En México estamos por llegar a la cifra oficial de 90,000 muertos, además millones de niños y adolescentes han dejado de asistir a clases, miles de empleos y negocios se han perdido y cada vez estamos más agotados mentalmente a raíz de la pandemia, el encierro y la incertidumbre generada. Estamos atravesando por una gran catástrofe financiera y de salud, de la cual no será fácil salir y menos sino se mejoran las estrategias tomadas hasta el momento. Aparentemente, volver al confinamiento no es una solución, por lo que se deben buscar alternativas para evitar más contagios, muertes y el colapso de los sistemas de salud y económico.
Uno de los primeros pasos es dejar de lado la politiquería y la división. Es momento de crear una estrategia basada en los descubrimientos científicos más recientes y del establecimiento de políticas públicas donde personas de escasos recursos, con alguna enfermedad crónica u obesos, por ejemplo, sean consideradas, pero sin olvidar a todos los demás. Necesitamos una estrategia de prevención y de mitigación incluyente que sea un punto de partida para mejorar la situación actual, pero que sea de largo plazo y que permita el desarrollo económico, social e intelectual. Es decir, procurar el bienestar de la población y del mundo hoy y en el futuro.
Para garantizar dicho bienestar es necesario contar personas capacitadas en diferentes ramas, pero también es fundamental establecer mejores estrategias de comunicación. Un ejemplo, a diferencia del gobierno federal, en la CDMX se le ha dado una gran importancia al uso del cubrebocas y se puede ver una gran cantidad de espectaculares pidiendo que se use el cubrebocas. Dicha campaña ha servido para que mucha gente lo use y aunque es raro ver gente sin el cubrebocas, tampoco es raro ver que lo usan incorrectamente, algunos solo cubren la boca y miles, aunque deseen cubrir boca y nariz, les queda grande y no cubre bien la nariz o se hacen huecos sobre los cachetes permitiendo que el virus pueda entrar por la boca o nariz y entonces el riesgo de enfermar sea mayor a pesar de usar el cubrebocas. Incluso, hay quienes solo usan caretas sin cubrebocas, pues lo que les han dicho es que solo podrían contagiarse en caso de que alguien les salpique la cara al hablar o estornudar. Sin embargo, dicha información no es completamente cierta. La información más reciente y menos reconocida es que la principal vía de transmisión del coronavirus es a través del aire por aerosoles y para evitar dicha vía de transmisión se requiere de hacer cambios y/o mejoras en las estrategias implementadas.
Para mejorar las estrategias de prevención tomadas hasta el momento, se debería reconocer que la principal vía de transmisión es por aire y que ocurre principalmente en lugares cerrados con poca o nula ventilación. Para entender mejor dicha vía de transmisión es imaginar que el coronavirus es humo de tabaco y que con el uso correcto del cubrebocas le podemos cerrar parcial o casi por completo el paso por boca y nariz y de esa manera disminuir el riesgo de contagio. Se puede usar cualquier tipo de cubrebocas a excepción de los que contienen una válvula, ya que esta válvula evita que entre el virus, pero permite que salga poniendo en riesgo a las personas que se encuentran alrededor. En este contexto, una buena estrategia de comunicación para explicar esta vía de transmisión a través de dicha analogía y videos sobre cómo vestir correctamente el cubrebocas ayudaría a que la población sea más consciente y esté más protegida. Para sensibilizar mejor a la población es necesaria una buena estrategia de comunicación y sería deseable que el presidente, altos funcionarios y diferentes personalidades den el ejemplo de usar correctamente y en todo momento el cubrebocas.
Paralelamente, hay que replantear los lugares que deberían o podrían abrir (parques y actividades al aire libre) y cerrar aquellos que no se debieron haber abierto, por ejemplo, centros de entretenimiento (bares y karaokes), centros de culto y gimnasios, dado que ya se ha documentado que en este tipo de lugares es donde se ha dado una gran cantidad de contagios, debido a que la gente tiende a no respetar la sana distancia y el uso de cubrebocas, además la gente tiende a hablar más fuerte, canta o grita generando una mayor dispersión del virus en caso de estar enfermos.
