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A tan solo 72 horas de entregar el cargo de Director General del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), que le fue conferido por acuerdo presidencial, el Vicealmirante en calidad de retiro, Piloto Aviador Diplomado Estado Mayor, Carlos Ignacio Tiscareño Velázquez, rompe los tiempos dedicados exclusivamente para la entrega-recepción, y decide recibir a EL UNIVERSAL para agradecer a los medios de comunicación todo el apoyo que le brindaron durante los casi dos años que estuvo al frente del AICM.
Notablemente invadido por sentimientos y emociones, su rostro se nota un tanto desencajado, no puede ocultar que hace enormes esfuerzos para contener las lágrimas y no le queda otra que esbozar una sonrisa forzada al recibirnos en el interior de su oficina, ubicada en el tercer piso de la Terminal 1 del AICM. Con un fuerte apretón de manos, me jala hacia él, para brindarme un muy efusivo y sincero abrazo de amigos, a manera de “cuchicheo”, al oído, me susurra en voz baja: “Mi querido amigo Edmundo, perdóname que llore en tu hombro, pero ya no aguanto este nudo en la garganta… ¡Carajo!!, me he convertido en un chillón de primera”
Un poco más tranquilo, nos invita a tomar asiento en una de las ocho sillas giratorias que hay alrededor de su mesa de trabajo. Al percatarse que mi acompañante Adrián trae una pequeña grabadora en su mano, de inmediato, le dice: “Aunque sé que te estás convirtiendo en uno de los fotógrafos más codiciado de México, y no porque seas su nieto, sino porque eres quien tiene la suerte de acompañarlo en cada una de las entrevistas que hace don Edmundo a muy distinguidas personalidades de la vida social, cultural y política de nuestro querido México. Así es que Adrián, esto, no es una entrevista más de las exclusivas que logra conseguir mi querido amigo Edmundo, sino que se trata de una muy breve charla entre dos amigos para agradecer, a través de él, todo el apoyo incondicional que me brindaron los medios de comunicación en los casi dos años que permanecí al frente del AICM. Por favor y sin que te fastidies conmigo, guarda tu grabadora. Lo que aquí se hable… ¡Aquí queda!
Pulcro en el vestir, un conjunto blazer azul marino, pantalón gris, camisa blanca y corbata azul cielo. Zapatos color negro perfectamente bien boleados. Su entrecana barba y bigote se aprecian un poco más largos que de costumbre. Sus lentes también se aprecian impecables.
¿Por qué me recibe a mí, si es el consentido de Ciro por la Mañana?
-Ja, ja, ja, no se me ponga celoso. He sido testigo de que el prestigioso y talentoso Ciro Gómez Leyva, lo aprecia muchísimo a usted y habla muy bien de tu trabajo. Así es que no te me pongas celoso. Me preguntas ¿Por qué te recibo a ti, para agradecer a los medios de comunicación el apoyo que me dieron? Simple y sencillamente porque fuiste el único periodista que tuvo la gentileza de ocuparse del ser humano que ocupaba la delicada e interesante responsabilidad de estar al frente del aeropuerto internacional más importante de América Latina y de enorme referencia mundial, como lo es el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Así de sencillo te respondo tu pregunta…
¿A lo Mero Macho, duele dejar esta apasionante responsabilidad?
-Quedamos que no sería una entrevista de las que estás acostumbrado llevar a cabo. Pero lo acepto porque jamás dejarás de preguntar…
-¿Por qué se va antes de tiempo? Cuando lo entrevisté me dijo que su responsabilidad concluiría al finalizar la presente administración federal…
-El próximo sábado 16 de marzo, asumirá la dirección general del AICM otro connotado marino. Hay ciclos que se cierran, y este, es uno de ellos. La necesidad de las Fuerzas Armadas, siempre, son muy cambiantes.
-¿Debo entender que a otra cosa mariposa?
-El Alto mando de la Secretaría de Marina consideró que la misión principal a la que fui convocado se cumplió y el AICM navega en una situación diferente como se recibió hace casi dos años.
-¿A lo mero Macho, renuncia porque el presidente no autorizó la remodelación de la Terminal 1?
-Mira mi querido Edmundo, estamos atravesando por una veda electoral y los funcionarios públicos tenemos estrictamente hablar de logros y proyectos…
-Sin que se me enoje, usted ya se va…
-¿Hasta en tu casa es igual de preguntón tu abuelo? -dirigiéndose a mi acompañante-
-…Ja ja, ja… ¡Ahora resulta!!, este chamaco nada tiene que ver en la conversación, solamente se encarga de sacar fotografías
-No tengo nada de qué avergonzarme, mucho menos, nada que ocultar…
-Con la confianza que me dispensa, con el cariño y respeto que le tengo… ¡No le saque!! ¿Es verdad que se peleó con el presidente?
