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La crisis en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tras la resolución de la elección de Puebla, derivó en el amago del magistrado José Luis Vargas Valdez de presentar denuncias en contra de la presidenta del órgano, Janine M. Otálora Malassis.
Según Vargas Valdez, la magistrada habría incurrido en “irregularidades”, que no precisó, pero que en las próximas semanas, dijo, formalizará “con elementos y pruebas” para que “lleguen hasta las últimas consecuencias”.
El TEPJF ha tenido ya diferendos internos por el sentido de las votaciones, los cambios de criterio “a modo” y hasta las vacaciones, según han ventilado públicamente los magistrados.
A pesar de ello, en entrevista con EL UNIVERSAL el pasado 10 de diciembre, Otálora Malassis descartó conflicto y confió en que “sí habrá reconciliación dentro del tribunal, llegaremos a fin de año con un pleno de la Sala Superior consolidado, fuerte y unido”; el magistrado Vargas insistió en pedirle la renuncia a la presidencia del TEPJF.
Ayer, Vargas publicó en su cuenta de Twitter su intención de llevar el caso a instancias externas mediante sus denuncias y reiteró lo expresado en entrevista con el semanario Proceso, acerca de una supuesta falta de liderazgo en el tribunal, lo que hace necesaria la salida de Otálora.
“Buscar la unidad del pleno y garantizar la independencia de sus magistradas y magistrados son tareas elementales para quien ostenta la presidencia de un tribunal constitucional. Hoy queda claro que éstas no son prioridad para la magistrada Otálora”, escribió.
Acusó a la presidenta de emprender un “litigio mediático” ya votado el caso Puebla, lo que “en nada contribuye a la unidad” del pleno.
En la sesión donde se resolvió esa elección, el pasado 8 de diciembre, Vargas Valdés –quien propuso anular el proceso— aseguró que él y sus compañeros recibieron presiones y “amenazas en medios de comunicación y otros medios de intimidación”.
En respuesta, Otálora Malassis dijo a este diario que no hubo presiones y pidió la presentación de pruebas de ello, en todo caso.
Disputas. Desde que asumieron el cargo, en noviembre de 2016, en el TEPJF se han conformado, por sus votaciones casi sistemáticas, dos bloques: es muy común que resuelvan en el mismo sentido los magistrados Vargas, Aralí Soto Fregoso y Felipe Alfredo Fuentes Barrera.
En el otro bloque, aunque menos consolidado en votaciones, figuran la magistrada presidenta Otálora, Reyes Rodríguez Mondragón y Felipe de la Mata Pizaña. En tanto, el magistrado Indalfer Infante Gonzáles ha votado a veces con uno u otro grupo.
Pero esta es la primera vez que el magistrado Vargas confronta a la presidenta del tribunal.
En las sesiones ha sido frecuente su crítica al lema de “tribunal abierto” que enarbola el TEPJF, pues hay “evidentes” cambios en el sentido de las votaciones y opacidad.
También ha cuestionado que los magistrados no manifiesten el sentido de su voto o argumentos en las sesiones privadas, con el fin de “construir una mayoría” en el pleno, como pasó en la resolución de Puebla.
Lo mismo habría pasado en la sentencia sobre las presuntas irregularidades en la propaganda en playeras del hoy senador de Nuevo León, Saúl García, de Movimiento Ciudadano. Vargas denunció que Indalfer Infante cambió en minutos “su forma de pensar tan radicalmente, en lo que implica bajar del elevador del quinto piso a la sala de pleno”.
Luego, en noviembre, se confrontó con el magistrado Reyes Rodríguez en la anulación del proceso en Monterrey, Nuevo León.
También en la resolución de la fiscalización de las campañas en Coahuila, el 27 de noviembre de ese año, Vargas y Reyes tuvieron un encontronazo por la decisión de reducir gastos al entonces candidato del PRI, Miguel Angel Riquelme, lo que le evitó el rebase de tope de campaña.
Las campañas presidenciales de 2018 también fueron motivo de disputa, tras la polémica decisión en la que se ordenó al INE regresar a Jaime Rodríguez El Bronco a la boleta como candidato independiente.