Dado que en los espacios cerrados es donde hay mayor probabilidad de contraer el coronavirus, (por ejemplo, en centros comerciales, restaurantes, bancos, oficinas y edificios) hay que procurar actividades al aire libre, pasar el menor tiempo en lugares cerrados y mantener como hasta ahora un número reducido de personas al interior, pasillos con un solo sentido y marcas que permitan mantener el distanciamiento, pero se deben adicionar algunas medidas para combatir la presencia del coronavirus como si fuera humo de tabaco. La principal es que se mejoren los sistemas de ventilación mecánica para que haya, un recambio de aire de por lo menos 6 veces en una hora y que además se mejoren los sistemas de filtración mediante el empleo de filtros HEPA. De ser posible y aunque se mejore el sistema de ventilación mecánica, se podría favorecer y acompañar con ventilación natural, es decir que se mantengan puertas y ventanas abiertas en todos los establecimientos. Contar con sistemas de ventilación mecánica o natural ayuda a que, en caso de que haya personas con coronavirus al interior de los establecimientos, el virus que se encuentra en el aire se diluya o salga dejando un aire más limpio al interior y, por lo tanto, el riesgo de contagios sea menor para las personas que se encuentren en el lugar. Nuevamente, imaginen que hay alguien fumando al interior del lugar y si abrimos las ventanas y puertas el humo saldrá más rápido del interior y entonces dejaremos de olerlo y si, además, estamos usando correctamente el cubrebocas la probabilidad de entrar en contacto con el humo de tabaco será menor, lo mismo sucedería con el virus.
¿Qué hacer en caso de no contar con un sistema de ventilación mecánica? Se debería de contar con ventilación natural y de preferencia complementar con purificadores de aire portátiles con filtros HEPA y en un caso extremo de que no exista sistema de ventilación mecánica o natural debería ser obligada la existencia de purificadores de aire portátiles con filtros HEPA, ya que, ayudarán a limpiar el aire tanto de partículas ambientales como del coronavirus en caso de que éste último se encuentre en el aire del interior. Estás medidas tienen ventajas no solo en el presente sino también en el futuro, pues en algún momento, aunque tengamos acceso a la vacuna, estos sistemas de ventilación y el uso de purificadores con filtros HEPA ayudarán a tener ambientes más sanos al interior de los establecimientos. Por cierto, que en estos días se publicó que la contaminación del aire por partículas contribuyó aproximadamente en un 15% a la mortalidad por COVID-19 en todo el mundo.
Con respecto al sistema público de transporte, ya se ha documentado que el usar el cubrebocas correctamente y mantener las ventanas abiertas se traduce en un menor riesgo de contagio, por lo cual, la gente puede estar más tranquila a la hora de viajar. Por lo tanto, debería ser obligatorio mantener abiertas las ventanas en todo medio de transporte y el uso obligado de cubrebocas por parte de los usuarios y de los conductores de dichos medios (taxis, combis, microbuses, camiones, Metrobús, metro, etc).
Algunas medidas que se podrían suspender, es dejar de utilizar los tapetes con desinfectantes y los desinfectantes en aerosol, pues se ha visto que tienen nula efectividad para combatir al coronavirus y, por el contrario, liberan al ambiente tóxicos que pueden afectar la salud.
En resumen, hay que combatir al coronavirus como si fuera humo de tabaco mejorando la ventilación mecánica y/o natural en espacios cerrados y usando correctamente el cubrebocas (cubrir boca y nariz y evitar huecos entre el cubrebocas y la cara). Mantener las medidas de sana distancia, evitar lugares cerrados y aglomeraciones, lavado constante de manos y procurar permanecer el menor tiempo al interior de lugares cerrados.
Postdoctor en Salud Ambiental por la Universidad de Harvard
msanchezguerra@alumni.harvard.edu
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