En su última declaración patrimonial, que corresponde al cuarto trimestre de 2020, el magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) Felipe Alfredo Fuentes Barrera declaró que no es dueño de ningún vehículo.
Según información de su declaración de modificación que aparece en versión pública en el Portal de Transparencia del TEPJF, Fuentes Barrea marcó como “ninguno” el apartado que corresponde a sus vehículos, cuando es dueño de por lo menos cinco automóviles clásicos.
No obstante, en una carta, aseguró que sus autos fueron adquiridos legalmente a través de 14 años de trabajo y que están asentados en sus declaraciones.
Tampoco informó ser dueño de bienes inmuebles o bienes mueble, tener pareja o dependientes económicos.
EL UNIVERSAL, en su edición del pasado viernes, documentó que Fuentes Barrera ha utilizado el taller mecánico con el que cuenta el órgano jurisdiccional para la restauración de al menos cinco automóviles clásicos, cuyo costo en el mercado es de casi 2 millones 350 mil pesos.
Desde hace varios años, el TEPJF cuenta con un taller mecánico propio, el cual está ubicado en la colonia San Francisco Culhuacán, en la capital del país, donde da mantenimiento a su flotilla vehicular integrada por unas 300 unidades.
Al respecto, el magistrado Fuentes Barrera aseguró en una carta, a manera de réplica, que los vehículos, “cuatro en número”, han sido adquiridos a lo largo de 14 años y que están asentados en las declaraciones patrimoniales.
También, señaló que la reparación de éstos se hizo con recursos propios y que prueba de ello son los varios pagos que se hicieron al mecánico, de nombre Leonel Fajardo Rosas, y el finiquito que él mismo aceptó, por lo que no existe adeudo alguno.
“El lugar que el mecánico escogió para su reparación es algo que desconozco y es responsabilidad de él”, explicó.
Más tarde, en entrevista radiofónica en el espacio del periodista Leonardo Curzio, Fuentes Barrera mencionó que no podía negar o confirmar que la reparación se hizo en el taller del TEPJF, puesto que él realizó un contrato de naturaleza civil por una prestación de servicios.
“El lugar que el mecánico escogió para su reparación es algo que desde luego desconozco y es su responsabilidad.
“Él [el mecánico] me sugirió, por la situación de confianza, que podría conocer quién podría realizar la reparación, y yo así lo contraté. Bajo el esquema legal, él no tiene una situación que le impida realizar este tipo de reparaciones fuera de sus horas de servicio”, agregó el magistrado.
Recalcó que nunca dispuso del taller del tribunal para restaurar sus vehículos. “Esta situación es propia del mecánico y no conozco lo que él haya decidido finalmente”, agregó.
Igualmente, precisó que no se separará de su cargo toda vez que fue designado por el Senado de la República, para un periodo constitucional de ocho años, los cuales piensa cumplir, y se dijo dispuesto a que sea la ley la que determine su situación.
Pero, de los automóviles no hay algún registro en la declaración del magistrado.
Tampoco aparece en su declaración un Chevrolet Chevelle modelo 1969, para el cual se presupuestaron 742 mil 500 pesos para la compra de materiales, así como refacciones.