-Un marino jamás se pelea con las tormentas, mucho menos con las olas. Déjame decirte que un aeropuerto es como el mar, es decir, se encuentran perlas y joyas como lo es tu amistad para mí. Aquí, sin saberlo, encontré gente extraordinaria a quienes les reitero mi gratitud por el trato amable y respetuoso que me brindaron y que me ayudó a llevar a buen puerto esta travesía de dos años.
-¿Se va a retirar de la vida pública?
-Me voy con la frente muy en alto y satisfecho por haber cumplido cabalmente con la misión que se me asignó. A partir del 15 de abril, el señor Secretario de Marino me pidió que me haga cargo de la dirección general del Puerto de Veracruz, lo mismo que hicimos aquí, pero ahora, con barcos.
-¡Carajo!!... ¿Por qué los hombres de bien, tienen que salir por la puerta de atrás?
-No tengo nada de qué avergonzarme. Los verdaderos amigos duran para siempre, los demás, se van quedando en el camino.
-¿Usted fue quien presentó su renuncia al presidente o se la pidieron?
-En enero pasado se la presenté al señor presidente y hasta tres meses después, fue que me la aceptaron.
-¿Serán unos cuantos meses en su nuevo encargo porque esta administración ya se acabó…?
-Sin permitirme concluir la pregunta me dice: “A ver, a ver, la vida marítima no tiene caducidad… ¡así de fácil!!”
-¿Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde?
-¡No lo sé!!, ni tampoco soy quien deba decirlo
-¿Qué tipo de presiones recibió estando al frente del AICM?
-¡Muchísimas, como no tienes idea!!. Los dueños de hoteles, restaurantes, arrendadoras de vehículos, taxistas, comerciantes, casas de bolsa, todos, pero lo que se llama todos, me ponían en bandeja de plata lo que yo quisiera…
-¿Por qué no aceptó?
-Porque soy un marino honesto. Porque soy un hombre de principios y siempre he sido leal a las instituciones y al alto mando de la Armada de México, pero, sobre todo, amo a mi Patria.
-¿Tuvo temor por su vida al ponerle un alto a los narcotraficantes?
-Sabía perfectamente a lo que me estaba enfrentando, afortunadamente, jamás tuve amenaza alguna. El narcotráfico es un cáncer que afecta terriblemente al país y a la humanidad y que difícilmente se vencerá.
-¿Siente que su amistad con el actual Secretario de Martina se vea afectada?
-¡Para nada!!, una cosa es la amistad, y otra, la responsabilidad y el desempeño público que se realice. Le tengo un enorme aprecio, respeto y admiración al señor Almirante José Rafael Ojeda Durán, pero también, todo mi cariño de hermano a quien fue mi compañero en la Heroica escuela Naval Militar y amigo para toda la vida.
-¿Amigos para siempre?
-A lo mero macho, sí…
-Le voy a cobrar derechos de autor ehhh…
-Cuando ya esté instalado en el Puerto de Veracruz, te invito a comer a Boca del Rio, pero te llevas a este muchachito, tu querido nieto a quien lo felicitó por haber aprobado los exámenes de admisión en el Heroico Colegio Militar. ¡Que orgullo tenerlo aquí conmigo!!
-Justo en el momento en que le avisan debe continuar con los trámites de entrega recepción. Abraza a mi nieto, le da un beso en la frente y le dice: “Adrián, a los hijos y a los nietos se les da un beso en la frente como muestra de cariño y respeto” Intempestivamente, ambos, quizás, contagiados por las emociones, dejan escapar lágrimas en sus ojos y se abrazan efusivamente.
Que agasajo fue haber tenido el honor de platicar con este extraordinario ser humano. Un destacado Marino y una excepcional persona. Sin perder la caballerosidad que le caracteriza y distingue, a mi nieto, le obsequia un pequeño recuerdo que estaba sobre la cubierta de su escritorio, deseándole la mejor de las suertes en su ingreso al Heroico Colegio Militar y le pide a su asistente Xiomara, sea quien imprima un par de fotografía en los celulares de cada quien.
“Don Edmundo, antes que se me vaya, por favor, dígale al señor David Aponte, director general editorial de EL UNIVERSAL, El Gran Diario de México, que le agradezco mucho por tenerlo a usted entre sus colaboradores, publicando estas extraordinarias e interesantes que nos obsequian tanto en la versión impresa como en la WEB. Dios los bendiga siempre. Le juro que, si deja de hacer estas entrevistas, vengo desde donde me encuentre y le pongo un par de sapes”
Qué señor, sin importarle la demora de tiempo y ante la vista de todos, con una discreta escolta, opta por acompañarnos hasta la entrada principal de la sala 7 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y con un abrazo final nos dice… “Hasta pronto, queridos amigos”.