El deseo de Shadi Abed es claro: “Salvar a mi familia. Está atrapada en la Franja de Gaza”. Desde el 7 de octubre de 2023, este hombre cuenta los días cuando comenzó la guerra contra Palestina.
Una de las víctimas es Alma, su sobrina de 13 años, quien le ha expresado: “Vivo un día a la vez, estamos esperando nuestra muerte. La ocupación nos obligó a que evacuáramos a Al Maghazi. No hay lugar a donde ir, en Al Maghazi hay terror y bombardeos atroces. Estoy ansiosa y aterrada, estoy agotada de tantos desplazamientos. Por favor, ayúdenos a salir de Gaza lo antes posible”.
Hace seis años Shadi llegó a México como refugiado palestino y cuenta a EL UNIVERSAL que lo único que desea es traer a sus seres queridos a salvo a nuestro país, pero el proceso ha sido muy difícil en medio del genocidio. Dice que ha tocado todas las puertas gubernamentales y de organizaciones civiles, pero no ha tenido éxito para volver a ver y abrazar a su familia de 18 integrantes, siete menores y la pequeña Carmen, de tan sólo unos meses de edad que “nació en la guerra”.
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Shadi suplica por volver a ver a su madre, a sus tres hermanas, a sus dos hermanos y a sus cónyuges, además de sus sobrinos y sobrinas. Lamenta que se encuentre solo en territorio mexicano. “Mexicanos, por favor, ayudar a mi familia”, clama.
“Ya bombardearon toda la casa de mi familia, bombardearon todo lo que tenemos. Yo lo que estoy pidiendo es que la presidenta Claudia Sheinbaum apoye a mi familia, salvarlos de allá, sacarlos, eso es lo que me interesa, yo sólo quiero sacar a mi familia”, pide Shadi Abed.
Menciona que su madre está enferma y necesita tratamiento para la diabetes y otras enfermedades crónicas que padece. La familia Abed señala que es urgente un trasplante de corazón para ella, pero es imposible porque “los hospitales han sido bombardeados”.
En su cafetería en el Estado de México, cuenta también a El Gran Diario de México que su padre, el fallecido Kamal Mohammed Abed, fue naturalizado mexicano y por eso comenzó el proceso para traer a su familia: “Ningún tipo de apoyo [le dieron] en la embajada de México en Egipto”. Falleció tratando de ayudar a su familia.
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Aunque el tema llegó a la mañanera de la presidenta Claudia Sheinbaum, a Shadi aún no lo han contactado las autoridades mexicanas, pese a que ya hay reconocimiento de refugiados de 15 de sus familiares.
“Pues que lo atienda la Secretaría de Relaciones Exteriores, con gusto”, expresó la Presidenta en su conferencia del 10 de diciembre.
“Ningún tipo de apoyo de Relaciones Exteriores, ningún tipo, ya le mandamos una carta y ningún tipo de apoyo. Quiero que me apoyen, mi familia la verdad merece vivir, no merecen una guerra, un genocidio. Por favor, quiero que el gobierno apoye a salvar a mi familia”, expone. “¿En el gobierno de México esperan que mi familia ya se muera? ¿Qué están esperando?”, cuestiona.
En medio de la incertidumbre de Shadi por no saber qué puede pasar con su familia, la comunicación es otro impedimento para saber que están bien: “El contacto muy mal, a veces llega internet, a veces se corta el internet, a mí me da más preocupación”.
“La señal en la guerra es muy complicada”, dice al lamentar que los mensajes que se envía con su familia a través de redes sociales no son tan seguidos como para mantener una conversación fluida.
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Al respecto, desde Gaza, la familia Abed aprovecha cada que puede para enviar mensajes y sean publicados en sus redes.
“Que la paz, la misericordia y las bendiciones de Alá sean con ustedes. Somos la familia del difunto Kamal Mohammed Abed, del norte de la Franja de Gaza. Hemos sido desplazados más de tres veces y actualmente residimos en la ciudad de Rafah.
“Somos un grupo de familias compuestas por 18 miembros en total. Nuestras casas, nuestro medio de vida, nuestros sueños han sido destruidos, no tenemos ningún ingreso económico, ahora no tenemos hogar y no podemos cubrir nuestras necesidades básicas”, han expuesto los Abed.
