagar facturas de obras de reconstrucción.
Según fuentes de la Secretaría de Gobernación, el Fonden ya no lo administra Banobras y ahora se centraliza y se transfieren los recursos a los ejecutores que pueden ser Sedena, en caso de que se active el Plan DN-III, o cualquier entidad federativa.
Actualmente el Fonden tiene casi 18 mil millones de pesos, además de que hay una línea presupuestal de cerca de 10 mil millones de pesos.
Por otra parte, hay 5 mil millones de pesos en seguros catastróficos que se contratan cada año y que corresponden a una estrategia de aseguramiento de más de 485 millones de dólares del Bono Catastrófico que México tiene en el marco de la Alianza del Pacífico para diversificación de riesgos con Perú, Colombia y Chile.
La cobertura de la reserva de efectivo y de los seguros paramétricos para desastres se ha mantenido intacta y se ha renovado en cada ciclo presupuestal.
Asimismo, Hacienda ha informado que los recursos públicos previstos en el Fonden para la atención de daños por desastres naturales, como el caso del huracán Otis que pegó esta semana en Guerrero, así como los instrumentos financieros de aseguramiento complementarios están disponibles y listos para su activación.
En relación con los daños causados por los eventos hidrometeorológicos acontecidos en días pasados, y en particular por Otis, el gobierno federal tiene una estrategia de gestión integral de riesgos para atender desastres naturales que consta de diversos componentes.
En primer lugar, el Fonden dispone de 17 mil 156 millones 826 mil 205 pesos, previstos en el Ramo 23 del presupuesto federal. Estos fondos se liberan de acuerdo con los lineamientos establecidos por la propia secretaría.
En adición, las dependencias y entidades de la administración pública federal cuentan con coberturas de aseguramiento patrimonial para reponer a la brevedad la infraestructura que se viera afectada, en beneficio de la población.
El gobierno de México tiene coberturas financieras que prevén recursos complementarios para atender posibles eventos de gran severidad.
Se tiene contratada una póliza de seguro para catástrofes con una suma de 5 mil millones de pesos para atender daños a los sectores salud, carretero, educativo, hidráulico, vivienda y urbano.
También se cuenta con un bono para catástrofes que ofrece una cobertura de hasta 485 millones de dólares, que se activa según el nivel de severidad en caso de huracanes o terremotos. Este último se activó el día de hoy.