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Cabe señalar que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) extendió la condición de refugio y permanencia permanente a algunos familiares, aunque en Migración faltan realizarse algunos trámites como visas por unidad familiar.
La ayuda en México
Aunque Shadi Abed se ha movilizado para rescatar a su familia, ha recibido apoyo de personas mexicanas y de colectivos como De Gaza a México, al que agradece todo su apoyo para traer a su familia a territorio mexicano con la organización de colectas y otras acciones.
“El gobierno no te ayuda con dinero, todo es por la gente que está apoyando y gracias a ellos, el colectivo De Gaza a México y hasta ahorita ningún peso pidieron, todo es de corazón”, explica.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Gabriela Bejarano e Ishtar, del colectivo De Gaza a México, cuentan cómo ha sido el proceso para ayudar a la familia Abed a que logren la reunificación familiar.
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“Aunque aparentemente es sólo una familia, es sólo un caso, es demasiado complejo porque, en general, el tema de refugiados en México se ha vuelto más complejo. Al ser un refugiado palestino, no es el mismo trato que se les da a los refugiados que llegaron de Ucrania, o incluso al programa que hubo con refugiados de Afganistán; los caminos jurídicos son completamente diferente”, puntualizan.
El colectivo abrió una recaudación de fondos a través de una plataforma para tener dinero que se ha ido destinando a los Abed, además de distintas actividades, y mantiene contacto con organizaciones internacionales para tener más apoyo.
Para el colectivo De Gaza a México, la convocatoria propalestina en nuestro país no ha levantado la participación que quisieran, por lo que hicieron un llamado a involucrarse más en el tema y a combatir la desinformación.
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Embajadora da seguimiento al caso
Nadya Rasheed, embajadora de Palestina en México, denunció recientemente un “genocidio bárbaro” de Israel contra su pueblo, y agradeció a las personas mexicanas que se han movilizado en el país con distintas acciones en respaldo a los palestinos.
Shadi Abed refiere que ya tuvo contacto con la embajadora Rasheed para revisar la situación de su familia.
En el conversatorio Palestina: Claro genocidio, no se puede matar la verdad, la embajadora Rasheed, quien tiene poco tiempo de haber llegado a México, declaró que “esto no sólo es un ataque contra mi pueblo palestino, es un ataque contra toda la humanidad”.
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En las instalaciones de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) del Centro de la capital del país, la diplomática acusó que en Gaza la situación “es más que una catástrofe: Israel ha lanzado una campaña de exterminio (....) Gaza se ha convertido en un cementerio, no solo para niños sino para familias enteras.
“Esto no es un conflicto, tampoco es una guerra ni es un desastre humanitario causado por la naturaleza, esto es un genocidio bárbaro, cruel y dirigido”, expresó.
Denunció que se tiene registro del asesinato de más de 17 mil infantes y 20 mil menores que han quedado huérfanos, además que las personas refugiadas que buscan seguridad han sido masacradas. Mencionó que necesidades básicas como comida y electricidad se han retenido, utilizando el hambre como arma de guerra.
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Ante estudiantes, académicos y público, la embajadora Nadya Rasheed imploró no perder la sensibilidad ante “esta crueldad. Es una aniquilación sistemática”.
“No es sólo la destrucción de infraestructura sino la aniquilación de la esperanza”, declaró al señalar que la comunidad internacional debe actuar.
También agradeció la solidaridad que han mostrado las personas mexicanas con diversas acciones en respaldo a Palestina: “Mi pueblo también lo siente”.
Al destacar los valores compartidos con México, la embajadora llamó a seguir apoyando a su país y a fortalecer los lazos entre nuestro país y Palestina.
También llamó a llevar a cabo algunas acciones en nuestro país: educar, abogar y compartir la verdad sobre Palestina y contrarrestar la desinformación; apoyar las voces palestinas; movilizarse por el cambio; participar en asociaciones estudiantiles y gremios; aprovechar los medios estudiantiles para destacar la lucha palestina; organizar protestas públicas y acciones pacíficas, y ayudar a estudiantes y profesores en territorio palestino.